El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Entrevista a pedro Fernández Lópiz/ Presidente de la Asociación de Empresarios de El Puerto
Pedro Fernández Lópiz es presidente de la Asociación de Empresarios de El Puerto desde la primera de 2019. Docente jubilado y ex-director del IES Juan Lara, es copropietario de la empresa familiar Harinas El Vaporcito.
–Está usted al frente de la principal asociación de empresarios de la ciudad. ¿Cómo ven la situación de El Puerto?
–La situación de El Puerto la vemos de forma esperanzadora, con fe en el progreso y en que haya una mejora. Es cierto que la ciudad atraviesa momentos muy bajos, por muchas razones que todos conocemos. El mundo empresarial tiene su importancia y fuerza en esta ciudad, tiene empuje, pero nos falta todavía mucho por andar.
–El abandono del centro es uno de los talones de Aquiles de la ciudad. ¿Confían en que el Peprichye venga a poner soluciones?
–Efectivamente el centro sufre un abandono endémico, no es algo nuevo, ya lleva años así. Si miramos el catálogo de inmuebles realizado hace 20 años y lo comparamos con la situación actual, muchos de ellos están en unas condiciones mucho peores, algunos casi derruidos. Este deterioro afecta a la convivencia, muchas personas se han ido a vivir al extrarradio, y también afecta a la actividad comercial. El Peprichye, si fuera como todos queremos un documento práctico, que no solo defienda la arquitectura sino también favorezca la inversión, sería magnífico. Si tenemos un Plan excesivamente apretado y restrictivo, el Peprichye seguirá colaborando para el deterioro de la ciudad.
–Uno de los problemas del centro es la cantidad de locales vacíos que existen. ¿Cómo se puede incentivar la actividad económica para evitar esta imagen?
–Es como las fichas de dominó, que cae una y empiezan a caer todas. La imagen que dan muchas calles de El Puerto no invitan a la inversión. Si hubiera grandes marcas que se instalaran en la ciudad, o una nueva generación de comerciantes con otro enfoque, eso podría ayudar. El Ayuntamiento también podría hacer cosas, como facilitar las reformas, permitir la unión de locales nexos, y también con ayudas de tipo fiscal. Somos una ciudad con un nivel de impuestos muy alto.
–En este sentido, el equipo de gobierno ha anunciado una congelación de impuestos municipales para este año. ¿Cree que se debería tomar alguna medida económica más para animar a los emprendedores?
–Sí. Además de la congelación se debería incentivar con ayudas y con una gestión ágil y rápida en el Ayuntamiento, que facilite las licencias y que no se dedique a poner palos en las ruedas de la bicicleta. Se debe inculcar cierto optimismo entre el empresariado, y sobre todo entre los comerciantes.
–¿Están ustedes preocupados por la posible anulación del PGOU de 2012?
–Es un tema del que no queremos hablar demasiado alto, para no crear un eco que pueda ser dañino para los intereses de la ciudad. Efectivamente ha sido un fracaso tremendo de los gestores de ese PGOU. Si se ha tumbado será por algo, la gestión no ha sido buena o se han incluido asuntos que no cuadraban con la normativa vigente. Eso es una invitación a la autocrítica por parte de los políticos.
–¿Creen que ha sido correcta la decisión municipal de recurrir la sentencia?
–Ha sido una manera de ganar tiempo y no sé si eso nos llevará a algún sitio o simplemente a posponer algo casi inevitable. Creo que es una medida coyuntural para salir del paso, pero al final las cosas tienen que estar bien hechas y eso el PGOU actual no lo tiene.
–Otro de los planes a medio plazo que avanza lentamente es la Edusi. Hace poco expresaron ustedes su preocupación por el lento avance de los trámites. ¿Han tenido alguna reunión al respecto con el Ayuntamiento?
–Sí, nosotros pertenecemos al Consejo Consultivo, donde se dan cita diversas fuerzas sociales y políticas de la ciudad. La Edusi es un asunto algo opaco. Cuando se deciden las cosas que hay que hacer con esos fondos europeos, el Ayuntamiento se ve obligado a poner el 25% del capital necesario. Luego eso incluye una serie de condiciones que a veces no son compatibles con el interés de la ciudad. A veces los empresarios pensamos que hay cosas que con la iniciativa privada se hubieran hecho de manera más beneficiosa para la ciudad. La Edusi además requiere mucho trabajo y el Ayuntamiento no tiene gente suficiente, se pasan los plazos y no se hacen las cosas en tiempo y forma, y eso es algo que no es bueno para la ciudad.
