Ignacio Colón, In Memoriam
Tribuna Libre
Portuense, profesional de la botica y procurador del Derecho universal, político, poeta escondido , pragmático convencido, porculero a ratos (también empieza por p) .
Pasión definió su vida; Profesó la terquedad inteligente; Personalizó en el la virtud de la honestidad; Parchitero entre primos; Paellero entre amigos; Palmero de arena fina, El Palmar!!; Paladar fino, de vinos de nuestra tierra y de su ginebra favorita; Profesor de la vida intensa y valiente; Pareja de su pareja; Padre de sus hijos; Pájaro en la negociación; Pícaro en la calada; Prudente cuando hubo que serlo y precoz en la crítica; Pragmático en su enfermedad; Todo lo suyo, como literato, tenía como si fuera académico de la lengua una meta y una letra : la P.
Portuense mal entendido por algunos que habrán descorchado una botella de cava al saber de su partida desconociendo su legado.
Potente su vida y poderosos sus pensamientos, postulados llenos de sentido común atrofiados a veces por un amor incondicional a su Puerto.
Estuvimos los que tuvimos que estar en su despedida personal y no estuvieron los cobardes de una vida de la que ellos se creen dueños sin saber que la providencia de Dios nos pondrá a cada uno en nuestro sitio.
Párroco , don antonio , quien ofició su maravillosa despedida definiéndolo con una persona buena (no existe mejor piropo).
Tuve la suerte de que la vida me lo pusiera por delante en situaciones nada fáciles y de ahí , así era él , surgió nuestra amistad.
No te has ido, nos has hecho la putada (empieza por P también ) de haber calado en nuestros corazones, de ir en nuestro pensamiento portuense, de acción política y de atención personal a los que tú querías o te necesitaban.
Por su saber farmacéutico sabías que lo que tenías no era bueno, sabías por tu saber legal que para ir al cielo hay que llevar los papeles en regla y los arreglásteis y sabías como nadie que ninguna guerra lleva a la paz.
Te voy a echar de menos y tus wassaps los guardaré como si de mi herencia se tratara.
Tú y yo sabemos lo que nos hemos contado, tú te lo llevas a la tumba y yo, que es igual de secreto, los llevo en el corazón.
Descansa amigo, fiel amigo, no tengo mejor piropo para alguien que la vida me regala.
Descansa eternamente porque quisistes la paz en tu Puerto y entre los que te hemos acompañado en este difícil viaje lo has conseguido.
Podría escribir cosas más rimbombantes pero solo diré para finalizar que quien no pudo intimar contigo y quien se molestó con tus maneras algún día te entenderá, solo necesitan que las horas, los días y los años pasen por ellos.
El Puerto pierde un gran hombre, un referente de los que ya pocos quedan, pero la memoria que no nos fallará hará que como en la película Coco te recordemos siempre.
De tus compañeros farmacéuticos estuve yo y en mí estábamos todos, de tus primos y amigos estaban todos y de los políticos estuvieron los que ya parece que no cuentan: Enrique Moresco , Javier Botella y tu atacado Curro Martínez, demostrando que existe la comprensión, el respeto y el perdón.
Me dejaste tres encomiendas, no una, ni dos …. Si no tres!!!
Las cumpliré, sabes que las cumpliré porque yo siendo un desastre como tú, también tenemos como virtud el valor de la amistad aunque a veces no estuviéramos de acuerdo.
Te he querido (a nuestra manera), te he respetado (a nuestra manera ) y te he valorado de la manera que se valora a los hombres que se visten por los pies.
Hasta pronto… espero tardar mucho en verte por la parte que me toca, pero te veré allí en el Cielo, sí en el cielo de los hombres buenos y allí volveremos a fumar tabaco, beber lo que se tercie y seguiremos arreglando El Puerto en la medida de nuestras posibilidades.
Cuando yo muera y don Antonio me arregle los papeles buscaré a mi madre y a mi hija Luisa, a mis abuelos José, Nicolás y las abuelas memé y cuando me riñan por haber llegado justito de nota preguntaré por ti y veré que allí estarás escribiendo , pensando en el levante y el poniente y rajaremos del primer vino de las bodas de Canaa sabiendo que el bueno viene al final , al final de los tiempos donde para todos Dios sacará el vino mejor.
Tu prima Tere me ha pedido una cosa que también cumpliremos y tú lo disfrutarás desde arriba .
Un fuerte abrazo como el que nos dimos en tu casa el último día que te vi.
Que la Virgen del Carmen te acompañe en esta tu última travesía y la Virgen de los Milagros te recoja en sus brazos junto con tu madre, que en el cielo te están esperando.
Hasta pronto viejo lobo de pelo plateado, descansa eternamente porque eternamente conservaremos la amistad .
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