El Alambique
J. García de Romeu
Sanidad pública y privada
Movilidad
El Puerto/Las obras de remodelación urbanística en calles y plazas que se están ejecutando en El Puerto de Santa María han transformado la localidad en un auténtico laberinto, que además cambia de un día para otro, en el que incluso los conductores que mejor conocen el entramado urbano se las ven y se las desean para poder orientarse y no acabar frente a una valla con el cartel indicativo: "Calle cortada por obras".
El epicentro de este laberinto urbano, que está produciendo malestar en muchos vecinos y esta haciendo desaparecer decenas de aparcamientos, se encuentra en los alrededores de la Plaza del Polvorista, pero su alcance llega hasta lugares más distantes, como la calle San Francisco o alguno de los tramos de Avenida del Descubrimiento, importantes vías de salida hacia la zona Oeste de El Puerto, en la que además de las urbanizaciones se encuentran clínicas, centros sanitarios, de rehabilitación, residencias de mayores o centros educativos, a los que muchos residentes del centro tienen que acudir necesariamente.
Para las personas que no viven en el casco histórico, la odisea se produce en sentido inverso: llegar hasta cualquier establecimiento, negocio, consulta, asesoría e incluso áreas del Ayuntamiento ubicadas en el centro para realizar alguna gestión está suponiendo también un reto difícil de completar con éxito en un plazo razonable de tiempo.
Vehículos de emergencias, ambulancias o bomberos tampoco lo tienen fácil para poder acudir con premura ante cualquier emergencia o alarma, en una ciudad que fue diseñada mediante trazado en damero, de calles rectilíneas que se cruzan entre ellas, lo que antaño facilitaba el comercio y un cómodo desplazamiento de un punto a otro de El Puerto.
En contraposición, las calles cortadas disuaden de usar el automóvil a muchos residentes, con lo que se consigue reducir la contaminación, pero no parece que compense, por las vueltas y rodeos que tienen que dar aquellos que sí necesitan recurrir al vehículo para desplazarse (personas con movilidad reducida, enfermos, personas con lesiones, familias con bebés o mayores) ya que al tener que hacer recorridos más largos aumentan las emisiones.
En el caso de los taxistas, aún estando informados de los cortes y cambios en las calles, que suelen estar señalizados, según declaran desde la asociación Puerto Taxi, han notado por ejemplo el impacto que ha tenido la instalación de un bolardo en la esquina de la Plaza de España con la Plaza de Juan Gavala, en el arranque de la calle San Juan, que les impide el paso desde la calle Vicario a Santa Lucía, obligándoles a dar un rodeo para llegar a distintos destinos y a su parada de la calle San Bartolomé. También en el resto de El Puerto "tenemos que estar evitando las obras y cogiendo desvíos y eso significa dar vueltas, con el sobrecoste que conlleva para el cliente". Los principales problemas están en la Plaza del Polvorista, una zona que ha quedado cerrada, con lugares como la calle Sol, aislados casi por completo, con los accesos cortados y adonde no pueden llegar los taxis.
Aunque las obras de 'Ciudad Amable' debían haber concluido a finales de diciembre de 2023, con facilidad se podrían extender hasta finales de marzo de este año, alargando esta complicada situación.
Los taxistas ya tuvieron que trasladar su parada desde la plaza de Las Galeras a Micaela Aramburu, frente al Resbaladero, una parada a la que al parecer no está previsto que vuelvan. Muchas zonas de El Puerto quedarán vetadas incluso a este servicio de transporte urbano cuando finalicen las obras que se están ejecutando, lo que en muchos casos podría tener consecuencias negativas para ciudadanos que tengan dificultades de movilidad por diferentes causas.
Tampoco los peatones salen mejor parados, al menos en el momento actual, con calles y aceras cortadas o a medio terminar durante semanas, obligados a dar vueltas entre estrechos pasillos flanqueados de vallas y pasarelas, más propias del aspecto de una ciudad que está siendo reconstruida después de algún conflicto o desastre natural que de una localidad que ya estaba urbanizada y estructurada.
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