“Me critican porque siempre hay gays y lesbianas en mis cortos”

Si hay algo que caracteriza la obra del autor Fernando Santes, incluso sus cortometrajes que en apariencia pueden parecer más sencillos, es que no dejan indiferente al espectador. Se trata de una obra que impacta, por su originalidad y a veces también por su crudeza, no siempre fácil de entender, donde la tragedia y la comedia se entrecruzan, como en la vida misma, en ese género tan propio de la tradición teatral y literaria española como es la tragicomedia, pero que él ha trasladado al mundo del cortometraje.

En sus cortos se reflejan aspectos de su propia biografía, pero también la influencia de directores españoles que cuentan con un lenguaje propio y que, como Pedro Almodóvar, proceden de un entorno rural que han sabido trasladar a su propio trabajo.

Nacido en el poblado de Doña Blanca, conocida barriada rural de El Puerto de Santa María, Fernando Santes estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla. Actualmente trabaja en la televisión comarcal Tuya TV como editor y creador de contenidos. Su profesión está relacionado con el mundo de la comunicación, aunque su pasión es el mundo del cine, en especial el cortometraje, que produce en sus días libres y vacaciones, y que le han abierto puertas en distintas empresas que lo han contratado en sus departamentos de márketing.  

Sus trabajos parten de una idea que suele esbozar en sus momentos de reflexión e introspección creativa, para después elaborarla en profundidad hasta en sus mínimos detalles. Posteriormente, en un par de días procede a rodar el cortometraje, con la colaboración de su pareja actual, Domi Rodríguez León, ingeniero multimedia y que, como él mismo, pertenece al colectivo LGTBI.

A sus 30 años de edad, después de hacer cortos “toda la vida” Fernando Santés ha ganado ya autonomía y ha conseguido un plantel de actores y actrices con los que suele trabajar, sin muchos recursos, pero tirando de imaginación y haciendo partícipes de sus proyectos a su circulo de conocidos y amigos, compartiendo parte de los premios que obtiene con aquellos que se implican de una u otra forma en sus rodajes, ya sea aportando maquillaje, peluquería, iluminación, sonido, con una localización puntual (como pueda ser una cafetería o una salina durante unas horas) o con servicios y atrezzos más complicados de conseguir.   

Muchos de sus cortos se hacen virales en redes sociales, tanto aquellos producidos con motivo de concursos convocados por Ayuntamientos e instituciones, como otros inscritos en festivales especializados como el Shorty Week, en el que obtuvo en 2023 el primer premio ‘Rueda Cádiz’, con un trabajo que ha obtenido reconocimiento en varios certámenes, ‘Paco quiere ser inmortal’, en el que resume algunos de los temas recurrentes de su filmografía: el miedo a la muerte, la inseguridad ante lo desconocido, y otros relacionadas con la emoción y los sentimientos, muchos de ellos tratados en un ambiente rural, con localizaciones en el poblado de Doña Blanca y sus alrededores, donde pasó su infancia y mantiene vínculos familiares y creativos. “Me gusta más trabajar en el campo que en la ciudad”, confiesa convencido.  

Además de estos temas, tratados a veces con un sorprendente sentido del humor, en su obra despunta la visión LGTBI, que a veces se transforma en el núcleo de sus cortometrajes. 

De esta forma, en muchos de sus trabajos se refleja la lucha contra la homofobia, que el colectivo homosexual sufre en ocasiones de forma descarnada y en otras de manera más transversal y sutil. En el mismo sentido, el feminismo y la batalla por la igualdad suelen ser bandera en sus cortos. “Hago muchos cortos de temática LGTBI”, subraya, “siempre que sale una pareja en mis cortos intento que sea del colectivo. Analizo mucho los guiones para que sean igualitarios, son guiones muy estudiados, para que nadie se sienta dañado. La principal crítica que recibo es que siempre hay gays y lesbianas en mis cortos. Resulta curioso, porque a nadie le sorprende cuando en la obra de algún cineasta aparecen sólo parejas heterosexuales”.

En estos años ha grabado más de 50 cortos y su próximo trabajo será presentado a concurso en La Isla, dentro del certamen ‘Sanfer Short’, convocado para visibilizar la ciudad de San Fernando como destino turístico LGTBI, dentro de las actividades de la Semana del Orgullo.

 Otro gran motivo de inspiración en su cinematografía, oficio al que quiere dedicarse de lleno como director de cine, es el mundo rural, que se traduce en su caso en un proyecto para grabar una serie en Doña Blanca: “El Poblado me transmite mucho, son mis raíces”, reconoce. 

Se trata de una serie de seis capítulos, de unos 20 minutos cada uno, en la línea de ‘Crónicas de un pueblo’, aunque con un argumento más actual, relacionada con la transversalidad. Ya tiene escritos los guiones para rodar y ofrecerlos en alguna plataforma.

Los cortos de Fernando Santés se pueden ver en redes sociales, en Youtube, Instagram y Tik Tok, en la dirección @frysantes.