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Acuerdo UE-Mercosur: ¿Bueno o malo para Andalucía?

El pacto puede ser beneficioso para las empresas exportadoras por la cercanía cultural pero los agricultores creen que la entrada masiva de productos hundirá miles de explotaciones

Miles de agricultores rechazan en Madrid el acuerdo comercial UE-Mercosur que "amenaza" al campo

Protesta de agricultores y ganaderos contra el acuerdo UE-Mercosur / Matias Chiofalo / Europa Press

17 de diciembre 2024 - 06:47

El acuerdo de libre comercio alcanzado entre la Comisión Europea y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) el pasado 6 de diciembre supondrá la creación de un mercado de 720 millones de consumidores por la eliminación gradual de los aranceles al 91% de las exportaciones de la UE a Mercosur y el 92% de las exportaciones del Mercosur a la UE.

Esto beneficiará, sobre todo, a las exportaciones europeas de automóviles (actualmente con un arancel del 35% y que irá disminuyendo progresivamente en un plazo de 15 años), maquinaria, productos químicos o farmacéuticos. Además, facilitará la compra más barata de materias primas como aluminio, bauxita, manganeso, silicio, litio o tántalo, fundamentales para la industria europea. En general, puede ser beneficioso especialmente para las empresas andaluzas, ya que la cercanía cultural con los países de Mercosur es una ventaja competitiva clara.

Pero sí la industria (y también los servicios avanzados) se verán beneficiadas en Europa, el riesgo es evidente para el sector primario, puesto que los países sudamericanos son potencias agrícolas. Los agricultores europeos y andaluces temen que, de ratificarse, el pacto entren de forma masiva en Europa productos de la zona Mercosur (sobre todo carne, pero también cítricos, cereales, arroz, azúcar o leguminosas) con menos garantías ambientales y con menos coste de mano de obra, y, por tanto, más baratos. Sí saldrían beneficiados, en teoría, aceite de oliva o vinos, ya que la UE apenas importa estos productos desde Mercosur y sí hay ventas europeas en el otro lado del Atlántico.

Este lunes Asaja y COAG, con el apoyo de cooperativas agro-alimentarias, reunieron a unos 5.000 productores (según las organizaciones) ante el Ministerio de Agricultura. Consideran que el pacto de Mercosur (y otros acuerdos con Egipto, Marruecos o Chile) redundará en la pérdida de ingresos y en la desaparición de miles de explotaciones, al llegar muchos productos a Europa con precios más bajos.

El Ministerio de agricultura, a favor

El Gobierno está a favor del acuerdo, y es especialmente partidario el Ministerio de Agricultura, que cree que esta vez sí se ha tenido en cuenta el impacto en la Agricultura. El departamento que dirige Luis Planas y la Comisión Europea sostienen que para los productos más sensibles (como vacuno, carne de ave, arroz o miel) se introducirán cupos. En casos como la miel, el arroz o los cítricos, la aplicación del acuerdo, afirman el Ministerio y la Comisión, se hará gradualmente, para dar tiempo a los productores europeos para adaptarse. Otros productos, como aguacates, melones, sandías y uvas de mesa, tendrán una exención total. Las instituciones españolas defienden que “los productos importados deben cumplir los mismos límites de residuos de plaguicidas establecidos en la UE” y que el acuerdo “prevé facilitar la aproximación de las normas de los sistemas de producción de Mercosur a las normas europeas”.

Los agricultores creen que se abre la puerta de entrada a productos con menos garantías ambientales y sociales que los europeos

Otro argumento a favor es que la protección de las denominaciones de origen (como la del Jabugo o la del Jerez) se amplía a un mercado de 270 millones de habitantes.

Los agricultores, en contra

Pero los agricultores no se fían y piensan que vuelven a ser utilizados como moneda de cambio. Ricardo Serra, presidente de Asaja Andalucía, afirma que no hay ninguna garantía de que se cumplan los cupos dada la experiencia con los tomates marroquíes y los cítricos egipcios (que, según él han entrado sin control). Y, añade, no está garantizado que no entren carnes manipuladas con productos hormonales para el engorde del ganado ni aves tratadas con frecuencia con antibióticos para prevenir enfermedades. Ambos supuestos están prohibidos en Europa Los productores creen que a ellos se les exige un mayor esfuerzo en sostenibilidad y bienestar animal y que eso debe ser compensado con cláusulas-espejo, es decir, con la exigencia de los mismos estándares a otros países.

Productos cárnicos

Por sectores, y entrando más en concreto en el acuerdo, se prevé la entrada de 99.000 toneladas de vacuno al año en Europa con un arancel del 7,5%, el 55% refrigerada y el 45% fresca, informa el Ministerio de Agricultura. Según el Gobierno, eso reduce mucho el impacto, ya que “equivale a un filete por persona al año”, pero para las organizaciones agrarias, en concreto Asaja Andalucía, es una puerta de entrada a Mercosur. “Lo lógico que es que lo que esté dentro del cupo sea lo mejor, solomillos, lomos, etc. Y que lo menos interesante vaya a China. Eso obligará a los productores de aquí a bajar el precio”, argumenta.

El Gobierno y la Comisión Europea creen que se ha minimizado el impacto en el sector primario con cupos a los productos más sensibles

Esta idea también vale para las aves de corral, cuyo cupo de venta sin arancel será de 180.000 toneladas. “Apenas supone el 1,4% del consumo de la UE, aumento en línea con el incremento del consumo”, se argumenta desde Agricultura, que también cree que la eliminación de los aranceles a la soja beneficiará a la ganadería, ya que es un producto importante para la fabricación de piensos.

