Análisis
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Crisis del coronavirus
Sevilla/Es la tercera carta que el CEO de Airbus, Guillaume Faury, manda a los empleados de la compañía desde que comenzó la pesadilla provocada por el nuevo coronavirus originado en China. La más descarnada de las tres.
El propio Faury avisa de que quiere ser brutalmente honesto. "Las tasas de producción de nuestros aviones ahora están entre un 30 y un 35% por debajo de nuestros planes anteriores. En otras palabras, en solo un par de semanas hemos perdido aproximadamente un tercio de nuestro negocio. Sí, un tercio. Y, francamente, ese ni siquiera es el peor de los casos al que nos podríamos enfrentar. Esto puede sonar duro, pero quiero ser honesto con vosotros: todavía hay muchas incógnitas", afirma el CEO de la multinacional, tras anticipar que "la industria de la aviación surgirá en este nuevo mundo mucho más débil y más vulnerable que cuando comenzamos".
La actual hoja de ruta de la compañía pasa por mantener la planificación actual, con un recorte de dos tercios de su producción, dos o tres meses. Tiempo el que diseñarán una nueva estrategia, que todo hace indicar incluirá severos recortes de empleo para equilibrar las cuentas entre los ingresos y los gastos.
"Estamos sangrando efectivo a una velocidad sin precedentes, lo que puede amenazar la existencia de nuestra empresa. Por ese motivo actuamos tan rápido, para asegurar líneas de crédito adicionales de unos 15 mil millones de euros que nos den la flexibilidad y el margen de tiempo necesario para adaptar y redimensionar nuestro negocio. Ahora debemos actuar con urgencia para reducir nuestra salida de efectivo, restablecer nuestro equilibrio financiero y, en última instancia, recuperar el control de nuestro destino", explica.
Faury también advierte de los inimaginados perjuicios que provoca el cierre de fronteras para la capacidad productiva de una compañía tan globalizada como Airbus. Además del daño que está provocando en sus clientes. "Hablando con franqueza, muchas aerolíneas de todo el mundo luchan por su supervivencia, lo que socava su capacidad de recibir nuestros aviones a corto plazo y en un futuro cercano", dice.
Con este escenario empresarialmente apocalíptico, Faury explica que están trabajando en cada país, según su legislación y los planes de ayuda puestos en marcha por cada gobierno, para reducir los costes laborales.
Así, en España la compañía ya está negociando un ERTE con los sindicatos, además de la posibilidad de mandar a sus empleados de vacaciones durante diez días a partir del 15 de mayo.
Pero las medidas sociolaborales no se quedarán ahí. "La supervivencia de Airbus está cuestionada, si no reaccionamos ahora. Depende de nosotros encontrar un camino a través de esta crisis y salir de ella, heridos pero vivos, y realmente preparados de nuevo para cumplir nuestro propósito de ser pioneros en un sector aeroespacial sostenible. Espero que entendáis la situación", resume Faury.
Por otra parte, el Departamento del Tesoro de EEUU informó ayer que ha empezado a distribuir una ayuda adicional de 8.800 millones de euros a las aerolíneas del país para pagar los salarios de sus empleados, dentro del paquete de estímulo aprobado el mes pasado por el Congreso. Entre los beneficiados están ocho grandes aerolíneas y otras 29 más pequeñas, todas ellas de transporte de pasajeros.
El Tesoro señaló que con esta ayuda adicional ascienden ya a 11.456 millones los pagos "iniciales" hechos a 93 aerolíneas nacionales.
Boeing anunció ayer que ha rescindido el acuerdo para crear dos negocios conjuntos con la brasileña Embraer, uno de aviación comercial y otro de desarrollo de mercados para el carguero militar C-390. Boeing indicó que ha "ejercido su derecho" a rescindirlo porque Embraer "no cumplió las condiciones necesarias" dentro de un plazo límite que venció el viernes, pese a que la colaboración había recibido "aprobación incondicional" de todos los reguladores implicados excepto la Comisión Europea.
El presidente de Embraer para Operaciones de Colaboración y de Grupo, Marc Allen, dijo según la nota que la rescisión es "profundamente decepcionante", pero las firmas "han alcanzado un punto en el que continuar las negociaciones en el marco" de ese acuerdo "no va a resolver los problemas pendientes".
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