El Puerto: El sector hostelero respira con los beneficios de la motorada tras las pérdidas de Semana Santa
Economía
El mal tiempo les impidió abrir las terrazas en aquellas fechas, por lo que los negocios se resintieron, y con los ingresos de este fin de semana "podemos tapar los agujeros del invierno"
La tendencia de estos años indica que muchos motoristas adelantan su visita y comienzan a llegar antes de lo habitual
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El Puerto/El sector hostelero de El Puerto de Santa María, o al menos una gran parte de él, respira aliviado con los beneficios obtenidos durante este fin de semana del Gran Premio de Motociclismo. En este sentido, la actividad desarrollada durante estos días de motorada, les ha permitido recuperarse de las pérdidas de la Semana Santa, que fue bastante floja debido a la inestabilidad meteorológica, que dejó a mucha gente en sus casas al no salir las procesiones e impidió a muchos establecimientos de hostelería la posibilidad de usar las terrazas, en especial los negocios del centro histórico portuense.
Ante la falta de un atractivo turístico y cultural poderoso y permanente o de un tejido empresarial lo suficientemente fuerte para mantener los negocios de hostelería durante todo el año, este sector se mueve mediante parámetros de temporalidad, con lo cual durante el invierno depende mucho para su supervivencia de los eventos festivos o de otra índole que atraen a visitantes y turistas o son capaces de sacar a los ciudadanía a la calle, con el consumo que ello genera.
En este caso, para llegar al verano con cierta soltura, el negocio hostelero medio cuenta con la Semana Santa para adquirir un remanente que les permita aguantar hasta la temporada alta, algo que no ha ocurrido este año, debido como se ha señalado, a las inclemencias meteorológicas.
La llegada de las motos y la posibilidad de haber utilizado las terrazas al haber acompañado la climatología, al menos en El Puerto, ha permitido a la hostelería recuperarse. Aún reconociendo que la motorada, es un evento "estresante, ruidoso e incómodo", también para los propios hosteleros, ya que cualquier fallo en suministros, aparatos eléctricos o de otro tipo, puede dar al traste con la frenética actividad que despliegan, para este sector "el invierno es malo", y en Semana Santa es "cuando se levanta cabeza", lo que no ha ocurrido este año. Por este motivo, el fin de semana de las motos ha venido como agua de mayo, "ha sido perfecto", señala Francisco José Gómez Real, del Bar la Herrería. "El negocio nos ha venido bien para tapar los agujeros que no pudimos tapar en Semana Santa".
La tendencia actual es que los moteros comiencen a llegar un poco antes, de manera que el mismo jueves ya hubo actividad, y este año "ha sido un poco mejor de lo habitual". El viernes, sábado y domingo, el negocio fue similar a otras motoradas, es decir "bueno", llegando a su punto álgido el sábado por la noche, mientras el domingo, después de la carreras, se da por finalizado el evento, los visitantes no suelen volver a la ciudad y emprenden desde Jerez el regreso a sus lugares de origen.
Los ingresos turísticos generados durante las motos se quedan en la ciudad de El Puerto y durante el evento los pedidos del sector hostelero superan lo que es habitual en otras fechas. "Somos el sector terciario y por debajo de nosotros hay más gente y muchas empresas y negocios. El Puerto depende mucho de la hostelería", subraya el dueño del bar La Herrería.
Otra característica de estas fechas es que marca un punto de inflexión en el que se comienza a incrementar el número de contrataciones ante la llegada próxima del verano, unas contrataciones que los hosteleros precavidos deben mantener la mayor parte del invierno, ya que entrando en los meses de junio, julio y agosto, tratar de encontrar trabajadores bien preparados es difícil, de manera que para contar con una buena plantilla cuando llegan esos meses de mayor actividad es necesario fidelizarla, con los costes laborales que ello implica.
Por último, los hosteleros consultados temen el impacto que puede tener en el sector la posibilidad de que la celebración del Gran Premio de Motociclismo vaya rotando, y sea cada dos años en Jerez, en lugar de todas las temporadas, como ahora. Están convencidos de que si eso ocurre, cualquier fallo en alguno de los eventos que atraen al público durante el invierno les pondrá en una situación difícil, y se verán obligados a pedir créditos para poder mantener a flote sus negocios. "El año que viene la vamos a pasar canutas", afirma Gómez Real de manera gráfica.
En el caso de la hostelería tradicional, bares y restaurantes, los ingresos del trabajo del verano sirven para sobrevivir en invierno, como en la fábula de la cigarra y la hormiga.
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