Se desploman varios bloques de piedra del muro del antiguo castillo de Fuerte Ciudad
Patrimonio Histórico
La Concejalía de Seguridad acota una parte del recinto para prohibir el paso de los curiosos ante el riesgo de derrumbe
Protección Civil recomienda a Costas que se señalice el peligro
El Puerto/El castillo de Fuerte Ciudad arrastra un deterioro que parece difícil de detener. Aunque hace algunos años se realizaron unos arreglos que impidieron que el conjunto se viniera abajo por completo, el vandalismo que soporta la fortificación más antigua de la Bahía de Cádiz está llevando a este baluarte costero a una situación límite. Las alarmas se suceden y ya el año pasado, cuando los temporales de marzo, Emma y Félix, azotaron la costa, se produjeron algunos desprendimientos que hicieron temer que las murallas de la playa, que no obstante se vieron afectadas por los temporales.
En abril de 2018, el grupo municipal de IU elevó una moción a Pleno para exigir a Demarcación de Costas que agilizara el proyecto para la recuperación del Castillo de Santa Catalina y ejecutar las mejoras necesarias para la rehabilitación del conjunto, en un avanzado estado de deterioro. Se temió que los temporales hubieran podido afectar a la monumental muralla de piedra enclavada en la playa, donde el ingeniero de Costas alertaba de un posible derrumbe.
El lugar fue inspeccionado por dicho ingeniero y por la Policía Local, que comprobaron que se habían movido algunas piedras, aunque se descartó la necesidad de acotar la playa. En esta ocasión, las causas fueron naturales.
Esta fortificación costera data de 1587 y tiene múltiples desperfectos a consecuencia del vandalismo: pintadas, grietas y fragmentos desgajados. En septiembre de 2017 se presentó un anteproyecto de rehabilitación por la Demarcación de Costas de Andalucía-Atlántico ante la subdelegación de Gobierno, que una vez presentado debía ser remitido a la Comisión Provincial de Cultura, para que Costas pudiera elaborar el proyecto de obras, tasado en unos 800.000 euros.
Un simple paseo por los restos de este conjunto basta para atestiguar el abandono que sufre y la falta de respeto por la historia, pese a que la fortificación está incluida en el Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC), con tipología de sitio histórico, por estar relacionado con la Constitución de 1812.
Aunque los años han ido desgajando partes del castillo, lo habitual era que se produjeran en la zona abierta a la playa, expuesta a los temporales costeros. No obstante, el derrumbe que se ha producido ahora parece producido por el vandalismo, ya que es la muralla de tierra (la interior) la que lo ha sufrido y no parece que por causas naturales. El derrumbe ha dejado varios bloques de piedra de gran tamaño desgajados del muro original, en una posición que desvirtúa la imagen del conjunto y que supone un riesgo para las personas que van por la zona y las propias pandillas que recorren el monumento sin miramiento alguno. Protección Civil descubrió el derrumbe este lunes, dando aviso a la Concejalía de Seguridad, que envió a la Policía Local y acotó la parte interior de la muralla de tierra, donde existe un camino de ronda muy interesante para poder contemplar la fortificación y que ha quedado cortado por las vallas que se ha visto obligado a poner el Ayuntamiento.
La concejalía de Seguridad, dirigida por el concejal Angel M. González, elabora todos los años un informe donde comunica a la Demarcación de Costas el estado en que se encuentra Fuerte Ciudad.
Una vez comprobada la situación de peligro, se ha redactado un informe específico en el que se recoge la necesidad de adoptar medidas para resolver esta situación, entre ellas instalar señales que alerten del peligro de desprendimientos en toda la fortaleza abandonada y también en la zona de la playa, donde quizás el peligro sea incluso mayor. Protección Civil ha instado a la adopción de medidas, y el informe ha sido trasladado a la Concejalía de Medio Ambiente, que debe enviarlo a Costas.
La petición del Ayuntamiento insta a la revisión y consolidación del conjunto, las murallas y la parte cercana al paseo Antonio Ariza, así como a la instalación de las señales de alerta y prohibición por posibles desprendimientos. Sería una forma de proteger el conjunto de la fortificación y poder multar el vandalismo y otros incumplimientos.
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