La poesía se hace hueco en la prisión

Instituciones Penitenciarias

El proyecto ‘Palabras con esencia’ se desarrolla en Puerto 2 de la mano del centro permanente de educación de adultos

Unos 40 paneles con poemas se distribuyen por toda la cárcel

Un trabajo con la mirada puesta en la libertad

Una imagen del acceso a las aulas de la prisión de Puerto 2, donde se han colocado algunos de los paneles.

En la prisión hay muchas puertas que constantemente se abren y se cierran, y hemos querido que en esas paradas los reclusos puedan detener la mirada en la poesía”. Quien así se expresa es Francisco Alonso, director del centro de educación permanente de adultos Las Lagunas de la prisión de Puerto2, que junto a sus compañeros ha puesto en marcha el programa ‘Palabras con esencia’, mediante el que una cuarentena de paneles con poemas se distribuyen por lugares estratégicos de toda la prisión.

Francisco Alonso es además presidente del Ateneode Rota y junto a dos voluntarios de esta institución, maestros jubilados, lleva adelante esta iniciativa desde el pasado mes de septiembre, con el objetivo de hacer más habitable y acogedor un lugar tan inhóspito como es la cárcel.

Una de las poesías expuestas, de Rafael Alberti.

De momento han instalado ya unos 40 paneles con poesías en distintos puntos de la prisión que dan acceso a la escuela, aunque quieren instalar una veintena más, hasta llegar a los 60. En esta fase ya cuentan incluso con la ayuda de algunos presos, que están colaborando en la selección de los textos y en la elaboración artesanal de los paneles.

“La literatura y la poesía necesitan de un entrenamiento, por lo que hemos escogido textos sencillos de autores tan conocidos como Miguel Hernández, Rafael Alberti, los hermanos Machado, María Zambrano, Luis García Montero, e incluso alguna canción de Serrat como Hoy puede ser un gran día y prosa como un fragmento de El Quijote o un texto de Almudena Grandes. En general se trata de textos motivadores, amables, aunque no todos están relacionados con la libertad pero sí todos mandan un mensaje. Es como si todos estos poemas estuvieran escritos en la pared, integrados en el entorno”, explica Francisco Alonso.

Un panel con un poema de Luis García Montero.

Se da la circunstancia de que la escuela de la cárcel se ubica en el módulo donde se encuentran los presos más conflictivos, para que no tengan que recorrer tanto espacio para llegar a las aulas, mientras que los presos de otros módulos sí tienen que atravesar varias dependencias de la prisión hasta llegar a las clases, un trayecto en el que se van sucediendo los distintos mensajes.

De los aproximadamente 400 presos con los que cuenta Puerto 2, unos 150 acuden al centro educativo de la cárcel, aunque al ser una prisión para presos preventivos la movilidad es muy alta.

Los reclusos han acogido hasta el momento muy bien la iniciativa y ya algunos de ellos están colaborando en la elaboración de los paneles. “La decoración de la cárcel está un poco desfasada y esta propuesta le aporta un poco de vida. En prisión hay personas de todo tipo y muchas de ellas tienen inquietudes musicales o saben escribir, hay gente con formación, gente vinculada al Carnaval...”, explica el director del centro educativo, que cuenta con el apoyo de la dirección de la cárcel para esta iniciativa.

Las puertas entre las distintas dependencias de la prisión son ahora menos tristes, porque al menos estos mensajes dirigen la mente hacia lugares imaginados y deseos compartidos.

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