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El Puerto/Los vecinos del Pago de La Alhaja, en El Puerto de Santa María, afrontan un nuevo verano con la incertidumbre del ruido y las molestias que se producen a raíz de los chiringuitos de la cercana playa de La Calita, situados a la entrada del puerto deportivo. "Tememos que se repita este verano el tormento al que nos condena el alcalde Germán Beardo", afirma preocupada la directiva de la asociación de vecinos del Pago de la Alhaja-San Antón.
Según han denunciado de manera pública, "la inacción interesada o no del Ayuntamiento nos cuesta el descanso y la tranquilidad. La machacona y atronadora música que invade nuestras vidas procedente de los chiringuitos de la playa de la Calita, cerca de Puerto Sherry, no nos deja vivir en paz".
Los denunciantes señalan que no esta situación no sólo afecta a los vecinos y vecinas del Pago de la Alhaja; sino también "a familias y paseantes ocasionales de las playas y pinares de la zona aledaña, que sienten cómo se ha perdido la armonía de un espacio público en beneficio de los intereses de unos pocos". Además, la naturaleza, en alusión a dichas playas y pinares, "se ha convertido en un basurero y aliviadero".
En este sentido, en redes sociales surgen denuncias un día sí y otro también sobre la ocupación del carril bici cercano a Puerto Sherry por vehículos estacionados, y que además los usuarios de las playas (en especial en La Puntilla) tienen que soportar también desde primera hora de la tarde el excesivo volumen de la música procedente de dichos chiringuitos, desvirtuando el descanso que en teoría debe ofrecer el litoral de la Costa de la Luz a los turistas y portuenses.
Se da la circunstancia, además, según la asociación de vecinos Pago de la Alhaja, que estos locales de ocio "abrieron sus puertas con una licencia temporal de hostelería sin música y que posteriormente solicitaron una licencia para poder tener música", y se preguntan si a fecha actual cuentan con dicho permiso, o si por el contrario "todavía no la tienen".
"Nos consta que se han presentado varias denuncias contra estos locales en la Jefatura, pero la Policía Local argumenta que carecen de medios para medir el sonido y se quedan al margen", añaden. Otra denuncia, señalan los vecinos, llegó hasta los juzgados de El Puerto de Santa María. "Sin embargo, la respuesta dejó en desamparo a los vecinos en beneficio de los promotores particulares de estos locales ruidosos", lamentan.
Por su parte, el Ayuntamiento "ha dado claras muestras de apoyo a los chiringuitos y de menospreciar a los vecinos. El propio concejal David Calleja se felicita de la puesta en servicio de unos autobuses lanzadera David Callejalanzaderadesde el centro de la ciudad con destino a los chiringuitos de La Calita".
En resumen, los vecinos y vecinas de la zona del Pago de la Alhaja manifiestan que se sienten "ninguneados y en la más completa indefensión". Por este motivo, han solicitado la mediación del Defensor del Pueblo "para que nos devuelva la paz", concluyen los afectados.
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