Chipiona, intrigas y recelos
Elecciones municipales en Cádiz 2019
La vida municipal en las últimas legislaturas fue una montaña rusa. La campaña promete nuevas emociones
Chipiona/No paran de decírtelo en cualquier lugar que vayas de Chipiona. Es la historia de tres mujeres. Podrían ser hombres, pero son mujeres. Y luego un hombre.
La aritmética de Chipiona es curiosa. PSOE e IU sacaron juntos un 48% de los votos y 9 concejales, sin embargo gobierna el PP, con el 37% de los votos. ¿Verdad que es extraño? Bien, ahora viene la historia de las tres mujeres.
Cuando el alcalde de Chipiona era el orientador de instituto Manuel García (PSOE), su principal enemiga en el Ayuntamiento se llamaba Isabel Fernández, la concejal de Izquierda Unida. García, que quiso llevar una gestión acorde con su formación psicopedagógica, que incluía paseos matutinos de los funcionarios por la playa, tenía en Fernández el martillo pilón que le afeaba su alto sueldo y que defendiera un parque eólico frente a la costa, aquel lugar al que García atribuía poderes magnéticos. También esa inquina pudo llegar a tener que ver con una denuncia acerca de un dinero obtenido de la FEMP para la organización de algo que se llamó Lan Party. Esto salpicó a una concejal de García, María Naval. Naval es hoy la candidata del PSOE a la alcaldía.
Y es que las últimas legislaturas han sido extrañas en Chipiona. Por ejemplo, en 2011 Fernández fue alcaldesa por unos días con los votos envenenados de García. Fernández y su otro concejal decidieron no apoyar ni al PSOE ni al PP, se votarían a sí mismos.Para su sorpresa, los concejales del PSOEtambién les votaron (cosas de la psicopedagogía). Fernández renunció al cargo tras tomar posesión porque sabía que era absurdo ser alcaldesa teniendo en la Corporación sólo a un concejal más y el apoyo de su principal enemigo. Así que la alcaldía fue para el doctor Antonio Peña, que luego renunciaría a la alcaldía para no tener que tirar la casa ilegal de una vecina que era paciente suya.
Han pasado muchos años de aquello, pero lo cierto es que la candidata del PSOE, Naval, y la candidata de IU, Fernández, no se llevan bien, ni tampoco se llevan excesivamente bien con la actual alcaldesa y candidata del PP, Isabel Jurado, psicóloga igualmente, que sustituyó a Peña en el puesto.
Y ésta, básicamente, sería la batalla primaveral de esta localidad un poco lánguida en estos días a la espera de los veraneantes... sería la batalla si no hubiera aparecido un nuevo invitado a la fiesta. Un nuevo invitado y un viejo conocido: Luis Mario Aparcero.
Aparcero es un maestro jubilado que ha dirigido colegios pero al que no se le conoce por eso, sino por haber sido alcalde de Chipiona doce años alcalde intermitente, con dos mociones de censura a sus espaldas, y también por haber sido inhabilitado por echarle una mano a su colega del PSOEde Sanlúcar, Agustín Cuevas: aceptó ofrecer un trabajo en el Ayuntamiento de Chipiona a Cunete, el concejal del PP al que Cuevas tenía pensado comprar para mantenerse en la alcaldía. Ocurrió en 1999. Aparcero siempre lo negó y aún lo niega.
Jorge, propietario de una carnicería en el desangelado mercado de abastos de Chipiona, le importa bien poco si aquello ocurrió o no. Le importa esto otro: venid, venid. Nos da un paseo por el mercado. La mayor parte de los puestos están cerrados. “Hasta que no llega el verano aquí no hay nadie, es una ruina. Mirad, mirad”, y señala las grietas. “Esto no se pinta desde hace diez años. Aparcero siempre venía por aquí, ahora no conozco ni a la delegada municipal de Comercio”.
Igual piensa el pescadero de la única pescadería abierta. “Llamas para denunciar la venta ilegal, que aquí te vende pescado cualquiera, y la policía local o no contesta o están de baja”.
Aparcero se ha construido una nueva herramienta que tiene su sede en la calle peatonal, Víctor Pradera, junto a la calle que va al Castillito y que los sevillanos veraneantes llaman Sierpes. Entre banderolas pidiendo a los chipioneros que compren en el centro, ya algo descoloridas, y algunas interesantes sugerencias de los comerciantes (“bésame en esta esquina”, ha puesto un obrador en una esquina que invita a ello), está el edificio Araucaria, donde también está la inmobiliaria Aparcero (que no es del candidato). Allí se puede fisgonear a través de los cristales la sede de Unidos por Chipiona. Hay decenas de carteles preparados para ser colgados en la calle en el momento en que la campaña empiece. Y mañana Aparcero presentará su proyecto de ciudad, el que va a confrontar contra las tres mujeres que rivalizan por la alcaldía, tres viejas conocidas, aunque no tan viejas conocidas como Aparcero.
Mientras llega ese momento el Tato arregla calles, que es un habitual paisaje preelectoral. Los sevillanos se van a encontrar el pavimento niquelado cuando lleguen en julio. Pero Tato no está muy satisfecho con el chaleco amarillo reflectante de Diputación que lleva. Ese chaleco significa un contrato de quince días de peón, poco con la poca faena que hay en el campo y en los invernaderos de flor cortada, que es lo suyo. Si llevara uno rojo, como otros compañeros, sería oficial y el contrato sería de un mes. Otras compañeras de amarillo aprenden el oficio de poner adoquines del encargado, que tiene un chaleco de nueve meses de contrato. No se quejan, aunque han tenido que esperar un año para conseguir llevar un chaleco de quince días de trabajo.
Hay un lugar en Chipiona para viajar en el tiempo. Es el museo del Moscatel, que abrió la cooperativa agrícola más antigua de Andalucía, en el año 2012. Su interior está decorado con los programas de todos los festivales del moscatel celebrados, un gancho para veraneantes desde 1965. Allí estuvo en 1967 Karina y los Strangers, un grupo de músicos americanos de la Base de Rota. En 1968 aparece por primera vez Rocío Jurado y luego aparece muchas veces. Grandes figuras nacionales. El último año hubo noche carnavalesca y Los Morancos. Los desplazamientos no fueron costosos.
El PSOE, en la oposición, atacado a un lado y a otro por el PP e IU
“Nos encontramos con un ayuntamiento arruinado por la gestión socialista, pero venimos con más experiencia, con más ganas, más fuerza y más ilusión y somos un equipo transparente”, afirmó Isabel Jurado, la alcaldesa del PP, en la presentación de la candidatura en la Cooperativa Católica Agrícola, donde estuvo arropada por la ya parlamentaria María José García Pelayo, la única que ha sacado por la provincia la formación popular. Es decir, la mala herencia es uno de los mensajes fuerza de esta candidatura. Por su parte, el PSOE, con María Naval, acude hablando de playas abiertas todo el año y de la recuperación de 262.000 metros cuadrados que este municipio considera que le pertenecen del entorno de Costa Ballena. Isabel Fernández, de IU, en la presentación de su candidatura, aún recordó el momento en el que renunció a la alcaldía el día de la presentación de su candidatura: “Nos quedamos en la oposición trabajando y otros piensan que hacer oposición es negar e impedir”. Parecía claro en su discurso que se mantenía la dificultad de su acercamiento con Naval y dijo que gracias a ellos, pese a gobernar el PP, se había mejorado la limpieza pública.
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