A mi amigo y socio Ignacio Colón, recientemente fallecido

San Fernando/Jamás olvidaré aquellos años en los que, dejando colgadas nuestras batas de boticarios, nos lanzamos a la aventura de recorrer España de la mano de una multinacional francesa para explicar a los farmacéuticos los aspectos legales en la dispensación de la píldora del día después. Luego vinieron otras ponencias, siempre rodeadas de anécdotas y vivencias, siempre en buena sintonía y mejor disponibilidad, no exenta de la profesionalidad que te caracterizaba.

Después vino el gran contrato con otra multinacional, imagínate dos mindundis de Cádiz impartiendo asesoría jurídica a distancia a los clientes farmacéuticos repartidos por todo el territorio patrio.

Nunca dejé de aprender de ti y para mí fue un honor compartir todos esos momentos contigo. Lástima que una intransigencia cercana considerase que no podíamos ser profeta en nuestra tierra en un uso perverso del poder. 

Conociéndote, imagino que estarás atento a surcar otros horizontes, ya estarás preparando un nuevo capítulo, pero esta vez sin telón de fondo.