Muere Federico Aguirre, ex-oficial mayor del Ayuntamiento portuense
Obituario
Tras su jubilación escribió un libro sobre los hijos predilectos y adoptivos de la ciudad

El Puerto/Ha fallecido Federico Aguirre Fernández, quien durante muchos años fuera oficial mayor del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.
Aguirre, nacido en abril de 1937, comenzó su carrera como oficial técnico administrativo en la Diputación Provincial de Cádiz en 1969 y posteriormente fue oficial mayor del Ayuntamiento portuense desde mayo de 1973 hasta enero de 2002. Era licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla.
Después de su jubilación Aguirre dedicó su tiempo a examinar los libros de actas de los acuerdos de los plenos municipales, de la Comisión Municipal Permanente, la Comisión de Gobierno y la Junta de Gobierno Local, los expedientes tramitados especialmente de honores y distinciones, de patrimonio de la ciudad y de festividades, así como la prensa desde finales del siglo XIX, habiendo logrado recopilar una amplísima información que permite ver los temas que destacaron por su importancia para la ciudad y la intervención que tuvieron en ellos las personas reconocidas. Por citar algunos ejemplos, la traída de aguas de La Piedad, el dragado y canalización del río Guadalete, la atención sanitaria y beneficencia, medio ambiente, educación o escritores y artistas plásticos como Alberti, Pedro Muñoz Seca y Ochoa, entre otros muchos, lo que supone una sólida base documental para la mayor parte de temas de interés para la ciudad.
El Ayuntamiento guarda una copia de su libro Hijos predilectos y adoptivos de El Puerto en el siglo XX y medallas de la ciudad, editado en el año 2012.
Estaba casado con Josefa Chacón González. Aguirre ha sido despedido este jueves en el funeral celebrado en la parroquia de Jesucristo Redentor y Nuestra Señora de la Palma.
Desde estas líneas nos sumamos al pesar por su fallecimiento.
Reproducimos a continuación el artículo publicado en Diario de Cádiz en 2002, con motivo de su jubilación, escrito por Enrique Bartolomé:
Licenciado en derecho. Funcionario ejemplar. Servidor público donde los haya. Honesto y honrado a carta cabal. Portuense de corazón. Jubilado después de casi treinta años trabajando en el Ayuntamiento. Buena gente. Esta es, y no otra, la tarjeta de visita que nos deja Federico Aguirre , tras su jubilación como Oficial Mayor del Consistorio. Cualquiera de nosotros firmaría, sin ningún género de dudas, el historial personal y profesional de este portuense de adopción, que un buen día, sin pensárselo dos veces, fijo su residencia en nuestra ciudad. He tenido la suerte de tratar a Federico desde diversas facetas.
Lo conocí, cuando desde las filas de UCD nos reunió para perfilar la constitución del primer Ayuntamiento democrático. Entonces ejercía de secretario accidental. Desde ese momento auguramos, tras su cara de niño bueno, la honradez que supo aplicar a su trabajo y a su vida. Atendía a todos por igual, ni derechas ni izquierdas. La constitución del primer Ayuntamiento democrático suponía un motivo de satisfacción, y pretendía que se cumpliesen las formalidades y el protocolo que exigía la situación. Al tiempo, en las elecciones municipales del 87, tuve la suerte de ser elegido como edil de la corporación. Y de nuevo, desde otra arista, entré en contacto con este funcionario ejemplar. Habían pasado más de diez años y Federico seguía ejerciendo con la naturalidad y el buen saber de alguien que se encuentra a gusto sirviendo a los demás.
Esta vez, desde ese acogedor despacho de la entreplanta, escuchaba y opinaba de las cuestiones que se le requerían. La experiencia y la madurez de sus razonamientos, ponían el contrapunto a las tensas situaciones políticas que se vivieron en nuestro Ayuntamiento durante la legislatura 87-91. Mientras pasaban alcaldes y concejales por el salón de plenos, Federico Aguirre ejercía su misión con ejemplar celo. Hoy, dando sus primeros pasos por la merecida jubilación, recoge de sus conciudadanos el sentir del trabajo bien hecho. La satisfacción de saber que los portuenses a los que trató, no olvidarán la labor ni el talante de una buena persona. Casi nada.
También te puede interesar
Lo último