Cereales, cítricos y arroz

En el sector hay verdadero miedo a la entrada masiva de cereales (sector ya muy castigado por la exención a las tasas en la entrada de grano de Ucrania) y de cítricos, donde Andalucía es una potencia. Brasil es muy importante en zumos y se teme que el mercado nacional se hunda y también quede afectado de rebote el del producto fresco. En Agricultura tienen otra visión y ven el pacto como una oportunidad para la exportación. “Los aranceles de la UE a Mercosur se eliminarán en un plazo de siete o diez años según producto, pero Mercosur los eliminará desde el primer día. España es un proveedor de cítricos muy destacado en Mercosur”, asegura. El pacto también afecta al arroz, con un cupo de 60.000 toneladas que se irán reduciendo de forma progresiva durante seis años. Esto supone el 30% de lo que ha producido este año el sector andaluz, 200.000 toneladas. La UE argumenta que es deficitaria en el consumo de este producto.

Azúcar

Respecto al azúcar, Brasil mantendrá su cupo de 180.000 toneladas, pero esta vez sin cargas arancelarias y habrá un nuevo contingente de 10.000 toneladas para Paraguay. Este mismo lunes la Asociación Nacional de Fabricantes de Azúcar (Agfae) ha lanzado un duro comunicado en el que critica que al cultivo europeo se le hayan eliminado hasta 30 principios activos para tratar el producto mientras “productores de azúcar de terceros países viven ajenos a las limitaciones normativas y estándares”. “El coste de esta ventaja competitiva lo paga el sector productor español y europeo que mira con estupefacción cómo avanzan los tratados internacionales y cómo, por uno u otro motivo, el azúcar entra en la Unión en gran parte libre de aranceles”, afirma la asociación.

Posibles sectores beneficiados: aceite de oliva y vinos

El aceite de oliva se verá beneficiado, teóricamente, porque se le eliminarán los aranceles a la exportación y a la importación (ahora de un 10%) de forma gradual en 15 años. Y, en este sentido, el mercado de Brasil es muy importante, con ventas del producto español en 2023 cercanas a cien millones de euros. También el sector del vino puede ser un producto ganador, ya que se eliminarán las tasas en ocho años para el embotellado (ahora son del 27%) y en cuatro años para las bebidas espirituosas (ahora son del 35%). Pero Ricardo Serra avisa que “en cinco años estos países pueden ser una potencia tanto en aceite de oliva como en vinos y allí las tierras son muy extensas, con una enorme capacidad de producción; hay que tener las luces largas; nos puede beneficiar en los primeros años, pero luego no se sabe”.

Aceite de oliva y vinos pueden ganar terreno en Sudamérica con la retirada de aranceles

El Ministerio de Agricultura señala también como posible sector con futuro por este acuerdo el porcino. “Mercosur eliminará los aranceles en un período entre 8 y 15 años, según productos. Y la UE irá aumentando progresivamente la cantidad que puede entrar con arancel reducido (hasta llegar a 25.000 toneladas anuales, de forma progresiva en 6 años). Posteriormente, se liberalizará en 10 años”, asegura, para añadir a continuación que “España tiene intereses exportadores en carne de porcino, con un sector muy dinámico y competitivo”.

Aceituna de mesa

Mención aparte merece la aceituna de mesa, que sale claramente perjudicada. El sector europeo (con Andalucía como mayor productora) continuará vendiendo en los países de Mercosur con un arancel del 12,6%, mientras que las ventas desde esos territorios a Europa se beneficiarán de una disminución progresiva de las tasas hasta desaparecer en siete años. La producción argentina, cuyo principal mercado es Brasil, es la gran ganadora.

Beneficio global con ganadores y perdedores

El economista Joaquín Aurioles, doctor en Economía y profesor titular jubilado de Fundamentos de Análisis Económico, sostiene que el saldo global del acuerdo será favorable, “aunque los cálculos son optimistas”. Eso sí, cree que habrá ganadores y perdedores, y que los ganadores serán “aquellos con una productividad más elevada” y “con mayor tamaño”. Augura fusiones y adquisiciones empresariales, en todos los sectores, no solo el agrícola. “Andalucía ya está acostumbrada a competir en situaciones de competencia abierta, eso nos predispone a sobrevivir razonablemente bien”, dice. Y añade, por último, que las compensaciones para los productores más dañados por el acuerdo deben estar “muy bien pensadas”. En este sentido, la UE prevé un fondo de 1.000 millones para esta contingencia, que Ricardo Serra, presidente de Asaja Andalucía, critica: “No queremos compensaciones, queremos precios”, sentencia. Desde la Comisión Europea se afirma que es una especie de seguro, pero creen que al final no será necesario.

Bruselas ve la negociación concluida y sin posibilidad de cambios

Bruselas avisa que no es posible cambiar o modificar los términos del acuerdo. Se puede aprobar o rechazar, pero no hay margen para introducir "mejoras" para la agricultura. Lo acordado -que incluye también cláusulas contra la deforestación y el respeto del acuerdo climático de París 2015- es lo acordado y se ve el acuerdo como equilibrado. Alemania, secundada por España, es la gran impulsora del voto a favor del pacto mientras que Francia encabeza el grupo de países en contra. Está acompañada por Polonia y Austria y posiblemente por Italia, que está en duda. Si estos cuatro países se unen, formarán una mayoría cualificada de bloqueo, ya que representan al menos el 65% de la población total de la Unión Europea. El proceso va a ser largo, probablemente de un año o más (Bruselas no cree que el acuerdo esté listo antes de 2026). Para que el acuerdo entre en vigor hace falta la aprobación de los países y la del Parlamento europeo (en el caso de Mercosur basta el visto bueno de un país para vincularlo al acuerdo). Y, dependiendo de la base legal del texto, también podría ser necesaria la aprobación de los parlamentos nacionales.

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