Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
El Gobierno estadounidense anunció este miércoles una "modesta" modificación de la lista de productos europeos sujetos a aranceles, ya que sacó varios de Grecia y el Reino Unido, pero incluyó otros de Alemania y Francia, para los que mantuvo la tasa entre el 15% y el 25%, en medio de la disputa por los subsidios de Airbus. Los cambios no afectan a los productos españoles y por tanto tanto el aceite de oliva envasado como la aceituna verde continúan con la tasa del 25%, que ha ocasionado una considerable bajada de las ventas en el país norteamericano.
"La Unión Europea (UE) y los países miembros no han tomado las acciones necesarias para cumplir con las decisiones de la Organización Mundial de Comercio (OMC)", indicó en un comunicado el representante de Comercio Exterior de EE.UU., Robert Lighthizer, quien, no obstante, señaló que comenzará "un nuevo proceso para alcanzar" una solución "duradera".
Lighthizer calificó de "modestos" los cambios y destacó que "el volumen de productos europeos sujetos a estas medidas seguirá sin cambios en 7.500 millones de euros y las tasas en el 15% para productos aeronáuticos y 25% para todos los demás".
Esta modificación entrará en vigor el 1 de septiembre de 2020.
La medida es el último episodio de la disputa comercial a raíz del conflicto por los subsidios que recibió el constructor aeronáutico europeo Airbus en detrimento de su rival estadounidense Boeing, que la OMC resolvió en favor de Washington al dar luz verde para que impusiera gravámenes a productos de la UE y el Reino Unido.
Este miércoles se cumplía el plazo marcado por la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR, en inglés) tras abrir hace meses un periodo de consultas públicas acerca de la pertinencia de esta nueva medida de presión comercial, que podría suponer pasar los aranceles actuales de entre el 10 y el 25% al 100%.
Entre los productos potencialmente afectados están el whisky escocés, el aceite de oliva y el vino español (aunque no el Jerez) y francés, y las aceitunas griegas y españolas.
Lighthizer, conocido por sus escasas apariciones públicas, tiene previsto en su agenda intervenir mañana, jueves, en unas audiencias públicas sobre "prácticas comerciales extranjeras que pueden afectar a los productores estadounidenses de alimentos perecederos".
No está claro si el representante de Comercio Exterior se referirá a los aranceles europeos durante su intervención.
Trump, quien ha hecho del proteccionismo uno de sus pilares políticos, ha insistido en varias ocasiones en sus críticas a la Unión Europea, por considerar que se aprovecha comercialmente de EE.UU.
Esta semana se conoció que un grupo de 13 senadores, tanto republicanos como demócratas, solicitaron formalmente en una misiva al USTR que retirase los gravámenes a los productos europeos ante la aguda crisis económica que vive EE.UU. por la pandemia del coronavirus.
"La demanda de estos productos ha caído, dejando a importadores y distribuidores con producto por valor de meses, muchos de ellos perecederos, en almacenamiento y tránsito sin una fecha final a la vista por la pandemia", señalaron los senadores, entre los que figuran los demócratas Robert Menendez y Dianne Feinstein, y los republicanos John Barrasso y Pat Toomey.
Las alarmas sobre una hipotética subida crecieron la pasada semana con el anuncio sorpresa de Trump de aplicar un arancel del 10 % al aluminio de Canadá, apenas un mes después de ratificar el nuevo tratado comercial entre EE.UU., México y Canadá.
La medida enfureció al Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y avivó los tambores de guerra comercial de Washington con aliados tradicionales.
La medida es el último episodio de la disputa comercial entre la Unión Europea (UE) y EE.UU. a raíz del conflicto por los subsidios que recibió el constructor aeronáutico europeo Airbus en detrimento de su rival estadounidense Boeing.
En un esperado fallo arbitral, la OMC determinó en octubre pasado los efectos adversos para Boeing en relación con cinco campañas de venta de aviones que Airbus ganó entre 2011 y 2013, y que consideró que el fabricante estadounidense hubiese ganado de no haber existido subvenciones para el europeo.
Por ese motivo, la OMS dio luz verde a Estados Unidos para imponer gravámenes a productos de la UE y el Reino Unido por unos 7.500 millones de dólares.
En junio, Airbus anunció que renunciaba a las condiciones preferentes en los créditos concedidos por España y Francia para la construcción de su avión A350, que fueron considerados por la OMC como ayudas ilegales.
Tras la adopción de esta medida, el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, solicitó en julio a Washington que levantara estos aranceles "injustificados", sin respuesta hasta ahora desde Washington.
"La Unión Europea ha realizado propuestas específicas para alcanzar un acuerdo negociado en las prolongadas disputas transatlánticas de fabricantes de aviones civiles y sigue abierta a trabajar con EEUU para alcanzar una solución justa y equilibrada", apuntó Hogan.
La Unión Europea y Estados Unidos son aliados tradicionales, pero desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017, se ha quebrado la confianza mutua y tanto Washington como Bruselas ven con recelo las acciones del otro lado del océano Atlántico.
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