El Alambique
Manolo Morillo
Betilo
Educación e Integración
El Puerto/Según una conocida teoría, el aleteo de una mariposa en un lugar del mundo puede provocar un huracán en la otra punta del planeta. Salvando las distancias, ocurre algo parecido cuando se hacen cambios o se detraen recursos en áreas tan sensibles como la Sanidad, la Educación o la Atención a la Dependencia. Cualquier modificación o recorte puede tener consecuencias muy graves para los afectados y también para su entorno.
Es lo que le ha ocurrido a Olga Aldehuela, una madre de El Puerto de Santa María que tiene a su hija Yumara, de 12 años de edad y afectada por parálisis cerebral, escolarizada en el Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Sericícola, en la barriada de El Tejar. La alumna sufre una discapacidad del 75%, lo que le obliga a ir en una silla de ruedas, y necesita de la ayuda de una monitora en el centro para las tareas esenciales del día a día, entre ellas comer, su higiene personal o ir al cuarto de baño, y otras limitaciones que afectan a su movilidad, aunque su capacidad de aprendizaje no está mermada.
Yumara lleva desde los cuatro años escolarizada en Sericícola, donde hay otros ocho alumnos dependientes que necesitan también una persona para apoyarles en sus actividades cotidianas. Hasta la fecha, el colegio contaba con dos monitoras como Personal Técnico de Integración Social, pero en septiembre pasado la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía redistribuyó recursos y destinó a una de ellas a otro centro de enseñanza, quedándose el colegio de El Tejar con una sola cuidadora.
Desde entonces, la vida de Olga Aldehuela, que está en situación de precariedad y es usuaria de los servicios sociales y asociaciones de reparto de alimentos, se ha complicado aún más, ya que al haber perdido el colegio a una de las cuidadoras, ella tiene que acudir personalmente para atender a su hija discapacitada cada vez que se produce la baja de la única monitora que queda en el centro.
La madre de Yumara se siente sobrepasada, la situación ha afectado a su trabajo como empleada de hogar, que ha tenido que dejar, ya que, según explica, la cuidadora se ve obligada a ausentarse con frecuencia. Su día a día se ha vuelto imposible de gestionar, puesto que al tener que acudir al colegio para atender a su hija no puede hacer gestiones imprescindibles para ellas dada la precariedad económica en que se encuentran.
"Han recortado en la atención a la dependencia. El año pasado había dos monitoras, y en septiembre hicieron el recorte y han dejado a ocho alumnos a cargo de una sola persona, que además está de baja muchas veces. Mi hija necesita asistencia continua y yo tengo que ir con frecuencia al colegio para atenderla. Los días que no viene la monitora la tengo que atender yo", explica personalmente.
Olga se ha dirigido a la Ampa del colegio y a la dirección del centro, desde donde han confirmado a este periódico que "se han realizado las diligencias y gestiones con Educación, y estamos a la espera de respuesta". También ha recurrido a los servicios sociales del Ayuntamiento, que no han podido hacer nada en este caso.
El próximo lunes estaba programada una excursión del curso de Yumara, "pero al no tener cuidadora para ella, me han dicho que no la van a organizar. A la niña hay que atenderla por completo; yo podría ir con ella, pero no tengo la cuantía para pagar mi plaza", se lamenta con sentimiento de culpabilidad.
Después de hablar con este diario, Olga salió de su casa para atender a su hija en el colegio. La alumna usa pañales, encontrándosela mojada y sin un lugar apropiado donde cambiarla, lo que traslada a este medio, indignada, para explicar la situación.
Desde la Consejería de Educación han confirmado que han reducido Personal Técnico de Integración Social en el colegio Sericícola "por criterios técnicos, ya que el año pasado había diez alumnos con dependencia y este año el número de alumnos discapacitados son ocho", por lo que "en función de las características de cada uno de ellos, corresponde un solo cuidador". Señalan además que las bajas de la única monitora existente actualmente en el colegio están justificadas.
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