El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Perfil del intendente que llamó "loco borracho" a Fernando Simón
No tiene nada de malo ser un poli facha (en su acepción de la RAE “de ideología política reaccionaria”, no en la otra acepción, que es “mamarracho”). Hay muchos. Tampoco tiene nada de malo ser un jefe de policía facha. También hay muchos. Yo, al menos, he conocido muchos, e incluso me llevo bien con algunos de ellos. Hay más problemas si el jefe de policía es facha y ejerce activa y públicamente como tal. También hay muchos.
Rafael Muñoz Leonisio, jefe de cien agentes en El Puerto de manera interina desde hace años, defiende ser un jefe de policía local en su horario laboral, mientras que en su tiempo de ocio considera que es libre de insultar más a siniestro que a diestro en las redes sociales (llama hija de puta a la portavoz del Gobierno, se va a cagar en “la puta madre” del vicepresidente segundo, al jefe de los servicios de epidemiología le llama “loco borracho”) o de envolverse en una bandera de España por las calles de la urbanización Las Redes armado con una cacerola. Esta diversión, a la que cualquier persona era muy libre de sumarse si lo hacía en el horario adecuado y manteniendo la distancia social, no parece la más adecuada para quien, lo quiera o no, es un personaje público que debe de ser ecuánime con el comportamiento de los que piensan como él y no lo hacen.
No es la primera vez que Muñoz Leonisio, al que los compañeros le llaman el Pringue por el abuso que hace de la gomina en su pelo, es el centro de una polémica. Coincide con lo que afirman algunos compañeros suyos a este medio. “No es un mal policía, pero si hay que saltarse las normas para lograr sus objetivos, puede llegar a saltárselas”. Esto puede ser para bien o para mal. Durante los primeros días de la pandemia no paró hasta conseguir que se le hicieran los test a toda la plantilla, aunque las autoridades no tenían a los agentes locales en esta prioridad pese a estar trabajando en la calle.
Otros episodios anteriores son más oscuros. Dos de ellos los protagonizó junto a su amigo Sergio Buhigas, conocido empresario de El Puerto. Uno tuvo que ver con la documentación que se entregó para la autorización de un cotillón en el casco de bodega El Cortijo en la Nochevieja del año 2000 que acabó en un desastre organizativo. La fiesta estuvo plagada de irregularidades y se señaló a Muñoz Leonisio como el agente que había hecho la vista gorda. Se abrió una investigación de la que salió eximido de culpa porque no se pudo demostrar si fue él el autor de la falsificación de un documento.
Seis años después el policía montó una empresa con Buhígas para construir unas pistas de pádel. El Ayuntamiento le cedió unos terrenos en la avenida del Cisne y él , sin pedir permiso alguno, se lanzó a la poda de los árboles de la zona. Tuvo que pagar una multa.
En 2011 defendió que no le cobrara la tasa de la grúa a un edil del Ayuntamiento porque eso era una práctica habitual. El coche del edil fue retirado de la vía pública por estar mal aparcado y Muñoz Leonisio dejó que saliera sin que el concejal tuviera que abonar nada. Afirmó que hubiera actuado igual con cualquier autoridad. Es decir, las autoridades dejaban de ser como el resto de los ciudadanos, en este caso un concejal de Deportes, la ‘autoridad’.
En la policía unos le defienden y otros no le tragan, aunque fuentes de la policía dicen que tiene que ver con que es un cuerpo que está muy politizado con dos bandos muy claros. Y el de Muñoz Leonisio todo el mundo en El Puerto sabe cuál es. Tras los buenos resultados de Vox hubo una concentración en contra de este partido en la plaza del peral y él escribió un post en el que llamaba a estos vecinos “70 piojosos ladrando”. Luego bromeaba con que después de la concentración había fumigado la plaza.
Muñoz Leonisio estuvo de joven en la Armada y, de ahí, a finales de los 80, dio el salto a la policía local de ElPuerto. Un concejal que durante cuatro años estuvo al frente de la seguridad en El Puerto le recuerda como “un hombre muy dicharachero. Rafa siempre ha sido un poco bocazas y cuando uno es así y tiene una herramienta como facebook puede ser peligroso. Él es libre de pensar como quiera, pero no ha medido su papel de figura pública. Pero Rafa no tiene mal fondo”.
No piensan así muchas personas en El Puerto que en las redes se quejan de algunas actuaciones arbitrarias de la policía local, pero lo cierto es que Muñoz Leonisio, funcionario, ha estado en la cúpula de la Policía Local desde los tiempos de Hernán Díaz con alcaldes de todo color político. Al socialista David de la Encina incluso le presentó a unos rusos que iban a hacer un gran proyecto de ocio en ElPuerto. El proyecto se resumía en un folio por las dos caras. Resultó un ‘bluf’.
Su muro de facebook estaba encabezado con una foto de perfil muy castiza: él en la barrera de la plaza de toros de El puerto acompañado del periodista de la COPE Carlos Herrera. Era un muro abierto. Ahora está cerrado, sin embargo aún se pueden leer comentarios de quienes anidan en las redes sociales buscando carroña. Los mismos insultos que él soltaba desde su red se los devuelven ahora en una jauría de lapidación lingüística. Quien juega con el fuego de las redes sociales...
El viernes por la noche, a regañadientes y por orden de la concejal de Seguridad, se disculpó y pidió perdón si había ofendido a alguien. Decía que no lo había pretendido.
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