La primera planta de biogás agroindustrial de Andalucía echa a andar en Campillos
La instalación malagueña ha necesitado una inversión de 3,7 millones de euros
La sociedad Agroenergía de Campillos ha puesto en marcha la primera planta de biogás agroindustrial de Andalucía en este municipio malagueño. Con una capacidad de 60.000 toneladas al año, ayudará a aliviar los problemas de gestión de purines de una de las zonas de mayor concentración de ganado porcino de Andalucía, generando un recurso energético, en forma de biogás, de más de 16 millones de kilovatios hora (KWh) al año.
La planta, además de generar energía verde, producirá 10.000 toneladas año de compost para uso agrícola y aportará reducciones de gases de efecto invernadero de más de 13.000 toneladas de dióxido de carbono al año.
La sociedad Agroenergía de Campillos afirmó ayer en un comunicado que, tras terminar el periodo de pruebas, comenzó su andadura con la llegada de las primeras cubas de purines desde las granjas de porcino de la zona.
La compañía desarrolla un novedoso modelo de negocio sostenible mediante acuerdos con las empresas de alrededor -el referente en España en la cría y comercialización de pavo, Procavi, y del sector porcino, Gypasa- por los cuales la planta de biogás trata sus residuos orgánicos y les suministra energía verde.
La instalación supone una referencia en Andalucía como primera planta de biogás agroindustrial y también en España como una de las primeras plantas que se promueven al margen del sistema de primas a las renovables. España es la segunda potencia en ganado porcino de Europa, sólo por detrás de Alemania, donde actualmente hay más de 10.000 centros de biogás. "Esta planta pretende ser la primera y una referencia para futuros proyectos", apunta la empresa malagueña.
De esta forma, Giesa Agroenergía, promotora del proyecto, culmina una primera etapa "no exenta de dificultades" a causa de la entrada en preconcurso del grupo Abengoa. Y es que su filial Inabensa, que había entrado como accionista de referencia y constructor, "paralizó las obras" de la planta en octubre de 2015. Esta situación provocó que Giesa Agroenergía tuviera que "retomar" el control del proyecto, que ha requerido una inversión de 3,7 millones de euros.
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