Polémica
El alcalde de Cádiz desmiente un bulo en redes sobre su vida personal

Tarjetas revolving: así te hacen creer que estás pagando un 2% de interés cuando en realidad es un 24%

Tarjetas de crédito hay muchas y las revolving, como todas, permiten aplazar automáticamente el pago de compras o las disposiciones en efectivo que se hacen con ellas, pero cuidado con la letra pequeña

Tarjetas revolving: el producto financiero tóxico cuyas consecuencias desconocen quienes las contratan

Los bajos intereses con los que se publicitan las tarjetas revolving forman parte del gancho para los consumidores que caen en sus redes. / M. G.
Redacción

24 de enero 2025 - 07:00

Estas tarjetas disponen de un límite de crédito que puede devolverse a plazos en cuotas periódicas. Sin embargo, las tarjetas revolving tienen unas particularidades que las hacen especialmente peligrosas para las economías domésticas. La primera, lo accesibles que son. Como explica Iñigo Serrano, socio fundador de Sello Legal Abogados, firma especializada en derechos de los consumidores y en la reclamación de tarjetas revolving, “su contratación es muy rápida, se hace de manera inmediata; muchas veces al tiempo que se financia la compra de otro producto, es en realidad un `bicontrato´ ya que se firman dos compromisos: por un lado, la financiación de lo adquirido y, por otro –y sin que generalmente se conozca por el cliente–, la contratación del crédito revolving".

Contratos opacos

Precisamente, esa falta de transparencia, esa opacidad, es otra de las características que hacen tan peligrosos estos productos financieros. “La comercialización es muy defectuosa –cuenta el abogado de Sello Legal–. Los comerciales que las ofrecen no tienen formación específica en este tipo de productos, que tienen una complejidad relevante. Y, además, al trabajar por comisión, su objetivo es `colocar´ el mayor número posible de tarjetas, lo que provoca un déficit de información absoluta en el momento de la comercialización”.

Al leer los contratos se refuerza esta idea de falta de transparencia. Los ejemplos que suelen aportar simulan devoluciones en plazos de 12 meses, cuando la media de duración de estas tarjetas es muy superior. “Hay gente que carga con ellas más de 20 años”, aclara Serrano.

Su carácter opaco y oscuro se acrecienta si nos adentramos en los intereses que aplican y que Iñigo Serrano tacha de abusivos, como todo el sistema de amortización de las tarjetas revolving. “Ningún consumidor aceptaría contratar una si la comparara con las condiciones de un préstamo personal o un crédito al consumo, que tienen tipos de interés mucho más ajustados y de los que, generalmente, se conocen los plazos de duración del contrato. En este sentido, las revolving ocultan información relevante y se presentan con unos beneficios que no existen”.

Anzuelos que no sueltan a su presa

Y, al final, se convierten en una trampa para quien las contrata. Sobre todo, porque el “anzuelo” que utilizan es la posibilidad de pagar la deuda contraída en el plazo y con las cuotas que quiera cada cliente. Y, claro, la gente pica. “El hecho de poder pagar las compras en cuotas de 20 euros al mes resulta atractivo para mucha gente. Lo que desconocen es que, de esos 20 euros, 19 pueden ser intereses, por lo que la deuda no se acaba de pagar nunca”.

No cabe duda de que los bajos intereses con los que se publicitan también forman parte de ese gancho. Anuncian un tipo de interés del 2% cuando los tipos de financiación al consumo se encuentran en torno al 12%. “La trampa –apunta Serrano– está en que la gente asume que el tipo del que se habla es anual, cuando ese anunciado 2% mensual hay que multiplicarlo por doce meses para obtener el 24% anual que se llega a pagar, y que es el doble de los tipos medios de los créditos al consumo”.

Eso hace que, al final, los clientes acaben incrementando de manera desorbitada su deuda inicial. Además, al importe financiado, se le suman los costes del seguro, “que muchas veces tampoco se explica y se contrata automáticamente”, comenta el jurista, y se le añade al saldo deudor las comisiones de disposición de efectivo o de otro tipo que tampoco se explican al consumidor y que se toman en consideración para calcular los intereses.

No saben que la tienen

Con todas estas condiciones que los clientes desconocen, no son conscientes de las consecuencias que puede acarrear un crédito revolving a sus economías personales o familiares. “Los contratos, en muchas ocasiones, ni siquiera señalan el término revolving en sus condiciones y se presentan como un instrumento muy útil para las personas con dificultades económicas al permitir pagos mensuales muy bajos y cómodos”, advierte el abogado de Sello Legal, que apunta además que un 75% de las personas que tienen contratada una tarjeta revolving desconocen que la tienen.

A pesar de ello, el despacho de Serrano recibe cada año entre 1.200 y 1.500 casos –la punta del iceberg– de personas que las han contratado y que quieren reclamar los intereses abusivos de estas tarjetas. Porque se puede y, en palabras de este abogado, “se debe” reclamar. Entre otras razones, porque el 95% de los casos se ganan.

Y, precisamente, es esa falta de transparencia la que está siendo la razón principal de los juzgados para fallar a favor de quienes reclaman los intereses impuestos por las entidades financieras con las tarjetas revolving. Por lo que la recomendación de Iñigo Serrano es clara: “Quien tenga una debe ponerse en manos de profesionales para para estudiar la viabilidad de la reclamación de nulidad del contrato. Y a quienes se les ofrezca una, por supuesto, que no la contraten”.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último