¿Qué hacemos con el botellón?

Las reiteradas quejas de vecinos y colectivos desde principios de este verano, a causa de las concentraciones de jóvenes realizando botellón desde las cuatro de la tarde a diario en los accesos a Puerto Sherry y en el pinar que linda con la zona, han obligado a las fuerzas de seguridad a intensificar su presencia en este enclave, en el que el funcionamiento de cuatro chiringuitos de moda ha llegado en varias ocasiones a colapsar la pequeña carretera que une El Puerto con este punto caliente del verano portuense.

Los primeros en elevar la voz de alarma fueron los vecinos del Pago de la Alhaja, que ya el pasado mes de mayo advertían del colapso que sufría la zona durante los fines de semana y de las molestias que tenían que soportar a causa del elevado volumen de la música, lamentando también la ocupación del espacio público con la invasión del pinar cercano y las molestias causadas en la cercana playa de La Colorá.

Después han sido las quejas de la Federación Andaluza de Vela las que han puesto en aviso a las distintas formaciones representadas en el Ayuntamiento de El Puerto, que se han reunido con responsables de la entidad deportiva para escuchar sus quejas, a falta aún de una reunión pendiente con el equipo de gobierno municipal.

Y es que el día a día de la Federación se ha visto condicionado por el ambiente que se vive en la zona, que por un lado ha obligado a modificar el acceso a las instalaciones y por otro ha rebajado en un 40% la facturación de la entidad, ya que son muchos los usuarios que se niegan a acceder a la zona en horario de tarde por no tener que soportar las molestias diarias a causa de la concentración de vehículos y del elevado volumen de la música.

La profusión de quejas ha obligado a las fuerzas de seguridad a intensificar su presencia en la zona, tanto por parte de la Policía Nacional como de la Policía Local, que en las últimas semanas acude a la zona casi a diario e impone sanciones a quienes practican el botellón.

Unas 200 sanciones a lo largo del verano

Según la información facilitada a este periódico por la Policía Local, en lo que va de verano las sanciones impuestas hasta la fecha en esta zona por la práctica del botellón ascienden a 200.

Pero el entorno de Puerto Sherry no es el único que sufre los efectos del botellón, ya que los vecinos del centro comercial Vistahermosa y el Soto de Vistahermosa saben muy bien desde hace tiempo lo que supone convivir con este fenómeno.

Desde principios de verano, y a pesar del cierre perimetral del parque cercano, cada noche cuentos de jóvenes se reúnen en la zona en torno a sus coches y con botellas compradas en supermercados se organizan su fiesta, para desesperación de algunos vecinos que no saben lo que es tener una noche de descanso.