Benaocaz: Los tres tercios del paraíso de los tercios
Batallas electorales
Con hippies o sin hippies Benaocaz vive este domingo unas elecciones locales con el pueblo dividido en tres partes una vez más
La continuidad del pacto PP-Cs se baraja como la opción más probable en una localidad donde en una encuesta ganaría el apartado del sí sabe/no contesta
La Guardia Civil cursa sanciones en el asentamiento hippie de Benaocaz
Qué fácil es cogerle cariño a Benaocaz. No sé a qué se debe, si a su tranquilidad, a la amabilidad de su gente, a su enclave tan natural, a esas cuestas adornadas con macetas o a esa sensación de haber sido siempre los penúltimos, la segunda población menos habitada de la provincia y donde el turismo ha tardado tiempo en fijarse. Porque a Benaocaz antes no iba casi nadie. Era un pueblo que, ubicado al lado de la carretera, veía pasar los coches, las motos y los autobuses de Ubrique a Villaluenga o de Villaluenga a Ubrique. Nadie se paraba... hasta que hace poco tiempo, y nadie sabe por qué, la tortilla dio una vuelta en el que pudiera llamarse fácilmente el paraíso de los tercios. ¿Que por qué?
"Un tercio, Mele. Cuando puedas". No son aún las 11 de la mañana pero a ese hombre el cuerpo le pide ya un poco de birra. No es extraño. Por cuestiones de trabajo, de ocio o de ejercicio físico Benaocaz es un pueblo de madrugadores. Siempre se puede hacer algo al alba. Y después, claro, bien vale una parada. Detrás de la barra de El Rincón del Gache, Mele, toda amabilidad, recibe la orden de su cliente y echa mano a lo que nunca debe faltar en un bar de Benaocaz: un tercio de cerveza. Ya ha pasado la hora de los cafés, las tostadas y alguna copa de chinchón, que hay niebla y está lloviendo.
Habría que ver las cifras de venta de las principales compañías cerveceras, pero hay quien asegura que, en proporción a su población, en pocos sitios se pueden vender más tercios de cervezas. Ojo, que no son quintos, botellines, cañas o tubos. Son tercios. Y en botella, con su pelín de hielo resbalando por el cristal.
Que nadie se confunda. No es que los benaocaceños tengan fama de borrachos, ni mucho menos. Es un pueblo al que le encantan las fiestas, sí, pero sobre todo el debate, la charla, el encuentro. Dentro, en la barra del bar, o fuera, con una mesa donde apoyar lo tercios mientras se charla de pie. Que sentarse es de flojos.
Es martes, hay elecciones el domingo pero en Benaocaz el tema estrella del día, de la semana, del mes y posiblemente de los próximos meses es la comuna de hippies que se ha instalado montaña arriba.
A los forasteros, muchos de ellos extranjeros, se les puede ver por el pueblo. Unos llenan las garrafas de agua en la fuente pública, otros sacan dinero en el único cajero automático y otros compran agua, pan o fruta en la tienda de Juan Antonio, también la única que presta servicio en esta población.
No hay miedo en Benaocaz por la cercana presencia de esta comuna. O al menos esa es la sensación hasta que nos topamos con una mujer que parece haber visto al demonio: “¿Usted es periodista? Pues escriba que aquí estamos aterrados con esa comuna, que hay mucho miedo, que han provocado incendios... Pero no ponga mi nombre. En todo caso diga que soy Mari C.”, dice como si fuera una espía. Y tras largar la parrafada coge cuesta abajo a toda velocidad.
Con hippies o sin hippies Benaocaz vive este domingo unas elecciones municipales. Y la cita la afronta un pueblo partido otra vez en tres: los que son del PSOE, los del PP y los de Ciudadanos. Lo tres tercios de un pueblo que es el paraíso de los tercios.
Y cuando un pueblo está tan partido desde el punto de vista político, la mayoría opta por el mutismo. En una encuesta en Benaocaz habría que dar un porcentaje muy alto a los del SS/NC (sí sabe, no contesta). "No, de elecciones no hablo, ni de las cosas buenas que hay en el pueblo ni de las cosas por mejorar. Aquí entra gente de un bando, del otro y del otro y quiero seguir llevándome bien con todos", reflexiona Juan Antonio desde la tienda que regenta y que estos días está haciendo el agosto con sus nuevos clientes hippies.
Y no es el único que se reserva su opinión, ya sea por miedo o por sentido común. Milo, una madrileña emigrante que conoció a un benaocaceño en Alemania y que desde hace medio siglo reside en el pueblo, adopta también una posición equidistante: "Da igual quien gane porque después se hace más bien poco desde el Ayuntamiento, aunque es verdad que quienes entran a gobernar lo hacen siempre con su mejor intención". Y a renglón seguido hace una reflexión que sería secundada posteriormente por otros vecinos consultados: "Lo que me llama la atención de este pueblo es que quien entra a gobernar lo primero que hace es quitar todo lo que hicieron los anteriores, aunque fuera bueno. Eso no lo entiendo".
