Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
Córdoba/La Comisión Ejecutiva del Banco de España intervino ayer Cajasur después de que la entidad cordobesa rechazara ayer la fusión con Unicaja, según confirmó a primera hora de la madrugada de hoy el órgano supervisor, que decidió además la sustitución de los administradores de la caja y designar como administrador provisional al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en virtud de la normativa sobre disciplina e intervención de las entidades de crédito. La medida se adopta como consecuencia de "los problemas de viabilidad que presenta la entidad" y ante la imposibilidad de llevar a buen puerto la fusión con Unicaja. La comisión rectora del FROB, que tranquilizó a los depositantes y acreedores de la caja, acordó además suscribir los recursos de capital suficientes para que la caja alcance un coeficiente de solvencia superior al mínimo legal y facilitó una línea de liquidez que le permita cubrir todas sus necesidades. El consejo celebrado ayer en Cajasur, que no llevó a buen puerto la fusión decidió por 11 votos a favor de la intervención -los seis de los patronos del Cabildo, cuatro impositores y el representante de los trabajadores, de Aspromonte-, ocho en contra -representantes políticos y una impositora- y una abstención -Miguel Contreras (PP)- tomar el camino del FROB una vez "se han agotado todas las vías de diálogo para desarrollar la fusión", según comunicó ayer la entidad cordobesa pasadas las 22:45. Todo ello ocurrió después de que el consejo de Unicaja hubiera aprobado el proyecto de fusión, tal y como estaba previsto. Cajasur pidió así la intervención del Banco de España el mismo día en el que expiraba el plazo.
Pero que ¿qué significa esta intervención? Este acuerdo supone la disolución inmediata de los órganos de gobierno de Cajasur y la actuación firme del Banco de España, cuyos técnicos y directivos entrarán el lunes en la entidad cordobesa para hacerse con las riendas de la caja, que pierde todas sus vinculaciones actuales con la Iglesia, sus derechos históricos, su naturaleza y singularidad. Todo. De la esperanza de la fusión se ha pasado a la práctica desaparición de la entidad tal y como la conocemos. El artículo 7. 1 del Real Decreto-Ley sobre Reestructuración Bancaria y Reforzamiento de los Recursos Propios de las Entidades de Crédito deja bien claro lo que ocurrirá a partir de ahora: "El Banco de España acordará la sustitución provisional de los órganos de administración o dirección de la entidad así como cualesquiera otras medidas cautelares que estime oportuno". Así, los siguientes pasos son la designación como administrador provisional por el Banco de España del FROB. En el plazo de un mes, según la citada norma, el fondo de reestructuración bancaria elaborará un informe detallado sobre la situación patrimonial y la viabilidad de la entidad y someterá a la aprobación del Banco de España un plan de reestructuración de la entidad que permita la superación de la situación de dificultad en que se encuentre mediante su fusión con otra u otras entidades de reconocida solvencia o el traspaso total o parcial de su negocio a otra u otras entidades a través de la cesión global o parcial de sus activos y pasivo mediante procedimientos que aseguren la competencia como, entre otros el sistema de subasta. A petición del FROB este plazo se puede ampliar durante seis meses. Entretanto, el FROB mandará al Ministerio de Economía una memoria que detalle el impacto financiero sobre los presupuestos del estado, según el Real Decreto.
