El enorme monstruo de las alcantarillas

Las empresas del sector del agua las llaman el monstruo de las alcantarillas, y el nombre está más que justificado. Cada año toneladas de toallitas húmedas son arrojadas al inodoro y van formando una pelota en las tuberías que trae de cabeza a quienes se encargan de gestionar las redes de saneamiento.

El Puerto no se queda al margen de este problema y durante el pasado año 202 se recibieron en la empresa de aguas, Apemsa, un total de 173 llamadas por atascos en la vía pública. Según los datos facilitados por la empresa un 95% de estos atascos fueron provocados por las toallitas. Y este año no se queda atrás. En enero, en la zona de El Tejar se detectó una salida de agua residual que se estaba produciendo a través de una arqueta cerca del colegio Sericícola. Una vez se desplazó hasta allí el camión de desatascos, localizaron en su interior un gran tapón formado por toallitas y otros productos de higiene personal que estaba colapsando el funcionamiento del colector. El mismo caso se produjo en la calle Cruces a principios de año, cuando hubo que cortar el tráfico para poder reparar un gran atasco en otro colector también provocado por las toallitas.

La semana pasada, sin ir más lejos, hubo que contratar los servicios de unos buzos para la limpieza y mantenimiento de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales ubicada en la Plaza de la Noria. La profundidad y la compleja dificultad, con escasa visibilidad, hace imposible usar otros medios para su limpieza.

Pero los daños pueden ir aún más allá, puesto que cuando las toallitas de un solo uso se tiran al retrete, se suele producirse el taponamiento de la conexión de la vivienda con la red de alcantarillado, lo que impide que salga el agua residual al exterior. El problema principal es que esta puede revertir hacia el interior y salir de nuevo por el inodoro.

Hay que saber que las toallitas húmedas no se deshacen al entrar en contacto con el agua. Están elaboradas con un material denominado “tejido no tejido”, que se obtiene con la compactación de fibras mediante diferentes sistemas, sin necesidad de cosido. Esas fibras se separan cuando se tiran al váter. Una vez en la red, vuelven a unirse y crean grandes madejas.

En cuanto las toallitas húmedas terminan en el inodoro empiezan a costar ya miles de euros en depuración de aguas, “una factura que pagamos entre todos los portuenses. Parece que se trata de un problema generacional. Precisamente son los colegios los que tienen mayores problemas de atascos por el uso de toallitas. Todo el esfuerzo humano y económico que ha realizado la empresa municipal de Aguas de El Puerto y por tanto, todos los portuenses, para modernizar la red de saneamiento se está poniendo en peligro por esta costumbre”, advierten desde Apemsa.

En 2022 hasta la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Las Galeras llegaron 282 toneladas de residuos sólidos, de los que la mayoría eran toallitas, bastoncillos, compresas o preservativos.

Además, las toallitas también pueden acabar en el río y en el mar. Cuando se producen fuertes lluvias, se emplean los aliviaderos para que no se acumule en las calles. Incluso hay pescadores que indican que encuentran toallitas en sus redes. Precisamente en julio de este año se adquirieron cuatro nuevos camiones del servicio para la limpieza y desatasco del alcantarillado que presta la empresa municipal a través de su subcontrata Aguas de las Galeras. Se trata de cuatro equipamientos de última generación, con importantes mejoras que redundarán en una mejor asistencia a la ciudad. Estos vehículos se suman al ya adquirido en diciembre de 2022, que ha demostrado una alta eficacia en su labor, sobre todo en los atascos provocados por las toallitas higiénicas.

Desde Apemsa hacen un llamamiento para que los ciudadanos contribuyan a la conservación y buen funcionamiento de la red de saneamiento de la ciudad con un gesto tan sencillo como arrojar las toallitas, bastoncillos compresas o preservativos a la basura. La concienciación es fundamental para evitar males mayores para todos.