El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Centenario La venganza de Don Mendo
El 20 de diciembre de 1918 el Teatro de la Comedia de Madrid estrenaba La venganza de Don Mendo. La obra, escrita por el autor portuense Pedro Muñoz Seca, suponía un antes y después en el teatro nacional ya que "fue un gran recurso contra el coñazo de los epítetos y los dramones del siglo XIX". Algunos , como Manuel Machado, alabaron "la polimetría y el ingenio poético de la obra"; otros, como un crítico apellidado De Mesa,no le vaticinaron más de una semana. "Estoy contento. Nunca me ha interesado demasiado la opinión de los muebles", contestó el autor cuando le preguntaron por esta última apreciación.
Y en cierta manera, con más o menos humor, el autor estuvo acertado en no hacer mucho caso. "Ahora mismo y según datos fehacientes de la Sociedad General de Autores y Editores (Sgae) La venganza de Don Mendo es una de las obras más representada en España y Latino América", aseguraba Alfonso Ussía, nieto materno del autor, ayer durante la conferencia Mi tía La venganza de Don Mendo cumple 100 años, que ofreció en el Auditorio Municipal (calle Larga, 27). En este encuentro, organizado por la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia -a donde Ussía pertenece como académico desde 1986-, el periodista y escritor consiguió mostrar ayer la cara más personal del autor portuense en una charla donde, a pesar de la mala acústica, abundaron las anécdotas sobre el dramaturgo. Con un toque de ironía y humor -que parece que le viene de familia- Ussía consiguió mantener la atención de la gran cantidad de público que asistió. "Mi abuelo materno tuvo que luchar contra la incomprensión. Es muy difícil entender lo que significa llevar el humor portuense a todas partes", aseguraba Ussía durante el encuentro. "Él no solía ser un hombre hablador ni comunicativo, pero sí cambiaba en las tertulias y con sus amigos".
No obstante, en el intento de conocer la cara más personal de Muñoz Seca, es inevitable pasar por los tragos más amargos del autor en sus últimos momentos en la cárcel antes de su fusilamiento en Paracuellos del Jarama. "Pedro Muñoz Seca fue detenido en Barcelona cuatro días después del 18 de julio en la Plaza de Cantaluña. No le dio tiempo de señalarse como franquista", asegura Ussía, quien también recordó en todo momento la relación que el dramaturgo siempre mantuvo con El Puerto. "Él escribía todos los días a su madre. Un día ella tuvo un sueño donde lo vio sin sus bigotes. Entonces supo que algo iba mal". Asimismo, relacionado con el tema de sus muerte, Ussía se centró en la que para él es "la mejor obra que Muñoz Seca escribe en su vida": la carta a su mujer cuatro horas antes de ser fusilado. "En aquella carta el persona a sus enemigos y pide por España. El fue consciente de que su muerte era una sacrificio para la salvación de el país".
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