Los restos del sacerdote Luis Conradi se depositarán mañana en San Francisco

Los restos del padre jesuita Luis Conradi serán depositados en la iglesia de San Francisco, durante un acto que se celebrará mañana viernes, a partir de las 20:00 horas en dicha parroquia. El acto consistirá en una misa en su memoria, ya que este mismo viernes se cumplen cinco años desde el fallecimiento del sacerdote jesuita en Málaga en 2011.

Coincidiendo con este quinto aniversario habrá una eucaristía a las ocho de la tarde, después de la cual se depositarán sus cenizas en la cripta de la capilla del padre Guerrero, donde reposan los restos de varios sacerdotes de la Compañía de Jesús que estuvieron vinculados con El Puerto, una ciudad donde dicha comunidad dirige el centro de enseñanza Safa San Luis.

Las cenizas del padre Luis Conradi han sido traídas desde Málaga, en una iniciativa que ha surgido de sus antiguos alumnos y de la parroquia de San Francisco, al frente de la cual se encuentra el párroco Antonio Olmo, con la colaboración del sacristán Juan Luis Izquierdo.

La noticia de la traída de sus restos a El Puerto ha causado una gran satisfacción en las personas que le conocieron y sus antiguos alumnos, así como en toda la comunidad parroquial. Ya en junio de 2014, coincidiendo con la festividad de San Luis Gonzaga, fundador de la Compañía de Jesús, se dedicó al sacerdote Luis Conradi una glorieta en reconocimiento por sus 30 años de trabajo en la ciudad, durante los cuales fue superior de la Comunidad jesuita entre 1980 y 1989, ejerciendo como guía espiritual de varias generaciones de alumnos que pasaron por el centro. El homenaje coincidió con el 150 aniversario de la fundación del colegio de los jesuitas.

Aunque nacido en Sevilla en 1924, la relación que mantuvo el padre Conradi con El Puerto fue muy estrecha. Con sólo 18 años entró en el noviciado de San Luis, haciendo sus prácticas como novicio. Posteriormente estudió Filosofía y Teología en Madrid y en Granada, donde se ordenó sacerdote en 1956. En 1974 fue nombrado rector en Safa San Luis durante 6 años, poniendo en marcha la parroquia de San Francisco diez años después. Además, fue delegado episcopal de las hermandades portuenses.

Era un gran aficionado al fútbol, sencillo y muy querido por sus feligreses y antiguos alumnos, a los que consiguió aglutinar en torno a su persona, en unas reuniones que mantienen vivo su ejemplo.