El hecho de que no hubiera un acuerdo laboral cerrado fue decisivo para que el Cabildo y mayoría de los impositores -cuatro contra uno- decidieran no respaldar la fusión a última hora, tal y como los representantes de la Iglesia anunciaron el pasado martes. "Sin acuerdo laboral no habrá fusión", y al final no la habido. Sin embargo, fuentes sindicales señalaron que aunque no había un pacto rubricado después de más 36 horas casi ininterrumpidas de negociación entre las cajas y las centrales sí que se habían esbozado soluciones que podrían haber cuajado. Incluso Aspromonte tenía a las 20:00 un acuerdo válido para ellos. Fuentes de este sindicato apuntaron incluso que habían comunicado a la caja cordobesa que este principio de acuerdo existía. Visto el resultado final, este argumento no sirvió para que el Cabildo, la mayoría de los impositores y el propio representante de Aspromonte cambiaran de opinión al final y optaran por la fusión entre las dos cajas. Pero es que, según fuentes del consejo de administración, el Banco de España había dado un nuevo plazo, hasta el 28 de mayo, a Cajasur para que ajustara los últimos flecos del acuerdo laboral y fuera posible la fusión sin intervención, pero ni eso sirvió. Es más, fue el propio consejo de administración de Unicaja el que mostró todo el interés en esperar hasta la semana próxima para poder buscar la última salida. Incluso, hubo miembros del Cabildo que pidieron que se agotaran plazos hasta el día 28 y que se siguiera negociando, pero primaron las tesis de la mayoría. "Es mejor una fusión mala que una intervención", defendían se llegó a decir.
Cajasur señaló en su comunicado que aunque se buscó como primera prioridad la fusión, el acuerdo laboral con la anuencia de todos los sindicatos era el condicionante primero para seguir adelante con la integración con Unicaja. En este punto, la entidad cordobesa fue tajante y señaló que al consejo de administración no había llegado un acuerdo que respetara el requisito de las medidas que no tuvieran consecuencias negativas para la plantilla ni hubiera discriminación para ninguno de los empleados de las dos entidades. "Por responsabilidad con sus 3.000 trabajadores y casi un millón de impositores se ha tomado la decisión de pedir ayuda al FROB", señaló la entidad a última hora de la noche. Luego las explicaciones de la entidad justifican la decisión y en la nota se afirma que "lejos de poner en cuestión la solidez del sistema financiero español, ha acudido al FROB de manera voluntaria, ya que es el único instrumento capaz de ofrecer una viabilidad cierta y de garantizar los derechos de trabajadores e impositores".
La entidad cordobesa destacó tras tomar la decisión que ha actuado con "absoluta lealtad y responsabilidad durante todo el ahora frustrado proceso de de fusión Unicaja". Y es que Cajasur destaca que la integración con Unicaja ha sido "imposible" y que no se han encontrado vías para llegar a una solución financiera viable junto con la caja malagueña. El consejo de administración fue tenso. Quizá el más tenso de cuantos se han celebrado en la historia de Cajasur. Fueron más de tres horas y media de deliberación entre dos opciones: la fusión o el acogimiento al FROB, y finalmente salió la segunda opción, a la que, según explicitó ayer Cajasur, se le pide ayuda de "manera voluntaria", porque entiende que éste "es el único instrumento capaz de ofrecer una viabilidad cierta y de garantizar los derechos de trabajadores e impositores de la entidad". Aparte del debate de los trabajadores, las fuentes consultadas apuntaron ayer a que los acuerdos institucionales y el reparto de poder entre las dos entidades, sobre el que habían surgido discrepancias entre las partes, quedaron solventadas por la mañana. Las mismas fuentes apuntan a que la Iglesia habría visto reducido el capital anual de su fundación de ocho a seis millones, la cosede de Córdoba se habría reducido a dirección territorial y había acuerdo sobre el edificio de Ronda de los Tejares.
Tanta tensión hubo durante todo el día y especialmente durante los dos consejos que una vez que aprobó Unicaja su proyecto de fusión y sólo quedaba la respuesta de Cajasur, el presidente de Unicaja, Braulio Medel, mantuvo constantes contactos con la sede de Cajasur para intentar buscar una salida dialogada a la fusión, que a eso de las 22:00 estaba en serio peligro porque el debate se había enconado. La refriega del Cabildo y de la mayoría del sector de los impositores contra el sector político motivó la intervención del presidente de la Junta, José Antonio Griñán y el consejero de Economía, Antonio Ávila.
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