El Puerto disfrutó de Selu Torres con 'Pangénero', un espectáculo de sensaciones entre lo añejo y lo nuevo

El Monasterio de La Victoria acogió el montaje del artista con un gran éxito de público

Selu Torres protagoniza 'Pangénero', un concierto que entrelazará en El Puerto el flamenco con otros géneros musicales

Un momento del eespectáculo 'Pangénero', de Selu Torres.
Un momento del eespectáculo 'Pangénero', de Selu Torres. / Eva Morales
Alfonso Delgado

21 de octubre 2024 - 10:57

Suben al escenario los artistas que llevan la música: en la percusión, José Prieto; al teclado, Sergio Monroy; en el contrabajo, Perú Peñafiel; y en la guitarra, Pablo Domínguez. Suena la composición de los músicos como introducción a la entrada de Selu, al compás de una seguiriya instrumental.

Con un solo de guitarra y la escenografía, Selu aparece desde el fondo del auditorio del Monasterio de la Victoria, antiguo penal de El Puerto, cantando por carceleras al más puro estilo portuense. Aparece atado de manos y con grilletes en los pies, en una alegoría a la represión que sufrían los presos en el penal. La letra dice:

"Mejor quisiera estar muerto,

mejor, mejor quisiera estar muerto

que preso pa' toa la vida

en este penal del Puerto de Santa María".

Esta copla, popularizada por Imperio Argentina en 1939, habla de la cárcel más represiva de una guerra incivil más que civil, y este cante nació entre esos muros. Selu se entrega con un repertorio auténtico, vibrante y lleno de cantes propios y reivindicativos, cargados de protesta social actual.

Se presenta explicando el simbolismo de sus cadenas, que representan el encadenamiento que sufre el flamenco a manos de la ortodoxia, la cual corta toda actividad creativa. "¿Dónde está la pureza?", se pregunta mientras se quita el yugo de las cadenas para comenzar 'Pangénero'.

Lleva los ritmos dentro de sus entrañas. Su primera interpretación me transporta a esa juventud de la tradición española que funcionaba sin perder la pureza del cante, incorporando nuevos ritmos sin apartarse de la esencia flamenca. Con un sentimiento como el de la primavera que florece, los artistas son herramientas para denunciar, como lo fue en sus orígenes el flamenco, la denuncia del sufrimiento cantado.

Interpreta por malagueñas al estilo de Enrique El Mellizo, quien sacó este estilo del fandango de los montes malagueños “verdiales” y lo dotó de matices flamencos. Selu remata con el macho por alto, rebelde, haciendo el cante propio. Su letra lo dice todo:

"Es este mundo tan cobarde,

viendo morir tantos niños,

es este mundo tan cobarde,

cada cual mira su ombligo

y pocos gritan de rabia.

Ante el horror palestino,

tiene que acabar.

¡Ay, la violencia de este mundo!

¡Ay! Porque tiene que acabar.

No es una guerra, es un genocidio,

a gente que no ha hecho na',

que siempre pagan los mismos."

En compás ternario canta una balada flamenca que empieza a fusionarse con otros géneros musicales sin abandonar la flamencura. Es un canto por la libertad y la diferencia, un canto a la esperanza.

Pasa a la soleá, con letras propias, acompañado del magistral toque de guitarra, que entre los dos mecen la cuna del cante. Una de las letras habla de su infancia y de la infancia actual, que ya no juega como antes.

El arte flamenco, en su esencia, es transmitir, hacer, sentir. Selu cambia de estilo con nuevos ritmos de fusión, evocando a esa juventud rebelde y creativa que rompía moldes establecidos. Demuestra y derrocha creatividad.

Suena la guitarra y los instrumentos, resonando a la sal de Cádiz. Canta por alegrías al estilo más gaditano, característico en su pureza, con letras de su cosecha y cante clásico de la ortodoxia. El público jalea, el ambiente está lleno de entusiasmo.

Selu agradece el calor recibido del público entre esos fríos muros. Quiere cantar y lo hace, dedicando un tema a nuestro gitano bohemio, Manuel de los Ríos, 'El Pititi', quien eligió vivir en libertad. 'El Pititi' era un cantaor de compás único, destacado en cantes festeros y cantes de amalgama de doses tiempos.

Selu domina y sobrepasa el compás, pasando de la copla a la bulería e interpretando los tercios de cambio con un acompañamiento musical magistral.

Luego interpreta 'Tu frialdad', el inmortal tema de la emblemática banda de rock andaluz Triana, que aborda el desamor y la indiferencia.

El espectáculo culmina con una fiesta, cantando bulerías festeras al estilo alto de Cádiz, con algún guiño a Jerez. Es un espectáculo lleno de sensaciones entre lo añejo y lo nuevo, uno que debería llevarse a los institutos, metido con calzador y cuchara para la juventud.

Este evento fue ofrecido por la Concejalía de Juventud, aunque la edad media de los asistentes era de cuarenta años o más. Si hay algo que criticar es el fallo en la adaptación sonora, ya que el espacio acústico era difícil de adaptar.

Con entrada libre y un tercio del aforo reservado, así lo presencié y, a mi entender y criterio, quisiera transmitir. 

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