–Tal y como avanzan los proyectos históricamente en El Puerto, ¿confía en que estén recuperadas las márgenes del río para 2023, tal y como ha anunciado el alcalde?
–Yo prefiero acogerme al discurso del alcalde, que es el discurso de lo posible, antes que aposentamos en el discurso de lo real. Preferimos ser optimistas y no ser freno de nada.
–¿Cuestiones como el retraso de la obra de Pozos Dulces no benefician a la ciudad. ¿Qué opina de este proyecto que se está haciendo tanto de rogar?
–Es un asunto que viene de muy lejos. Ha sido una sucesión de disparates, de malas gestiones y de marchas atrás. Ahora estamos en un momento en el que estamos a la espera de que el Ayuntamiento se desprenda de su participación, algo que no termina de suceder. Toda persona que venga a El Puerto y vea que eso lleva así años y años se llevará una imagen penosa, sobre todo tratándose de El Puerto, que es una ciudad que vive en gran medida del turismo y de sus visitantes.
–Este asunto lo ha llevado Impulsa desde sus orígenes. ¿Les gustaría haber seguido formando parte del Consejo de Administración de la empresa, como ocurrió durante el pasado mandato?
–Creo que el empresariado debería estar presente en todas las empresas municipales, ayudando, opinando, criticando y trabajando por la ciudad. A veces da la impresión de que se nos ve como un sujeto hostil, que va allí a espiar, y eso no así para nada. El tiempo que tuvimos a dos consejeros en Impulsa hicieron grandes aportaciones y mejoraron mucho la situación. Es una manera de participar en determinadas decisiones que pueden ser importantes y que tienen consecuencias económicas.
–El ocio y el turismo son sin duda otros de los motores económicos de la ciudad. ¿Cree que El Puerto puede volver a ser el centro de la Bahía en estos campos, como lo fue hace años?
–Claro, El Puerto tiene un potencial y una belleza enorme, también buenas infraestructuras y por supuesto podría volver a ser la perla de la Bahía sin hacer demasiados esfuerzos. Solo hace falta que nos pongamos todos a trabajar para mejorar la ciudad y hacer que no parezca un lugar en estado de abandono.
–Tras la crisis del sector inmobiliario, parece que ahora se reactivan algunos proyectos como el de Rancho Linares, mientras siguen a la espera otros como los planes hoteleros para Bahía Blanca o el Club Mediterráneo. ¿Confía en que este sector pueda generar riqueza a corto plazo?
–Confiamos en que todo esto pueda llegar algún día a buen puerto, pero es que algunos de esos asuntos llevan ya años y años parados, con una sensación de parón que no beneficia ni a la ciudad ni a los inversores, y más ahora con la situación del PGOU. Si encima todos son pegas y retrasos con las licencias, eso no ayuda.
–La industria también ha estado bastante parada en los últimos años, salvo honrosas excepciones. ¿Cómo se pueden atraer nuevas empresas a la ciudad?
–El Puerto tiene buenos polígonos industriales, buenos equipamientos, pero la gente no viene. Estamos pendientes de que esto vaya mejorando. Las relaciones del Ayuntamiento con otros capitales puede hacer mucho, se podría apoyar a las grandes empresas que se quieran instalar en la ciudad. El Puerto tiene entidad como para atraer a grandes empresas.
–Ser empresario en estos tiempos no es fácil. Usted, que además ha sido docente, ¿qué le diría a un joven que quiera dar sus primeros pasos en el mundo de los negocios?
–Lo primero es tener claro el objetivo que se quiere conseguir, saber qué quieres hacer. También saber los medios con los que cuentas, sacar el dinero de tu bolsillo y arriesgarlo. Y si no lo tienes, buscar financiación. Ser empresario para un joven es una aventura, es un camino aventurado que no siempre sale bien, pero es una actividad muy ilusionante y gratificante. Además de que se crea empleo se crea riqueza y se comparte. La cosa suele salir bien si se hace con algo de prudencia. La verdad del empresario en El Puerto es que la mayoría se ponen por la mañana la bata o el mono y empiezan a trabajar. Son currantes.
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