Juan Clavero: "Las penas tenían que haber sido mayores, pero la sentencia recoge los hechos tal y como fueron"

El ecologista estudia interponer un  recurso de apelación ante el TSJA, por entender que se debe considerar el delito de detención ilegal y elevar las condenas y la indemnización

Un año de prisión a dos de los procesados por colocar cocaína al ecologista Juan Clavero

Juan Clavero Salvador.
Juan Clavero Salvador. / D.C.

Siete años ha tenido que esperar el ecologista Juan Clavero hasta conocer la sentencia que condena a dos de los acusados del complot que sufrió durante una marcha en defensa de los montes públicos en el Parque Natural de Grazalema, cuando la aparición de cocaína en su furgoneta desencadenó su detención y un infierno personal durante unos días, hasta que la reacción que provocó lo ocurrido y las declaraciones de numerosos testigos desembocaron en el sobreseimiento de la causa en su contra por parte del juez.

Juan Clavero, en declaraciones a Diario de Cádiz, califica de "agridulce" su reacción al conocer la sentencia, pero se muestra satisfecho porque los hechos probados recogen íntegramente el relato que siempre ha defendido el ecologista. "Ha quedado demostrado todo, el relato es impecable", destaca, y en la sentencia consta que “la conducta que se imputa a los acusados no es otra que la de haber ideado conscientemente una secuencia tendente a crear una apariencia de comisión de hechos delictivos por parte de Juan Clavero que le llevaran a padecer un proceso penal por tales hechos”.

No obstante, considera decepcionantes las penas, ya que cree que "tenían que haber sido superiores, tanto por el delito de denuncia falsa, como por los delitos de provocación y conspiración para la detención ilegal y simulación de delitos, así como indemnizaciones más cuantiosas".

Juan Clavero y sus abogados están estudiando la sentencia al detalle para decidir la interposición de un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), pero como adelanta Clavero "lo más probable es que presentemos ese recurso", por entender que se debe considerar el delito de detención ilegal y elevar las penas y la indemnización.

En cuanto a lo que ha supuesto este proceso en su vida durante estos siete años, Clavero reconoce que "lo pasé muy mal los primeros días, mi familia me tuvo que ver esposado y detenido, aquello fue tremendo. A los dos o tres días, y gracias a las declaraciones de numerosos testigos, ya se sabía prácticamente todo y la situación dio un vuelco, salvo por algunos casos aislados como el actual alcalde de El Puerto, Germán Beardo, que justificó mi detención y aún no se ha disculpado. Pero la mayoría de la gente no se creyó una palabra de todo aquello y a los diez días todo había cambiado. También en este tiempo he recibido muchísimas muestras de afecto tanto en Benamahoma como en la Sierra, pero el golpe que sufrí al principio no se la deseo a nadie. me acusaron de uno de los delitos peor vistos por la sociedad, a mí que he sido profesor durante 38 años, fueron a cargarse mi integridad y mi reputación", insiste.

"Espero que Herrera quede marcado de por vida como lo que es, un mafioso, un mentiroso y un tramposo"

En cuanto al aspecto positivo, cree que "ya a nadie se le va a ocurrir hacer algo parecido a otro activista, porque verá que la situación se le puede volver en contra, y confío también en la condena social que va recaer sobre uno de los condenados, José Miguel Herrera Díaz, quien contrató a Manuel Alcaide a modo de sicario para que le metiera la droga en el coche.

"Herrera es un hombre muy conocido en la Sierra, con medios económicos y espero que quede marcado de por vida como lo que es, un mafioso, un mentiroso y un tramposo. Espero que no vuelva a aparecer por El Bosque o por Benamahoma", dice.

También aclara que no busca venganza, pero reconoce que si alguna vez se lo encuentra le dirá a la cara "que es un sinvergüenza, porque fue capaz de tender una trampa para meter en la cárcel a un inocente y hundir a una familia".

La sentencia condena a Manuel Alcaide Parra y a José Miguel Herrera Díaz, como autores de un delito de denuncia falsa, a las penas de un año de prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y una multa de 15 meses, a razón de 6 euros de cuota diaria, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago. Así mismo se les condena a indemnizar, conjunta y solidariamente, a Juan Clavero Salvador en la suma de 20.000 euros, en concepto de responsabilidad civil. La sentencia absuelve a los otros dos procesados, Juan Luis Pérez Ramírez y Óscar González.

La sentencia incluye como hechos probados que José Miguel Herrera Díaz, gerente en 2017 de las fincas propiedad de la Sociedad Breña del Agua Investments S.L., tuvo constancia de una marcha por uno de los caminos públicos que se encuentran cerrados por dicha sociedad, y acordó con Manuel Alcaide que “participase en dicha ruta haciéndose pasar por simpatizante del grupo ecologista y que, disimuladamente, introdujera cierta cantidad de drogas en el vehículo de alguno de dichos miembros para, a continuación, avisar a la Guardia Civil y propiciar la apertura de las correspondientes diligencias penales”.

Ha quedado pues desmontada la estratagema que urdieron los dos principales responsables de esta trama, que consistió en asumir en el juicio toda la culpa por el sicario que puso la droga, exculpando a José Miguel Herrera. "Nadie se lo creyó, el tribunal tampoco", destaca Clavero.

La absolución de Óscar González se fundamenta en que no se aportaron en el juicio las grabaciones de vídeo de la reunión que mantuvo con José Miguel Herrera en el bar donde se organizó la trampa, y la del audio de la llamada “anónima” a la Guardia Civil denunciando que Juan Clavero llevaba drogas, un fallo "lamentable, pues una testigo identificó en ambas grabaciones a Óscar González", recuerda el ecologista.

También considera muy sorprendente la absolución como responsable civil subsidiaria de la Sociedad Breña del Agua Investments S.L., pues ha quedado demostrado que su administrador, José Miguel Herrera, fue quien organizó la trampa, y que admitió en el juicio que contrató a Manuel Alcaide como espía, y según la sentencia, para introducir cocaína en el coche de alguno de los participantes.

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