El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Paseo fluvial
La vieja aspiración de El Puerto de Santa María de abrirse al río Guadalete va por fin tomando forma gracias al esperado proyecto del paseo fluvial, una iniciativa largamente acariciada y siempre pospuesta y que por fin, gracias a los fondos Edusi concedidos a la ciudad en 2017, pronto podrá ser una realidad, aunque quedarán aún algunos flecos para que el paseo a lo largo de toda la margen derecha quede totalmente integrado.
La Unión Temporal de Empresas (UTE) constituida por Innovia Coptalia SAU y DI2 Portuense S.L, con una inversión de 3.526.080,54 euros, encara ya los meses finales de la obra, cuyo horizonte de conclusión se marca a finales del mes de agosto.
El nuevo paseo recorrerá la margen derecha del río con distintos ámbitos de actuación, para una superficie total de unos 16.500 metros cuadrados. Seis paseos y plazas, denominados Decimonónico, de la Bajamar, del Puerto de las Américas, del Campo de Guía, Carpinteros de la Ribera y del Río Cetes conformarán estos nuevos espacios interpretativos, algunos de los cuales ya son visibles.
Las obras arrancan a la altura del antiguo estribo del Puente de San Alejandro, a lo largo del parque Calderón hasta la Plaza de Las Galeras, un primer tramo que ya está muy avanzado y en el que se ha aprovechado el adoquinado extraído del aparcamiento que se ubicaba allí hasta antes de iniciarse el proyecto. Los adoquines forman círculos concéntricos en torno a varios alcorques de gran tamaño en los que se han plantado ombús (también llamados bellasombra), una especie arbórea con raíces aéreas que se ha traído desde Cataluña, considerando que son una especie muy apropiada para este trazado gracias a su agradable sombra.
También se han instalado nuevos bancos con jardineras por debajo y farolas de corte vanguardista. El aspecto medioambiental se ha cuidado mucho, como destaca el director de la obra y autor junto al ingeniero Jesús Martínez del proyecto, el arquitecto portuense Ramón Pico, que explica que el pavimento elegido permite dotar a la obra de un depósito de agua gracias al drenaje sostenible, que se utilizará para el riego de las zonas ajardinadas.
Varios bancos semicirculares se disponen también por todo este primer tramo, en el que destaca además una rampa de madera que se va elevando desde la pasarela Pepe el del Vapor hasta el mirador del antiguo puente de San Alejandro, una rampa que hará las veces de balcón sobre el río y que contará con un espacio para poder sentarse.
La zona que ocupa el pub La Cristalera queda ahora mucho más despejada, quedando fuera del establecimiento la exposición de elementos portuarios instalada hace algunos años por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.
Los contenedores elegidos son semisoterrados, en dos ubicaciones diferentes, con gran capacidad para depositar residuos en una zona eminentemente hostelera.
Esta primera zona del paseo enlaza con la parte ya peatonalizada hace años de la avenida de la Bajamar, pasando después a la zona del catamarán, donde se adecentará la zona delantera de la actual terminal, eliminando el incómodo escalón actual y uniformando la imagen con el resto del paseo. La zona ubicada frente a los bloques de la Pescadería también se renueva, dando forma a la parte dedicada al Puerto y las Américas, hasta la altura de la antigua Aduana.
Queda después un espacio en blanco, ocupado por el actual parking en superficie de Bajamar 2, que está pendiente de la obra promovida por la APBC de un aparcamiento subterráneo que se ha pospuesto para después del verano. Esta zona se ubicará en el futuro el espacio dedicado al Puerto del siglo XIX, ligado a la zona de Campo de Guía.
El proyecto del paseo se retoma tras este salto en la zona del antiguo Varadero Guadalete, donde se encuentra el maltrecho Vapor, a cuyo alrededor se habilitará un espacio dedicado al oficio de los Carpinteros de Ribera.
De momento se han instalado dos estructuras que formarán parte de una pequeña pasarela que rodeará el espacio que hoy ocupa el Adriano III, a la espera de ver qué ocurre con este querido elemento del patrimonio inmaterial portuense. El tratamiento de la zona será eminentemente ajardinado, formando un pequeño parque en torno al espacio dedicado al oficio de los carpinteros.
En la zona que discurre por la Casa del Mar tampoco se actúa, siguiendo el paseo por delante del Club Náutico hasta donde arranca la obra del tanque de tormentas, ya en el Paseo José Luis Tejada, contemplándose la conexión peatonal hacia la zona de la Barriada de la Playa.
Las barandillas instaladas a lo largo de todo el paseo se dividen en dos espacios, los primeros tramos ubicados en el casco histórico con la barandilla negra de forja tradicional y las zonas más nuevas con un tipo de barandillas más actuales.
En palabras del arquitecto Ramón Pico “con este proyecto se pretende que El Puerto mejore su relación con el río, recuperando además los espacios públicos del centro histórico”.
También te puede interesar
Lo último