Melendi se reencuentra en El Puerto con sus 'guerreros'
Música
El cantante asturiano ofreció lo mejor de su repertorio en el concierto celebrado en la Plaza de Toros, dentro del Cabaret Festival
Con puntualidad británica, a las diez de la noche del sábado salía al escenario de la Plaza de Toros de El Puerto Melendi, que se reencontraba con su público cinco años después de su último concierto en este escenario.
Un mar de móviles en alto le daba la bienvenida, tras la proyección de una intro en la que se presentaba el nuevo trabajo del asturiano, Likes y cicatrices. Y precisamente fue este el primer tema que interpretó, vestido con camiseta negra y pantalón blanco, y con las pantallas laterales simulando una retransmisión en directo en Instagram.
"¡Buenas noche Puerto!", saludaba Melendi a su público, con ocho músicos sobre el escenario que lo arroparon durante toda la noche.
A lo largo del concierto Melendi fue alternando los temas de su nuevo disco, como La electricidad, con sus canciones de siempre, como Le pido a la luna o Caminando por la vida. También compartió varias reflexiones con el público, como las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia, que todo en esta vida es efímero, y que hay que vivir sin arrepentirse de nada.
El arrepetido y Mírame sonaron después para dejar paso a una canción que Melendi ha recuperado para sus conciertos, tras muchos años sin cantarla, Calle La Pantomima. "Algunas canciones te crean un conflicto interno y las apartas, pero al cabo del tiempo las vuelves a abrazar", explicó.
Como una vela dejó paso después a Carta sin remitente, una canción a la que Melendi puso música y cuya letra es obra de alguien muy cercano a él que ya no está.
No podía faltar tampoco la canción dedicada a sus fans, sus 'guerreros', Cenizas en la eternidad, para dejar paso después al homenaje a la mujer Déjala que baile, que se hizo popular en un dueto con Alejandro Sanz.
Uno de los momentos más anecdóticos fue cuando en los primeros acordes de Destino o casualidad Melendi se dio cuenta de que una chica de las primeras filas le pedía, a través de una pancarta, cantar con él esta canción, así que ni corto ni perezoso paró el tema y la invitó a subir al escenario. Ana, que así se llamaba la chica, estuvo a la altura y a pesar de los nervios superó con nota la prueba.
Llegaba después otra de las canciones más conocidas del artista, Mi jardín con enanitos, y tras La Promesa y Yo me veo contigo el escenario se quedó vacío, aunque a los pocos minutos los músicos y Melendi volvieron a salir para ofrecer el final de la actuación, interpretando Un alumno más, Cheque al portamor y Lágimas desordenadas, con la que se despidió de su público tras un concierto que dejó muy buen sabor de boca a los asistentes.
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