El Puerto: El futuro de Campo de Guía
Varios arquitectos portuenses abordan el complicado asunto de intervenir en el ensanche bodeguero, una zona que está llamada al cambio de usos evitando la pérdida de su identidad
La COMSEPE respalda la transformación del antiguo casco bodeguero de Gutiérrez Colosía en un espacio residencial y comercial
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El Puerto/Siempre que se ha abordado en El Puerto el futuro de la zona bodeguera de Campo de Guía se ha encendido la polémica. Estamos hablando del único ensanche industrial bodeguero planificado en España en el primer tercio del siglo XIX, en la transición del Antiguo Régimen al liberalismo. El planeamiento fue obra de los arquitectos Torcuato José Benjumeda y Juan Daura y contó con la aprobación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1835.
El conjunto ha permanecido con pocos cambios durante décadas, salvo algunas intervenciones discretas, pero ahora, de la mano del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico y su Entorno (Peprichye), comienzan a ver la luz los primeros grandes proyectos que pretenden construir viviendas en estos antiguos cascos bodegueros, muchos de ellos hoy en desuso.
La reciente aprobación por parte de la Comisión Local de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de El Puerto, la Comsepe, para la construcción de 44 nuevas viviendas (20 de ellas VPO) en la nave de Gutiérrez Colosía en la Bajamar, ha desatado de nuevo el debate de la mano del arquitecto Manuel Basallote, que cree que el modelo previsto no respeta la esencia de lo que debe ser la adaptación de los cascos bodegueros a los nuevos usos, manteniendo su esencia.
Otro proyecto que está en marcha es el de la construcción de 76 viviendas (23 de ellas VPO), aparcamientos subterráneos y equipamientos urbanos, además de un espacio terciario en la calle Valdés en las antiguas bodegas de la Divina Pastora.
Este periódico ha querido conocer la postura de otros arquitectos portuenses acerca del futuro de esta zona tan característica del término municipal portuense. No es la primera vez que se levantan viviendas en antiguos enclaves bodegueros no solo en el Campo de Guía -véase, por ejemplo, el caso del conjunto Sagrada Familia, frente al paseo de La Victoria, o las Bodegas Gómez, en la avenida de la Libertad, o incluso otro ejemplo en la misma calle Valdés, en pleno Campo de Guía, con una promoción de viviendas construida en la segunda mitad del siglo XX. No llegaron a cuajar, sin embargo, otros proyectos como el del grupo Prasa, siendo alcalde Hernán Díaz, que desató también una enorme polémica en su día.
Para el arquitecto Ramón Pico Valimaña, vinculado en su día a aquel proyecto del grupo cordobés, “el Campo de Guía necesita una reactivación y es importante dotar a la zona de viviendas, pero no de cualquier manera”. Para eso, recuerda, se ha creado la Comsepe, un organismo formado por profesionales que debe velar por la conservación de aquellos edificios que deban conservarse. En el caso concreto de la nave de Gutiérrez Colosía, Ramón Pico que es relativamente reciente, de los años 70 del pasado siglo, y que en su día relevó a un palacio de Cargadores a Indias que había en ese mismo enclave, el Palacio de Cumbre Hermosa.
"El Campo de Guía ha estado parado 20 años esperando al Peprichye, lo mismo que el centro”
“Quiero confiar en los profesionales de la Comsepe, creo que tienen criterio”, insiste Pico, y recuerda que “el Campo de Guía ha estado parado 20 años esperando el Peprichye, lo mismo que el centro, por posturas inmovilistas. Creo que el Plan es bueno aunque será con los diferentes proyectos cuando se vean los posibles fallos. No obstante, entiendo el debate y la preocupación por un conjunto que tiene un alto valor patrimonial”, concluye.
El propio arquitecto responsable del Peprichye, Manuel Ángel González Fustegueras, incidía en un reciente artículo en la ausencia de valor patrimonial de la nave de Gutiérrez Colosía, que data de 1973, y aseguraba que “las bodegas históricas están debidamente protegidas”, para recordar además que “la cuestión central no es la sustitución del edificio actual, cuyo valor patrimonial es inexistente, sino la calidad del proyecto que lo reemplazará”.
Fustegueras considera que “es legítimo plantear estas preguntas y exigir un proyecto que respete el carácter del Campo de Guía, pero no se puede desacreditar el Peprichye con argumentos erróneos. Este Plan es el que puede preservar el centro histórico frente a operaciones especulativas que, en otras épocas, no encontraron freno alguno”.
Otro arquitecto portuense muy vinculado al centro histórico, José Manuel Morales, es también defensor de la creación de viviendas y equipamientos en el Campo de Guía, aunque lamenta que el Peprichye no entienda la zona como una unidad, sino como piezas sueltas -algo en lo que coincide con el análisis realizado por Manuel Basallote-.
"Echo en falta que el Peprichye no entienda la zona como una unidad, sino como piezas sueltas”
Para Morales, se echa en falta que se pueda mantener la unidad de la zona, planteando una intervención global con unas pautas generales, un modelo. El arquitecto reconoce que es un asunto complejo, porque es cierto que es necesario regenerar el tejido urbano, “pero con sensibilidad”.
En este sentido, recuerda que cuando se planteó el conjunto bodeguero se hizo de una manera unitaria, mientras que ahora no se va a mantener este criterio. En opinión de José Manuel Morales, lo que dirá si una intervención ha sido acertada será el paso del tiempo, como siempre suele ocurrir en arquitectura, donde la renovación es una constante.
En cuanto a la necesidad de actuar, y si bien reclama que se mantenga “una cierta dignidad” en las nuevas viviendas que se plantean, confiesa que “casi prefiero eso a que no se haga nada”, y apunta también que a veces la normativa es demasiado estricta, lo que redunda en el abandono de los proyectos y en el inmovilismo.
Por su parte otro arquitecto portuense, Carlos Escribano, también considera que “se debería hacer un proyecto urbano unitario de la zona, manteniendo sólo las bodegas que tengan algún tipo de protección, que serán muy pocas. Muchas, además, están casi en estado de ruina o muy deterioradas. Obviamente, hay que poner en valor las pocas que sí tengan interés y dotarlas de un uso adecuado”.
"El proyecto debería empezar creando zonas verdes y espacios libres”
Para Escribano “ese proyecto debería comenzar por establecer zonas verdes y espacios libres, por ejemplo, creando bulevares, exclusivamente peatonales, y bien tratados sobre todo en temas de iluminación y vegetación o arbolado, sobre calles existentes. Incluso se podría contemplar algún espacio más amplio, tipo plaza o plazoleta. Estos espacios sevirían para conectar transversalmente ambos lados de Campo de Guía. Una vez establecido este sistema de espacios libres, se ubicarían las viviendas en las parcelas donde se encuentran las bodegas sin valor”.
No obstante, reconoce que para llevar a cabo esta propuesta habría que modificar el actual Peprychye, algo que “no es tan fácil”. También recuerda que sigue habiendo elementos y pasajes de trabajo dentro de los cascos bodegueros que bien se podrían emplear para generar esos recorridos peatonales, equipados y dotados, que vertebren el conjunto y permitan “coser” las tramas urbanas de Crevillet y el casco histórico.
Al margen de la reconversión de antiguos cascos bodegueros en viviendas, hay otros ejemplos de nuevos usos ya en marcha, y no solo en el Campo de Guía, como un supermercado en la Bodega San José, la sede del Archivo Municipal en Los Moros o un gimnasio en la calle Albareda.
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