El Alambique
Manolo Morillo
Betilo
El célebre bar ‘Er Beti’, ubicado en la Milla de Oro de la gastronomía portuense, la calle Misericordia, está de celebración con motivo de su 65 aniversario y este jueves ha querido celebrarlo entre amigos, con un acto que se celebró a mediodía en el establecimiento en el que se dieron cita clientes de siempre y trabajadores y proveedores del establecimiento.
Seguramente serán pocas las personas que hayan visitado El Puerto y no se hayan tomado una tapa en este bar de toda la vida, que si bien hoy ha expandido el negocio, con un local mucho más amplio y sucursales en otros puntos de la ciudad, sigue siendo fiel a su esencia.
Fue Manuel Garrido Patino, abuelo de los actuales propietarios, el que fundó este negocio en 1959, tras vender el camión con el que trabajo en la construcción de la Base Naval de Rota. Era un pequeño bar sin cocina en el que solo se servían vinos a granel acompañados por chacinas o por los guisos que la abuela Emilia cocinaba en su casa de la calle Santa Fe, y que Manuel se llevaba para el bar. Entre esos guisos, algunas recetas han permanecido como el mítico ajo caliente, las albóndigas o la carne mechá, aunque con el tiempo la carta se ha hecho mucho más extensa y también se ha modernizado.
A lo largo de estos años ‘Er Beti’ ha pasado por cuatro reformas más una ampliación del local, y cuenta hoy en día con una amplia terraza en la calle Misericordia, aunque sigue habiendo codazos por encontrar un buen sitio en la barra.
El bar siempre fue un negocio familiar y allí sigue el hijo del primer propietario, José Garrido Prado, que tomó las riendas junto a su cuñado Manuel Lores en 1985 y aunque a sus 74 años ya no trabaja en el establecimiento, sigue muy pendiente de su día a día. Con su eterna sonrisa es habitual verlo por allí, haciendo de puente entre generaciones de antiguos y nuevos clientes.
Ahora es la tercera generación, con José Manuel Garrido Delgado y Manuel Lores Garrido al frente, la que lleva las riendas de un negocio que ha sabido permanecer en el difícil mundo de la hostelería, ganándose un merecido hueco en el ránking del Olimpo de la gastronomía portuense.
Durante la celebración de este jueves José Manuel Garrido Delgado dedicó unas emotivas palabras a su padre y a su tío Manuel, fallecido en 2001, así como a su primo Lolo. “Es un orgullo ser hijo de Pepe ‘el de Er Beti’”, aseguró, agradeciendo también la labor de sus 36 trabajadores que en verano llegan a ser 47. Tambien tuvo palabras de agradecimiento para sus proveedores, “que nunca nos han dicho que no”, y para sus clientes, ya que no olvida que una de las satisfacciones de su trabajo es hacer felices a las personas. “Ellos son los que valoran nuestro trabajo e incluso algunas veces con sus críticas nos hacen mejorar”, dijo.
Durante el acto Pepe Garrido recibió como regalo un retrato de su padre, posando después emocionado para una foto de recuerdo junto a parte de su extensa familia. Larga vida a ‘Er Beti’.
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