En Algar hay silencio a plena luz del día. En la calle Real, arteria principal de la localidad, pocos bares, algunas mesas y muchos (bastantes) carteles de ‘se vende’ decoran un paisaje que pide a gritos que lo llenen de vida.
La localidad serrana reclama fábricas y la reapertura del Tajo del Águila para que sus jóvenes prosperen sin necesidad de emigrar.
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