Safa San Luis quiere acometer la tala de la araucaria de forma inminente
Medio Ambiente
Los trabajos, pendientes de la licencia municipal, se ejecutarán probablemente durante las vacaciones navideñas
El árbol está enfermo y tiene riesgo de caída
El colegio Safa San Luis acometerá de forma inminente, en cuanto obtenga la licencia municipal necesaria para ello, la tala de la gran araucaria que preside la entrada del centro educativo. La intención del centro es acometer la tala en las próximas fechas, coincidiendo con las vacaciones escolares de Navidad.
Como ya se anunció hace unos días, el árbol está gravemente enfermo y presenta riesgo de caída, por lo que para garantizar la seguridad de la comunidad educativa se ha optado por seguir las recomendaciones técnicas y talarlo.
En la jornada de hoy han ofrecido una rueda de prensa el director de Planificación y Recursos Humanos de la Fundación Safa, Juan Manuel García Linares, y la directora del colegio portuense, Carmen Carreto Ruiz. Ambos aportaron los informes técnicos en los que se basa la decisión y anunciaron además las medidas que la institución educativa pondrá en marcha para tratar de compensar, en la medida de lo posible, esta dolorosa pérdida.
Hay que recordar que esta gran araucaria ubicada en el patio de acceso al colegio tiene un enorme valor simbólico y sentimental para El Puerto, ya que es el último ejemplar de un conjunto de tres araucarias centenarias que forman parte de la historia del colegio y de los recuerdos de generaciones de alumnos, entre ellos el poeta portuense Rafael Alberti, que la menciona en su obra.
El perímetro del árbol lleva ya acotado desde el curso pasado, cuando a raíz de las observaciones de algunos profesores del centro su comenzaron a realizar comprobaciones sobre su estado de salud, constatándose que el ejemplar estaba enfermo.
El informe elaborado por la empresa Urbaser detalla que el árbol presenta en su tronco una herida con madera muerta que afecta al 25% del perímetro del tronco, estando también la punta del ejemplar totalmente seca. También se señala en el informe técnico que el nivel de pudrición de las raíces es muy elevado, y de hecho en los últimos meses se ha podido comprobar como el tronco se ha ido inclinando poco a poco.
Si bien es difícil que el árbol se pueda caer en condiciones climatológicas normales, sí es cierto que en una situación adversa de viento o temporal el riesgo de caída sería elevado, suponiendo un problema de seguridad tanto para la comunidad educativa como para los vecinos y transeúntes que pasan a diario por esta zona, en cuyas inmediaciones se ubica además un centro de salud.
El Ayuntamiento portuense ha elaborado también un informe en el que se indica que, en orden de preservar la seguridad de las personas, se considera justificada la tala, habiéndose solicitado y tramitado a través del servicio municipal de Planeamiento y Gestión Urbanística su descatalogación del inventario de árboles singulares en el que está inscrito el ejemplar.
Por otro lado, y para tratar de paliar la pérdida del árbol, desde Safa anuncian que pondrán en marcha una serie de actuaciones en las próximas fechas. Así, el centro educativo plantará dos nuevos ejemplares de araucaria, devolviendo al patio su imagen tradicional. También se realizarán una serie de actividades con al alumnado para destacar el legado histórico y sentimental de los ejemplares perdidos.
El próximo 19 de diciembre el alumnado del centro realizará un acto de despedida y agradecimiento al árbol, en el que se leerán fragmentos de la encíclica Laudato Si del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, uno de los pilares en los que los jesuitas basan su línea de actuación para los próximos años.
En la jornada de hoy los responsables de Safa se reunieron también con Ecologistas en Acción y con la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del centro educativo.
Un árbol muy presente en la obra y la memoria de Rafael Alberti
Uno de los alumnos ilustres del colegio San Luis, el poeta Rafael Alberti -del que precisamente se conmemoraba ayer el 117 aniversario de su nacimiento- vio durante su etapa en el centro de los jesuitas a diario este ejemplar y otro que le acompañaba, y de hecho así lo recordaba en su obra, en unos versos que quedaron plasmados en su libro Baladas y canciones del Paraná (1954), durante su exilio americano.
Los versos decían así:
Un barco al pasar me trajo
las ventanas de mi colegio
Era una plaza redonda
con dos araucarias en medio
A las seis se abría una puerta
y ya el sol se quedaba adentro.
Afuera, vacía, la plaza,
con las ventanas del colegio.
Por otra parte, el poeta también recordó a las araucarias en una carta dirigida a sus antiguos compañeros de colegio, en el año 1997, hablando de ellas como esos “Niños que han crecido tanto que, quizá, solo existen ya en casi centenario corazón”.
Muchos recuerdos, por tanto, para un ejemplar del que se guardará un fragmento en un lugar destacado del colegio, una vez talado.