El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Sucesos
El Puerto/Ocurrió hoy lunes en hora punta, sobre las siete de la mañana en la estación de ferrocarriles de El Puerto de Santa María. Un hombre de mediana edad que se encontraba haciendo cola para comprar el billete en la taquilla se desplomó de pronto y quedó tendido en el suelo. De inmediato, las personas presentes, alarmadas, llamaron al teléfono de emergencias 112, pero no todos sabían que desde ese mismo momento el reloj había entrado en una cuenta atrás, por lo que era necesario actuar con rapidez si se quería salvar la vida del hombre, que estaba inconsciente sobre el frío suelo del recibidor de la estación.
Pero la fortuna jugó a favor de la víctima del infarto, de manera que en ese instante salió de entre los viajeros una joven que tomó el pulso al hombre y sin pensarlo dos veces comenzó a aplicarle un masaje cardíaco, a la vez que pedía a otro joven que fuera a por el desfibrilador que existe para estos casos de emergencia y lo acercara hasta el lugar donde ella estaba haciendo la reanimación.
En ese momento, entraba por la puerta de la estación el marino Francisco Javier Jiménez Páez, un profesor de la Escuela de Suboficiales de la Armada de San Fernando, que reconoció en la joven que atendía a la víctima del infarto a una de sus alumnas, María del Carmen Montes Lagóstena, vecina de El Puerto.
La joven aspirante a suboficial dejó que el desfibrilador hiciera su trabajo, aplicando al afectado descargas eléctricas, combinándolas con los masajes cardíacos, repitiendo la operación durante unos minutos que se hicieron eternos, ayudada por el otro joven, también militar de profesión, de forma que lograron mantenerlo con vida hasta que llegó la ambulancia, a la que fue trasladado ya con el conocimiento recobrado gracias a la oportuna intervención, siendo atendido entonces por los facultativos.
El profesor de la Escuela de Suboficiales testigo del suceso acompañó posteriormente a su alumna a San Fernando, donde cursa tercer año para suboficial de la Armada. Jiménez Paez no es ajeno a este tipo de sucesos inesperados, ya que fue el primer caso de Covid detectado en la provincia de Cádiz cuando estaba destinado en la Base Naval.
Esto le hace valorar más si cabe la decidida actuación de la joven, a la que califica como "la heroína de la jornada, ya que ha salvado la vida a una persona", pues en esos momentos cruciales supo tener el valor, la sangre fría y humanidad suficientes para aplicar los conocimientos que reciben en la propia Escuela de Suboficiales, de lo que Francisco Javier Paéz, como miembro docente de la Armada, se muestra orgulloso.
"Ella es un ejemplo de cómo se debe actuar en una situación de emergencia, ya que si no llegan a intervenir el hombre hubiera fallecido", afirma. Y está convencido de que la Escuela sabrá ofrecer a su alumna un merecido reconocimiento por su ejemplar actuación humanitaria.
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