Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
Economía
La sede central de Cajasur así como sus 474 oficinas han abierto este lunes sus puertas a los clientes a las 08:30, en el primer día laborable después de que en la madrugada del sábado la entidad fuera intervenida por el Banco de España.
A la entrada de la sede central, en la Avenida Ronda de los Tejares de la capital cordobesa, así como en la oficina principal ubicada enfrente, los primeros clientes que entraron en el edificio han manifestado que acudían a hacer sus operaciones habituales y aseguraron que no tenían ningún tipo de temor por la noticia.
Alguno de ellos incluso manifestó que cree que ahora sus ahorros están más protegidos que el viernes pasado, antes de que se produjera la intervención del organismo regulador.
Por su parte, los trabajadores han acudido con normalidad a incorporarse a sus puestos de trabajo poco antes de que las puertas de las oficinas se abrieran al público.
Los administradores nombrados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tras la intervención del Banco de España llegaron a Córdoba en la tarde del sábado y ya han accedido durante el fin de semana a las instalaciones de la caja.
Según la resolución recogida el sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), los designados son José Antonio Iturriaga Miñón, Tomás González Peña y Francisco Orenes Bo, quienes actuarán en todas las funciones que le corresponden al FROB, institución que inyectará unos 550 millones de euros en Cajasur para que pueda cumplir los requisitos mínimos de solvencia.
La labor de los administradores provisionales, según el BOE, será dirigir, controlar y ejecutar la actividad diaria de la caja, nombrar el equipo de dirección que consideren oportuno para cumplir sus funciones y conceder y revocar poderes, incluidos los que estén vigentes en la actualidad.
Se espera que los órganos de Cajasur reciban hoy de manera oficial la comunicación del Banco de España de su disolución.
La entidad cordobesa, que cuenta con más de tres mil empleados, acumuló en 2009 casi 600 millones de euros en pérdidas y unos 114 millones en el primer trimestre de este año, lo que ha motivado la intervención del Banco de España, una vez que fracasaron las negociaciones para que se produjera la fusión con Unicaja.
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