Una intensa jornada para los Reyes Magos en El Puerto

Los Reyes Magos han tenido este jueves una intensa jornada en El Puerto de Santa María. Desde primera hora de la mañana Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de su extenso séquito, se pusieron sus mejores galas para protagonizar primero las tradicionales visitas a entidades sociales y al hospital Santa María de El Puerto, para vivir ya por la tarde el plato fuerte de la jornada, con la gran Cabalgata que recorrió las calles.

Las doce carrozas que formaban parte de la comitiva ya habían salido en anteriores ocasiones durante las fiestas navideñas, en las distintas cabalgatas celebradas desde finales de diciembre y entre las que destacó sobre todo la Cabalgata de las Reinas, celebrada el pasado 30 de diciembre y que brilló por la espectacularidad de los hinchables que participaron y el pasacalles dedicado a la India, entre otras cosas.

En esta ocasión la corte al completo y sin más aderezos que los pasacalles se dio cita a las cuatro de la tarde ante el edificio del Resbaladero, en la avenida Micaela Aramburu, desde donde partió la comitiva para recorrer buena parte de la ciudad, a través de un itinerario que se prolongó hasta aproximadamente las diez de la noche.

Abría la marcha la Banda de Cornetas y Tambores Alfonso X el Sabio y a continuación llegaban las carrozas del Cascanueces y la bailarina, seguida de la del Hada del Azúcar y los súper héroes. Más tarde llegaban las carrozas de la Estrella de Oriente y el Gran Visir, y después el Cartero Real. Llegaba después la Reina de las Nieves -cuya carroza sufrió un pinchazo en una de las ruedas a la altura de la Plaza de Toros, lo quer le supuso un pequeño parón- y poco después lo hacía la carroza de Melchor, el primero de los Reyes en llegar, encarnado este año por el jefe de servicio de la Concejalía de Fiestas, José Luis Sara, que este año ha cambiado el trabajo desde abajo de las carrozas por la gran responsabilidad de dar vida a uno de los Magos de Oriente.

Llegaba después la carroza de la Reina de Occidente y poco después la de Gaspar, el rey de la barba castaña encarnado este año por Antonio Andrades Arana ‘Carambito’. Más tarde era el turno de la Reina de Oriente, y tras ella la última carroza del recorrido, la de Baltasar, encarnado por el empresario Lalama Sillah.

Entre carroza y carroza avanzaban los distintos pasacalles, formados por integrantes de entidades como el Grupo de Cuentos TLF, el Grupo Scouts Católicos, la academia de baile de Carmen Morales, la academia de baile de José Leiva, la agrupación Musical Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, las niñas de Rítmica Alcanatif, Rítmica Ciudad de El Puerto, academia de baile de Araceli Arias y el Grupo Andrea.

Este año, como novedad, la cabalgata contó con un tramo de sonido reducido, en atención a las personas con discapacidad, en el tramo del itinerario comprendido desde la esquina de la calle San Francisco con Santa Lucía hasta los los alrededores de la Plaza Elías Ahúja, donde volvió a sonar la música una vez que llegaron allí las carrozas. Además, se habilitó también una zona en la plaza Isaac Peral reservada a niños con discapacidad para que pudieran ver la cabalgata desde dicho emplazamiento con una mayor comodidad.

Hacia las siete de la tarde la comitiva llegaba a la Plaza de España, donde en las escalinatas de la Iglesia Mayor Prioral se celebró, como ya es tradicional la Adoración al Niño Jesús. Este año se había decorado el espacio con telas y exornos recreando una escena del portal de Belén. Desde las cinco de la tarde aproximadamente había personas esperando en la plaza, para coger un buen sitio desde el que seguir el acto de la Adoración. Ya más tarde, hacia las ocho y cuarto de la tarde, y tras recorrer calles como Juan Gavala, Vicario, Ganado, Nevería, llegaban las carrozas a la plaza de Isaac Peral, donde se dio curso al saludo de Sus Majestades desde el balcón del Ayuntamiento.

Finalmente el recorrido seguía por las calles Larga y Luja, plaza de Pedro de los Majaras, Ribera del Marisco, Plaza de las Galeras Reales, Micaela Aramburu y Bajada del Castillo hasta llegar al Castillo de San Marcos, desde donde los Reyes saludaron a niños y mayores desde las almenas. El broche de oro lo pondría como siempre el castillo de fuegos artificiales lanzados desde el propio Castillo de San Marcos. A lo largo del itinerario se repartieron unos 28.000 kilos de caramelos -aunque muchos de ellos de los duros, que la gente prácticamente ni se molestaba en agacharse para cogerlos-, 50.000 bolsas de gusanitos, unos 20.000 juguetes, 3.000 peluches y 50.000 monedas de chocolate. Además, se regalaron otros elementos como portarretratos, lápices luminosos, juegos, fundas para mandos de la televisión, camisetas o chubasqueros, entre otros regalos.