Jornada solemne en el Espíritu Santo con la presencia del obispo

El convento del Espíritu Santo se vistió ayer de gala para recibir al obispo de la diócesis de Asidonia-Jerez, Juan del Río, quien ofició la eucaristía solemne con la que la congregación quiso conmemorar el VIII Centenario de la muerte del beato Guido de Montpellier, fundador de la orden.

El convento, que alberga a la congregación religiosa femenina más antigua de la ciudad (el historiador Hipólito Sancho de Sopranis sitúa su fundación a finales del siglo XV) se quedó pequeño para acoger a tantos fieles que quisieron acompañar a las religiosas en esta celebración, no en vano se trata de una congregación muy querida en la ciudad cuyo lema siempre ha sido el de la ayuda a los demás, sobre todo a los más desamparados. En la conmemoración participaron los párrocos de la ciudad y asistieron, entre otros, el alcalde, Enrique Moresco, y el concejal de Fiestas, Millán Alegre.

La figura de Guido de Montpellier y el recuerdo a su labor presidió el acto, no en vano las hermanas del Espíritu Santo siguen haciendo suyo cada día el lema del beato: "Los pobres son mis señores". Incluso se contó con la presencia de autoridades procedentes de la ciudad francesa. La regla del Espíritu Santo prescribe un género de vida que une la oración y la vida contemplativa con la ayuda a las necesidades de los demás. Cualquier día es posible ver a las puertas del convento a personas sin techo que acuden a por un plato de comida o un café caliente. El obispo tuvo presente esta labor en su intervención durante la misa, alentando a las hermanas a seguir por este camino sin dejar de lado sus oraciones por todos los portuenses.

Tras la multitudinaria eucaristía el obispo tuvo ocasión de cambiar impresiones con las religiosas ya en el interior del convento, donde residen algunas hermanas procedentes del continente africano.

Además de su labor de ayuda al prójimo, las hermanas del Espíritu Santo regentan un colegio, actualmente concertado en todos sus niveles con la Junta de Andalucía, y realizan durante todo el año, pero sobre todo durante las Navidades, exquisitos dulces artesanales para su venta.