Navantia cifra en 3.000 empleos y 130 millones de euros anuales de aportación al PIB la construcción en eólica marina
La empresa celebra diez años de actividad en el sector, que tiene garantizado compromisos contractuales hasta 2032
"Hay riesgo financiero en la eólica marina flotante, pero las energéticas creen"
Madrid/Hace 10 años Navantia inició su andadura en la construcción de estructuras para parques eólicos marinos, en concreto cimentaciones y una subestación eléctrica para el parque alemán Wikinger, una apuesta por la diversificación de los astilleros que se ha traducido en esta década en la generación de 3.000 puestos de trabajo y la aportación de 130 millones de euros anuales al Producto Interior Bruto (PIB). Puerto Real y Fene son las factorías elegidas para esta apuesta que cuenta desde hace un par de años con una marca propia, Navantia Seanergies. "Navantia Seanergies tiene objetivos muy ambiciosos de cara al futuro. Contamos con compromisos contractuales con clientes garantizados hasta el año 2032, lo que nos permitirá aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece este mercado", destaca el presidente de la compañía naval, Ricardo Domínguez, durante la celebración por este décimo aniversario.
La empresa pública ha presentado un informe durante un acto organizado en Madrid por esta conmemoración en el que resaltan las cifras de empleo sostenido en estos diez años, en torno a 3.000, o de aportación al PIB, de 130 millones anuales; pero también en cuanto a compras y en el papel que ha desempeñado en la creación de una cadena de valor en la industria española. Así, los proyectos para parques eólicos marinos han supuesto en este tiempo un volumen de compras de 1.200 millones y una cadena de suministro de más de 500 empresas, de las que cuatro centenares son españolas. Esta actividad ha permitido que el sector esté preparado para afrontar el comienzo de la eólica marina en España, señala la compañía. Actualmente no existen parques eólicos offshore en aguas nacionales, cuya implantación supondrá un paso más al implicar la instalación en aguas profundas (frente a la mayoría de parques actuales, creados en aguas poco profundas) y, por tanto, el manejo de tecnologías avanzadas para crear complejos flotantes.
La Hoja de Ruta de la Eólica Marina y las Energías del Mar y el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 prevén alcanzar hasta 3 gigavatios (Gw) de eólica marina en 2030, lo que se traduce en 7.500 empleos y una aportación de más de 2.000 millones de euros anuales al PIB, según los datos que maneja la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
"Hemos aprendido, nos hemos consolidado y aspiramos a mucho más"
Navantia empezó su andadura en este campo en 2014 con la firma de un proyecto con Iberdrola para la construcción de 29 cimentaciones fijas, en colaboración con Windar Renovables, y una subestación eléctrica para el parque Wikinger, en el Báltico alemán. De las jackets se hizo cargo el astillero de Fene, mientras que en Puerto Real se construyó la subestación. El primer corte de chapa de la plataforma se produjo el 19 de diciembre. Fue bautizada como Andalucía I.
Ese primer hito abrió las puertas en los años siguientes a nuevos encargos, en concreto 21 proyectos para nueve países distintos tanto de Europa como para Estados Unidos. Una década de fabricación de entre cimentaciones fijas, flotantes, subestaciones y piezas de transición. En conjunto se estima que los parques para los que se ha trabajado han contribuido a abastecer de energía renovable a tres millones de hogares y han evitado la emisión de 16 millones de toneladas de dióxido de carbono (C02) hasta la fecha.
El presidente de Navantia apuesta a que la energía eólica offshore pueda equipararse o superar a la terrestre en en unos años, y ser por tanto la energía limpia más importante. La compañía está preparada para liderar la industria, junto a la empresa auxiliar. "En estos años hemos aprendido, crecido, nos vamos consolidando y aspiramos a mucho más. Solo estamos empezando", deja claro.
El director de Navantia Seanergies, Javier Herrador, se refería en un vídeo proyectado a que están "contribuyendo a crear marca España", por la experiencia y el conocimiento que han adquirido en el sector, un bagaje del que también se nutre la industria colaboradora, y del que son igualmente partícipes los socios y los clientes. Durante su intervención en el evento ha ofrecido varios apuntes para afianzar esta idea: Navantia es el primer constructor español en hacer una subestación eléctrica, han construido el 70% de las plataformas flotantes existentes, "que es la tecnología que se va a implementar en España", y es la empresa de referencia en la fabricación de jackets para aerogeneradores, con unas 220 en su haber. "Abarcamos todas las tecnologías", matiza Herrador, que reconoce "la ambición de ir ganando terreno en el mercado".
"La eólica marina supone trabajar por la descarbonización de la economía y por una transición energética justa", ha comentado Domínguez sobre las bondades de este tipo de energía. Implicarse en la construcción de las estructuras "potencia nuestra autonomía estratégica y contribuye a crear y consolidar nuevas capacidades industriales que alimentan a toda una industria auxiliar, fomentando un empleo de calidad y anclando la población al territorio", ha añadido sobre la importancia de esta actividad también para el tejido industrial español.
Los astilleros implicados
Los dos astilleros mencionados, Fene en A Coruña y Puerto Real, son las sedes de esta actividad de Navantia. Las instalaciones gallegas, apunta la compañía, están dotadas de las capacidades necesarias para construir cimentaciones flotantes y fijas, así como cuenta con una fábrica de monopiles junto a Windar Renovables. En la factoría puertorrealeña la eólica comparte las instalaciones con la construcción naval y dispone de un taller de paneles planos que optimizará la construcción de estructuras flotantes. Desde 2014, Navantia ha ejecutado o aprobado inversiones por más de 140 millones de euros para poner a punto sus instalaciones para la eólica marina.
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