El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Fiestas
Un vecino de El Puerto con movilidad reducida quiere denunciar públicamente la desagradable situación que encontró este año a su llegada a la Feria de El Puerto, al intentar aparcar en las plazas reservadas para PMR. El agente de la Policía Local que se encontraba en el cruce le indicó que no había sitio (el recinto cuenta con sólo 16 plazas reservadas), por lo que este usuario se dirigió a la bolsa de aparcamiento situada a la izquierda del recinto, en Viña Rango. Allí se encontró con una barrera de new jerseys de hormigón impidiendo el acceso al aparcamiento, para el que sólo había un par de entradas pequeñas custodiadas por personal de seguridad privada. "Tras llegar al final, por detrás de las caravanas de los feriantes, consigo volver y les pregunto a los vigilantes privados, quienes me indican que todas las plazas están reservadas para las personas a las que el Ayuntamiento les ha facilitado una tarjeta de acceso. Todo ello, tras sortear muchísimos gorrillas que están aparcando coches en sitios prácticamente inaccesibles, sin iluminación para poder volver de noche, y con el firme lleno de baches y maleza", explica este vecino de El Puerto.
Tras lograr volver a la carretera de Sanlúcar, donde se encuentran los aparcamientos autorizados este año, en dos de ellos hizo saber a las personas que controlaban el acceso su condición de minusválido, rogándoles que le facilitasen una plaza cercana a la salida, todo ello con su tarjeta de discapacidad debidamente colocada en el parabrisas. A la vista de que el terreno estaba impracticable, con muchísimos baches y arena acumulada, le indicaron que no había ningún sitio libre cerca de la salida y que no hay plazas reservadas para movilidad reducida.
En el tercer intento la persona del acceso le gritó para que no aparcase en unas plazas que se encontraban estratégicamente situadas a izquierda de la salida, "supongo que reservadas para los amigos. Por fin logro dejar el coche, en un hueco rodeado de ramas, lleno de agujeros y de arena suelta, y que, para mi sorpresa, descubro a la vuelta que además es el meadero del parking, sin ningún tipo de control", denuncia.
Para este vecino portuense "se trata de una situación kafkiana producida por la nueva desregulación de los aparcamientos, lo mismo que el privilegio otorgado con nocturnidad y alevosía a los amigos del equipo de gobierno".
Para terminar, este vecino también denuncia que los aseos públicos situados junto a la caseta de Los Pinchitos "se encuentran abandonados, con las puertas abiertas y rodeados de un charco de aguas pútridas con un olor nauseabundo".
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