A sus 92 años de edad Pedro Ríos es la segunda persona más longeva de Benaocaz y, por tanto, una voz autorizada para hablar de cómo está el pueblo. Con la misma contundencia dice que va a votar el domingo pero que no quiere desvelar su voto. Y bajo la lluvia de mayo dice que en Benaocaz hacen falta más bares y restaurantes –"aquí llegan cada vez más turistas y cuando vienen a veces no tienen donde comer porque todo está cerrado"–, pone el grito en el cielo por la "falta de educación" que aprecia en la juventud de hoy en día y de manera especial critica tantas ayudas que da el Gobierno a los parados y a los jóvenes. "Los billetes hay que ganarlos con sudor", afirma este hombre que se llevó casi medio siglo "cuidando a los bichos en el campo y pasando frío y hambre de verdad".
Es cierto lo que dice Pedro Ríos de que a Benaocaz cada vez vienen más turistas, pero también lo es que llega mucha gente a vivir al pueblo –el padrón en esta localidad va creciendo a diferencia de lo que pasa en otros pueblos del entorno– o a comprarse una segunda residencia para sus escapadas de fines de semana o vacaciones. La tranquilidad y un asequible precio del metro cuadrado animan a muchos y de ahí el goteo de jubilados, prejubilados o teletrabajadores provenientes de Jerez, El Puerto, Chiclana, Sevilla...
Sevillanos son precisamente Justo Peñalosa y Alicia García, una pareja asentada desde hace tres meses en Benaocaz y adonde llegaron provenientes de Alicante. En clave electoral él, miembro de una asociación de fumadores de pipa, destaca "el mimo" con que el Ayuntamiento está cuidando el pueblo, sobre todo en materia de servicios públicos, aunque ambos también consideran que la limpieza urbana tiene aún margen de mejora. Y explican que Benaocaz "tiene de todo, con biblioteca, gimnasio, sala de usos múltiples...". "Aquí sólo se aburre quien quiere. Y quien se aburre en Benaocaz es que se aburre en cualquier sitio", opina Alicia.
En Benaocaz no parece que haya indecisos pero sí mucha gente que no quiere desvelar su voto. Hay quienes abogan por la vuelta del PSOE a la Alcaldía pero se intuye un sentimiento mayoritario a favor de la continuidad del actual pacto de gobierno entre el PP y Ciudadanos.
El choque entre izquierda y derecha ha sido habitual en Benaocaz desde siempre. Es más, aquí gobernaba Alianza Popular en la década de los 80, cuando ese partido no tenía casi ninguna Alcaldía en el resto de la provincia. Con los años fueron apareciendo nuevos actores como el PA, que durante cierto tiempo fue apoyando a PSOE o a PP, y ahora Ciudadanos, formación que tiene aquí su única Alcaldía de toda la provincia en la persona de Olivia Venegas.
Los tres partidos que concurren a estas elecciones sueñan con superar los 200 votos y acercarse así a la mayoría absoluta, fijada en los cuatro concejales. En 2019 el PSOE bajó de cuatro a tres ediles, perdió la mayoría absoluta y abrió la puerta a un pacto entre los dos representantes del PP y los dos de Ciudadanos. Ese pacto, que le dio primero la Alcaldía al PP y a principios de 2022 al partido naranja, sigue vigente y se da por hecho que continuará... si salen las cuentas, claro.
La mañana va pasando, la niebla se va disipando, los hippies siguen bajando a Benaocaz aunque a cuentagotas y los tres tercios de pueblo siguen conviviendo. El domingo esas tres partes volverán a verse las caras alrededor de una urna. A saber qué pasará. De momento, en el exterior de El Rincón del Gache, hay una charla animada en la que, curiosamente, participan candidatos del PP y de Ciudadanos. Sobre la mesa, cómo no, varios tercios de cerveza son testigos del debate. De un debate en un pueblo al que es fácil cogerle cariño. Se llama Benaocaz.
Los tres candidatos a la Alcaldía de Benaocaz
Antonio Venegas (PSOE)
La apuesta del PSOE en Benaocaz vuelve a ser este ganadero que ya fue alcalde entre 2015 y 2019. Hace cuatro año volvió a ganar pero perdió un concejal y la mayoría absoluta, abriendo la puerta al pacto PP-Cs. En este mandato ha sido también asesor del gobierno de la Diputación.
Antonio Lamela (PP)
El hombre fuerte del PP en la localidad benaocaceña se estrena al fin como candidato a la Alcaldía. En 2019 este hombre afincado en Tavizna iba en el número dos de la lista del PP, pero tras la renuncia de Ana Belén García a la Alcaldía se convirtió en el referente local de un PP que llega confiado a estos comicios.
Olivia Venegas (Ciudadanos)
El nombre de Olivia Venegas ya ha pasado a la historia por ser la primera persona en lograr una Alcaldía para Ciudadanos. Eso sucedió en enero de 2022, cuando, aunque a ultimísima hora, el PP le dio sus votos para que relevara a la alcaldesa popular dimisionaria. Aspira a repetir en el cargo.
1 Comentario