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Quien a buen árbol se arrima…

Las cadenas de suministro son muy importantes para alcanzar la sostenibilidad de las pymes

Cadenas de suministro.

12 de octubre 2024 - 05:00

EN los últimos años las cadenas de suministro se han convertido en un elemento clave que marca la competitividad de las empresas, ya que éstas necesitan de unas estructuras en redes, que incluyen proveedores y distribuidores, para poder desarrollar, producir y llevar su producto al mercado y al cliente final. La competencia entre empresas pierde así peso frente a la competencia entre sus cadenas de suministro. Por tanto, el éxito de una empresa frente a sus competidoras va a depender en gran medida de la eficiencia de sus redes de suministro y distribución para llevar el producto al cliente final, y de poder llegar a un mayor número de clientes. Claro que no todas las cadenas de suministro son iguales. Si nos centramos en la empresa focal de la cadena de suministro, la que manufactura el producto que se va a llevar al mercado, podemos encontrar cadenas de suministro con empresas focales grandes, medianas o pequeñas. El tamaño relativo de estas empresas con respecto al resto de empresas contenidas en sus cadenas de suministro va a definir las dinámicas relacionales que se establecen en la red.

Estas dinámicas relacionales son especialmente importantes para establecer cuáles son las prioridades y el espíritu que va a predominar en la cadena de suministro y en sus participantes, para los temas importantes que preocupan a la sociedad como, por ejemplo, el tema de la sostenibilidad.

Tenemos ejemplos de empresas focales grandes, como el caso de Airbus que establece los estándares y condiciones que deben cumplir sus proveedores en temas como la sostenibilidad medioambiental, estableciendo unas normas claras que deben cumplir a través de certificaciones ISO 14001. En este caso, es la empresa focal la que impulsa la sostenibilidad de su cadena de suministro y, por lo tanto, todas las empresas que formen parte de ella tienen, a priori, más posibilidades de ver incrementada su sostenibilidad. También tenemos otras empresas de gran tamaño, como Unilever y Nestlé, que expulsan de su cadena de suministro a todos aquellos proveedores que no cumplen con los estándares de sostenibilidad de su cadena. Por ejemplo, en los últimos años, estas empresas han prescindido en sus redes de provisión de aquellas empresas que no implementaban técnicas de producción medioambientalmente sostenibles en la producción del aceite de palma. Y no solamente encontramos ejemplos de estándares medioambientales, también existen grandes empresas que establecen estándares de sostenibilidad social en su cadena de suministro. Un claro ejemplo es el de empresas pertenecientes al sector textil, como Zara, que establece ciertos requisitos de responsabilidad social entre sus proveedores y fabricantes. Estos casos de cadenas de suministro tienen un común denominador: las empresas focales son grandes, siendo además estas las que impulsan las prácticas de sostenibilidad a lo largo de sus cadenas de suministro.

Sin embargo, cuando no tenemos una empresa focal grande que impulsa claramente la implementación de ciertas estrategias en su cadena de suministro, no está claro en qué dirección se pueden propagar las mejoras en la sostenibilidad económica, social y medioambiental de sus integrantes. Recientes estudios llevados a cabo en la Universidad Pablo de Olavide intentan arrojar luz sobre este fenómeno, estudiando el caso de la sostenibilidad en las pequeñas y medianas empresas (pymes) y en sus cadenas de suministro. Este estudio es especialmente relevante ya que, según el último informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de febrero de 2024, el 99% del tejido empresarial nacional está formado por pymes (empresas de 0 a 249 asalariados).

La investigación realizada se centra concretamente en el caso de las pymes en el sector de alimentación y bebidas, al ser ésta una de las industrias cuya transformación es prioritaria para cumplir con algunos de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) como hambre cero, salud y bienestar o producción y consumo responsable. Sin embargo, las cadenas de suministro agroindustriales no se caracterizan precisamente por una producción verde, ya que la actividad de sus agentes genera el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Tampoco se caracterizan por ser social y económicamente sostenible debido a las presiones de las grandes distribuidoras que controlan el acceso a los mercados demandando productos agroindustriales de calidad a precios reducidos, a la falta de transparencia o a la inestabilidad laboral, entre otros motivos. Es por ello que la investigación se centró en analizar la relación entre el rendimiento económico, social y medioambiental de las pymes agroindustriales y la sostenibilidad de sus cadenas de suministro.

Los resultados obtenidos en la investigación varían según la dimensión de la sostenibilidad considerada. En el caso de la económica, no existe una relación clara entre la sostenibilidad económica de la cadena de suministro y de la empresa. Es decir, cadenas de suministro que experimentan una mejora en su rendimiento económico no conllevan necesariamente a que sus empresas integrantes tengan un mayor rendimiento económico. Este resultado es consistente y se puede justificar con las teorías existentes en relación a la coordinación en las cadenas de suministro. De forma global, una cadena de suministro puede tener un resultado económico superior, lo que no implica que todas las empresas intervinientes vayan a experimentar dicha mejora en sus resultados económicos. En este caso va a depender, en gran medida, de las dinámicas de poder dentro de la propia red para repartir dichos beneficios. Sin embargo, en el caso de la dimensión medioambiental, el estudio concluye que la sostenibilidad medioambiental de la cadena de suministro va a influir positivamente en el rendimiento de la empresa en dicha dimensión. Es decir, entrar en una cadena de suministro que ya es de por sí medioambientalmente sostenible, va a impulsar e incrementar la sostenibilidad medioambiental de la propia empresa. Este resultado se replica para el caso de la dimensión social. Una cadena de suministro socialmente sostenible va a impulsar y mejorar la sostenibilidad social de la propia empresa.

Por lo tanto, está claro que, en las empresas y sus cadenas de suministro, como en la vida, quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Al menos, en cuanto a mejorar la sostenibilidad.

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