FlamenCool, la diversidad de la música con flamencura

Flamenco

La sala Milwaukee acogió un espectáculo donde las voces de Alba Molina, Andreas Lutz y Dani Bonilla jugaron con los géneros musicales

FlamenCool, en la Sala Milwaukee.
FlamenCool, en la Sala Milwaukee.
Alfonso Delgado

18 de agosto 2023 - 18:40

El Puerto/FlamenCool, palabras que la misma Alba Molina me explica previamente al concierto. Alba nos presenta a los integrantes de su grupo: Andreas Lutz es un excantante de O'funk'illo mientras que Dani Bonilla es un cantaor de Marbella que es palmero y toca la guitarra aportando el aire flamenco de este grupo que no hace flamenco. Ellos hacen FlamenCool. En este término entran las fusiones entre el jazz, el funky, el blues e incluso el reggae. "Yo voy a cantar temas de Fran Sinatra o de Bob Marley, aunque la guitarra siempre es flamenca y el aire siempre es flamenco”, dice Andeas Lutz.

Alba nos cuenta de Bonilla que “cuando Dani está cantando, a lo mejor Andreas rapea, en una fusión natural en la que somos cada uno de nuestra casa. Yo estoy haciendo más boleros”. En esta armoniosa combinación, Dani con sonidos de Yann Pierre Tiersen nos hace recordar el barrio parisino de Montmartre con Amelie hasta llegar al gitano barrio de Triana por soleá.

En la sala Milwaukee, un espectáculo donde las voces de Alba Molina, Andreas Lutz y Dani Bonilla juegan con los géneros musicales compaginando estilos. Siempre acompañados con el toque de guitarra de Dani, que ofrece la flamencura a cada interpretación que se realiza, que se van intercambiando entre los artistas. Se avecina una noche selecta. El público está expectante de lo que van a ver y oír con FlamenCool en un patio interior de casa típica indiana y en su momento se transformaron en viviendas con los típicos patios de vecinos o corralas, conservado y adecuado para sala, con su espacio escénico lleno con el bullicio de la espera. acomodándose como pueden en espacio abarrotado en esta ocasión.

Suena la guitarra de Dani Bonilla en compases por soleá versionando entre compases al golpe. Andreas Lutz entre los ritmos de la amalgama, rapea. Se pasan a los temas a ritmo de ‘bossa nova’, que es un género popular brasileiro que derivará entre samba y la fuerte influencia del jazz. Dani toca por tangos y juega con los ritmos y las voces.

La voz de Andreas por soul es emotiva, incitando al público al compás y ese movimiento tan particular, entre palilleo de dedos y palmas. Dani versiona a Bob Marley en un tema de reggae. Las voces de Andreas con Dani más el toque de guitarra que aporta la flamencura que presencia una noche de magia musical, con ese libertinaje de la frontera de estilos musicales. El público vibra y se emociona ante la parte primordial de la música y el saber de los intérpretes.

Alba Molina sube introduciéndolos en el coro de voces. Se presenta, agradeciendo al público su presencia y el recuerdo que le trae el sitio, que le invita a cantar “entre amigos”. Es el resultado de los momentos de la música y los artistas que saben interpretar, con la libertad de mezclar géneros musicales, creando e improvisando. Alba interpreta un bolero de su propia cosecha discográfica, su voz es rajá, afillá y profunda, de mujer gitana y flamenca realizando un tercio de temas. Ahora cambia y suena por soul, ese afroamericano que también tenemos nosotros, por los tangos flamencos. El público está integrado y participa del evento en su espacio, entre palmas, palilleo o movimientos rítmicos del cuerpo. Los artistas han conseguido lo más difícil, el binomio de la interpretación y la captación participativa para convertirse en un espectáculo ”entre amigos”.

Vamos llegando al final. Más de una hora de espectáculo de intercambio artístico y ritmos versionados. La música es como la energía que no se crea ni se destruye, solo se transforma. La música la van transformando, pero como en todo hay que saber y este trío lo ha conseguido. Sus voces y el toque de la guitarra española aportan ese toque de sabor y olor de flamencura.

Como fin de fiesta Alba se arranca por bulerías de Triana con un repertorio muy familiar, terminando, Dani por soleá de Triana. El público de pie repite “otra, otra, otra, …”. Andrea se incorpora agradeciendo al respetable la cariñosa acogida, el termina la noche con la versión de What a Wonderful World.

Viví una noche de sensaciones musicales que espero haber transmitido.

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