El paréntesis político del profesor Kichi
Elecciones Municipales 2019 Cádiz
Llegó como un ciclón en 2015 y su paso por el Ayuntamiento tiene una fecha de caducidad: junio de 2023
José María González no es un político al uso. Llegó a la política municipal en 2015, y su fecha de caducidad está marcada bien claro: junio de 2023. En la primera mitad de ese intervalo ha desempeñado el cargo de alcalde de la capital gaditana, nada menos; y su claro objetivo es revalidar el apoyo de la ciudadanía para repetir los otros cuatro años que le quedan. Tras eso, volverá a sus clases, que es su verdadera vocación.
González dio el salto a la primera línea de la política en el año 2015, y fue una circunstancia casi de casualidad. “Yo nunca he sido cabeza de nada, donde he militado lo que he intentado siempre es aportar lo mejor de mí para el colectivo, ya sea en política, en cuestiones sociales o en temas culturales como el Carnaval”, explica González, que recuerda cómo hace cuatro años cuando Podemos planteaba presentarse a las municipales “hablamos de equipos, de personas, de perfiles... y se vio conveniente que mi perfil fuera el que liderara la candidatura”. “Pero podría haber sido otro perfectamente”, considera.
Su paso casi circunstancial por la política puede desembocar el próximo 26 de mayo en un caso singular: ocho años en política activa y los ocho como alcalde de su ciudad. Ese es el reto que se marca José María González, que de hecho no se considera “un político al uso” y que reconoce estar viviendo una etapa “tremendamente emocionante”. “Pero sí me relaciono con los que entienden la política como un medio de vida, esos que anteponen su interés particular por encima del servicio a la sociedad. Es una lástima, la política se ha envilecido, ya no es el acto de solucionar de forma colectiva los problemas de los demás”, lamenta, mostrándose muy feliz “que seamos nosotros los únicos que demostremos que se puede hacer política de verdad”.
No obstante, su interés por la política, su “sensibilidad por el otro” le viene de su época en la parroquia de la Pastora “y todo lo que aprendí con el Padre Araujo y con todos los monitores: Vicky, Diego, Félix, Alfonsi, Begoña...”. Ya en la universidad “entro en contacto con el marxismo y la izquierda alternativa” y es cuando abraza la vida militante que lo ha llevado a la Alcaldía de la ciudad.
La intensidad de estos cuatro años ha cambiado la vida de Kichi, que aprovecha cualquier posibilidad de escape para estar junto a sus tres hijos, la última nacida hace tan sólo un par de meses, “que me quitan el sentío”. Y muy de vez en cuando, “suelo coger la guitarra y tocarla un poco y cantiñear, que no cantar, para que no se me oxiden los dedos y la voz”, confiesa. De viajar, que es su otra gran pasión, apenas hay tiempo “y lo hecho mucho de menos”.
José María González comparte vida nada menos que con su secretaria general en Andalucía, Teresa Rodríguez. “Es muy difícil, pero lo llevamos bien porque no hay subordinación de uno al otro, cada uno tiene su espacio, su lugar de acción política. Somos muy independientes en ese sentido. Eso sí, nos echamos mucho de menos; soñamos con el día en que no tengamos que cumplir con esta tarea”, reconoce. Teresa, de hecho, dejará la política antes que él en base a ese compromiso adquirido de permanecer sólo ocho años en los cargos. Y en su caso, será en junio de 2023 cuando ponga fin este intenso paréntesis político del profesor González.
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