Mosquitos, ratas y cortes de luz en los pisos de Valdés
Tribuna libre
Las 80 viviendas de la Junta sufren problemas de aguas estancadas en los sótanos desde hace treinta años, cuando entraron los primeros vecinos
El Puerto/Recuerdo aún el día en que visité un bar de la zona y me llamó la atención el elevado número de mosquitos que había en el establecimiento, lo que me dio pie a iniciar una conversación con la camarera. Fue ella la que me puso al corriente de la situación, señalando las aguas estancadas como el origen del problema.
Las 80 viviendas de Valdés no son un lugar cualquiera. P. M., propietario de un bar situado en la misma calle Valdés, me explicó que las viviendas tienen alrededor de treinta años y que fue la Junta de Andalucía la que las levantó sobre terrenos cedidos por el Ayuntamiento, con el objetivo de darles un uso social.
La empresa constructora planeó una especie de sótanos debajo de cada uno de los dos edificios, que son los espacios que actualmente y desde el inicio de las promociones (según cuentan los vecinos) han estado siempre anegados.
Los vecinos me enseñaron los sótanos inundados de aguas putrefactas, algo que se puede ver abriendo portezuelas respiradero que hay a pie de calle y de las cuales salen tanto el mal olor como los incontables mosquitos. Cabe destacar que estas portezuelas no están candadas, por lo que cualquiera las puede abrir.
Además del criadero de mosquitos, es inminente el peligro constante de tener anegada toda la parte baja de los dos edificios, ya que columnas, pilares y muros de contención están sumergidos y el agua los va corroyendo. Como bien me explicó otro vecino no son estructuras que se hayan pensado en origen para estar debajo de agua, como sí lo serían por ejemplo los pilares de un puente. El caso es que, contra todo pronóstico, los sótanos de este barrio se han convertido en depósitos inesperados de aguas residuales.
Los vecinos de uno de los edificios, el que está en un nivel más superior, creen que la obra se hizo mal de inicio y que la caída de las canalizaciones está fallida, ya que el problema lo tienen desde el principio de la promoción (treinta años de insalubridad). Me informaron también de que hay una arqueta rota y de que, pese a los continuos desatascos que ha podido pagar el bloque de su correspondiente sótano, enseguida el agua vuelve a aparecer y a inundar. A día de hoy, todos los sótanos están anegados.
Los mosquitos fastidiaban más en verano que en invierno, pero testimonios de vecinos aseguran que el problema se ha cronificado, habiendo plaga de mosquitos todos los días del año. Y es cierto. Las dos horas que estuve allí vi a estos insectos incómodos multiplicarse en superficies, techos, pasillos, umbrales de viviendas, mesas…y revoloteando sobre mi propia cabeza.
Ustedes imagínense lo incómodo que resulta en verano tener un mosquito zumbándole a uno el oído y picándole, y ahora multiplíquenlo por mil y todos los días de la semana. ¿Merece un ciudadano de El Puerto tener que acostumbrarse a esto?
Hay bebés que han amanecido acribillados, por no hablar del grado de desquiciamiento o frustración que se ha instalado entre los vecinos. Ya no saben qué comprar. Mosquiteras por supuesto. Productos de todo tipo. Una inversión. Dinero muchas veces malgastado, porque el problema persiste. El mosquito está ahí, perenne, encontrando siempre por donde colarse y, dar la lata en el mejor de los casos, o causar picaduras en el peor de ellos.
Valoren ustedes cómo es el problema que los propios bares y locales aledaños lo padecen. En menor grado, pero con molestias constantes, y con la misma frustración mencionada de estar haciéndole la guerra al enemigo sin conseguir ganarle la batalla. Igualmente, viviendas de barrios vecinos se han visto obligadas a comprar mosquiteras.
Tras haberme puesto en contacto tanto con la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de La Junta de Andalucía (AVRA), como con el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, de momento sigo esperando que se comuniquen conmigo. Lo que sí he conseguido es hablar con un exagente de vivienda que trabajaba para la Junta hace diez años y que ya entonces visitó estas promociones. Al parecer, los vecinos firman un contrato cuando entran a vivir en alguno de los pisos, y en dicho contrato se comprometen a ocuparse del mantenimiento de la infraestructura, incluido el buen estado de los bajantes, tuberías mayores que reciben las tuberías de cada piso, y que a su vez se encargan de llevar el agua a la red general. Son estos bajantes los que se encuentran en mal estado y tienen las pérdidas que conllevan a la acumulación de las aguas en estas cámaras o sótanos que hay debajo de los dos edificios.
A todo esto, además de los mosquitos y las cucarachas, son también abundantes las ratas, enormes, que han llegado a verse incluso en pisos altos.
Yo no creo que la Junta o el Ayuntamiento permitiesen que se llegase a un punto en que el agua suba hasta las portezuelas laterales que hay en los bajos de los edificios y comience a desbordarse hacia la calle. Sin duda, sería un escándalo. Pero es que ya lo es que estos vecinos estén viviendo en esas condiciones. ¿Acaso estas instituciones no deben de velar por la salud pública y la habitabilidad?
A falta de una respuesta por parte de La Junta y el Ayuntamiento, hasta aquí puedo contar del asunto, con la intención de que estas líneas le lleguen a quienes le tengan que llegar para que empiecen a trabajar por una solución digna, urgente y a la altura de la institución a la que representan.
¿Quién tiene que desalojar las aguas estancadas en sótanos de las 80 viviendas de Valdés y quién va a acometer un arreglo o una obra para que las inundaciones dejen de producirse? La lógica, que dice que Ayuntamiento y Junta de Andalucía son del mismo partido político, el Partido Popular (en ambos casos con su pacto con Ciudadanos), lo que podría servir para pensar que el problema se va a solucionar más pronto que tarde.
La barriada de las 80 viviendas de Valdés es tan digna como cualquier otra y merece el mismo trato de atención por parte de las autoridades como El Tejar, Crevillet o Vistahermosa.
Además del problema de las aguas estancadas y los mosquitos, las ratas o las cucarachas, están viendo caer sus cornisas y sufriendo continuos cortes de luz. Lo dicho: pagan justos por pecadores y la mayoría , o muchos vecinos, no se merecen esto.
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