Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
En el mundo de la distribución alimentaria, los márgenes de beneficio son muy estrechos, por dos razones. Por un lado, el consumidor exige productos de primera necesidad con calidad y a buen precio. Y, por otro, hay una enorme competencia entre los operadores, que les obliga a una eficiencia máxima para reducir costes y, consiguientemente, ajustar precios.
Teniendo en cuenta esta premisa, es cierto que en los últimos años la variable precio ha sido importante, pero no la principal. Cobraron más importancia otros factores, como la innovación, el medio ambiente, o la propia calidad del producto, relegados durante la crisis de 2008. Ahora, la propia distribución contempla un escenario "en el que el precio volverá a ser determinante a la hora de hacer la compra, lo que incrementará la ya elevada competitividad", afirmó este jueves la presidenta la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA), Virginia González Lucena, quien participó en el encuentro telemático 'Presente y futuro del gran consumo en tiempos de coronavirus' junto a representantes de Asedas, la patronal de supermercados a nivel nacional, y Aecoc, la asociación de empresas de gran consumo.
En el mismo sentido que González Lucena, el director general de Aecoc, José María Bonmatí, aseguró que el precio "volverá a ganar peso, si algun dia lo ha perdido; es un factor que va a seguir siendo fundamental y posiblemente sea, "en función de la crisis, un nuevo campo de batalla entre los operadores". Ese "en función de la crisis" es clave, pues todo va a depender de si hay un bajón del consumo que a este sector aún no ha llegado. "Se puede producir -dijo Ignacio García Magarzo, director general de Asedas- pero es algo que todos deberíamos trabajar para evitar. No hay que prejuzgar cuál va a ser la evolución y no hay ahora ninguna razón para un ajuste que traiga cambios innecesarios en la formación de precios".
García Magarzo incidió, sobre todo, en las reivindicaciones de un sector, que, contra lo que se pudiera pensar, también pasa dificultades porque, según sus palabras, ha "incrementado costes y ha disminuido ventas en canales de no alimentacion (drogueria y perfumeria); además, las tiendas en zonas turísticas están gravemente afectadas".
El director de Asedas pide un alivio normativo (durante la pandemia, las órdenes administrativas se han incrementado un 700%); no subir el IVA ni los impuestos medioambientales, pues "eso repercutirá en el consumidor y pondrá en riesgo la recuperación"; no tocar la regulación laboral, luchar contra el absentismo injustificado y que sean los propios operadores los que fortalezcan la cadena de valor para evitar un mayor intervencionismo de las administraciones
Bonmartí puso el acento en los retos retos de la distribución, que tiene que afrontar la "integración del comercio electrónico y la tienda física" en un nuevo modelo de negocio que hay que hacer rentable. O debe orientarse hacia servicios propios de los restaurantes como la entrega a domicilio o la preparación de comida preparada. Además, los supermercados se deben dirigir a una mayor prescripción en asuntos de salud. "Aparecen opinadores con poca credibilidad que, sin validez científica, establecen criterios de comportamiento alimenticio y eso obliga a jugar un papel más proactivo", señaló Bonmartí, que instó a los supermercados a mejorar la experiencia de compra reduciendo el tiempo de paso por caja o facilitando aún más el pago con tarjeta.
El presidente de Asedas y también presidente de honor de Garrigues, Antonio Garrigues Walker, dio la nota de optimismo y Se mostró convencido de que España saldrá de esta. "Saldremos bien de esta situación y reforzaremos nuestro espíritu porque comprobaremos que seremos capaces de salir de una situación complicada". Precisamente eso es lo que le pasó al sector de la distribución en marzo. Supo salir, gracias al funcionamiento perfecto de la cadena alimentaria, de un estrés enorme después de ver cómo los clientes se agolpaban en las puertas de las tiendas y hacían acopio de víveres. "Habéis hecho algo único, garantizar el abastecimiento en unas circunstancias extraordinariamente difíciles", dijo García Magarzo. "Por primera vez muchos empresarios han sentido el orgullo de pertenecer a un sector que ha sido clave, no solo por cumplir su misión sino por tomar las decisiones de una forma consecuente", añadió José María Bonmartí, que señaló que España, junto con Canadá, había sido el país del mundo con menos problemas de reposición en marzo. García Magarzo se preguntó qué hubiera ocurrido si el modelo hubiera sido otro, menos eficiente y con las tiendas más lejos de las casas de los clientes- y llamó a consolidar ahora la buena imagen lograda en los momentos más difíciles de la pandemia.
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