El Alambique
J. García de Romeu
Sanidad pública y privada
El Puerto
El próximo 3 de noviembre se celebran las elecciones a la junta directiva de la Federación Local de Asociaciones de Vecinos (Flave), y la que ha sido su presidenta durante los últimos ocho años, Milagros Muñoz, Uchi, no se presentará a la reelección.
-Tras ocho años como presidenta y dos décadas en la junta directiva, ¿por qué deja el cargo?
-Creo que mi tiempo ya se ha cumplido, ahora tengo ganas de hacer otras cosas, aunque seguiré vinculada a mi asociación de la barriada de Sudamérica, donde habrá elecciones en mayo y siempre estaré a disposición de mis vecinos. Desde 1984 soy voluntaria del movimiento vecinal.
-¿Qué balance general hace de estos ocho años?
- Los cuatro primeros años tuvimos ciertas dificultades, se podía haber sacado más provecho pero tuvimos muy buena relación con el anterior equipo de gobierno. Ya estos últimos cuatro años, a pesar de la relación de cercanía que tenía con Germán Beardo y con Javier Bello, hemos tenido muchos enfrentamientos. Hemos tratado de tender puentes pero ni el alcalde ni el concejal han querido reconducir la situación. Yo siempre he apostado por el diálogo, no me gustan los enfrentamientos, la puerta de mi casa siempre ha estado abierta para todo el que ha querido venir. En mi casa han estado varios alcaldes, incluido Beardo. Yo doy el cien por cien cuando creo en lo que hago.
-¿Corren buenos tiempos para las asociaciones de vecinos?
-Si las asociaciones de vecinos quieren sí, porque la participación cada día es algo más importante. Para poder conseguir cosas hay que estar unidos y contar con tres pilares: la administración, los técnicos y la ciudadanía. Hoy en día hay muchas normas y reglamentos, las bases están puestas, pero debe primar el buen entendimiento entre las personas.
-Ha trabajado usted en estos 20 años con varios alcaldes, desde Hernán Díaz a Germán Beardo. ¿Con cuál diría que hubo más sintonía?
-Pues con Enrique Moresco hubo muy buena relación, con él firmamos el Plan de Barrios, siendo yo entonces vicepresidenta de la Flave. Hicimos muchas cosas con él. Luego en la etapa del tripartito tuvimos algunos problemas pero siendo Antonio Fernández, de IU, concejal de Economía, se subsanaron. En estos últimos cuatro años las relaciones son nulas, aunque hemos hecho muchos intentos. En una reciente entrevista en este periódico el alcalde decía que por qué no nos habíamos presentado a las elecciones, pero es que no tenemos por qué hacerlo, nosotros somos parte de la sociedad civil y tenemos derecho a participar sin estar en un grupo político, eso es precisamente la participación ciudadana. Yo he llegado a recibir graves ataques personales, se me ha acusado de cosas muy feas, cuando yo lo único que he hecho es trabajar por los vecinos. Un día me harté de manitas en el hombro en las fotografías y lo dije, y eso me ha pasado factura.
-¿Por qué no se ha llegado a un entendimiento con el actual equipo de gobierno?
-Parece que quieren eliminar todo rastro del trabajo que ha hecho la Federación a lo largo de los años, incluso le han cambiado el nombre a la Concejalía de Participación Ciudadana, que ahora es de Relaciones con la Ciudadanía. Quieren limitar la participación a lo lúdico, eliminando lo reivindicativo mientras dejan sin recursos a las asociaciones. Aún tenemos pendiente el pago de 10.000 euros desde 2016, ya no hay subvenciones, no hay convenio...
-Los jóvenes parece que no se interesan mucho por el asociacionismo vecinal.
-Es que los jóvenes tienen otras necesidades y aspiraciones, como los estudios o la búsqueda de empleo. Tienen que dedicar su tiempo a eso, tienen otras prioridades, aunque sí están en otro tipo de colectivos. Queremos tratar de acercar a los jóvenes al movimiento vecinal, aunque sabemos que es difícil conseguir un compromiso.
-En estos cuatro años se han perdido logros que ya se daban por hechos, como el Plan de Barrios, la celebración de los plenos por la tarde o la elección de un Rey Mago por parte de los vecinos...
-La batalla más importante fue el Plan de Barrios, algo que se ha anulado. La solidaridad entre barrios era algo muy importante, pero ahora hay más individualismo, no les gusta que tomemos decisiones. Tengo que decir que Curro Martínez fue un concejal que sí escuchó a las asociaciones vecinales cuando estuvo en Mantenimiento Urbano. Luego en otros temas como lo de los Reyes Magos, pues llegó David (Calleja) con su sueño y nos lo quitó. Yo me he llegado a sentir culpable de que todas esas cosas se hayan ido al garete, pero tengo la conciencia muy tranquila porque sé que he trabajado siempre con esfuerzo y dedicación, tanto con este gobierno como con los anteriores. Me quedo con la gente que me anima y me dice que he hecho un buen trabajo, frente a los que intentan echar por tierra toda esa labor y tratan de envenenar todo lo que he hecho. El esfuerzo, el tiempo dedicado y los dolores de cabeza solo los sabemos los míos y yo.
-Pero la lucha vecinal ha tenido importantes frutos. ¿Se siente satisfecha por los logros que finalmente se van materializando?
-Claro, ahí están el centro de salud Ángel Salvatierra, el centro cívico, el colegio de La Florida, el pabellón de La Angelita Alta, y próximamente la estación de autobuses, aunque se ha quedado en intercambiador, y la nueva Comisaría o el próximo traslado de los juzgados. Esos y otros logros para mí son un orgullo, junto a otros compañeros de la Flave y de la Plataforma de la Zona Norte. Me gustaría que las asociaciones de vecinos hubieran arrimado un poco más el hombro, ya que en muchas ocasiones desde la Flave nos hemos sentido huérfanos cuando hemos pedido acudir a reuniones, manifestaciones, concentraciones, consejos... es el único medio por el que podemos conseguir y demostrar nuestra capacidad y nuestra fuerza.
-¿Con qué se queda?
-He aprendido mucho y he disfrutado de experiencias muy positivas, aunque estos últimos años han sido complicados. Doy las gracias a mi familia y amigos por su apoyo y me voy sabiendo que he demostrado mi valía.
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