El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Usuarios de las playas portuenses han expresado sus quejas por la proliferación de algas en las playas, un fenómeno que se está incrementando desde hace algunos años de manera que los servicios municipales no dan abasto para su retirada.
En su mayoría se trata del alga invasora Rugulopterix okumare, conocida popularmente como alga asiática, que además de tapizar las playas a diario está teniendo otros efectos secundarios, como la asfixia de especies como los erizos de mar, que están llegando muertos a las playas y están provocando pinchazos a los bañistas. En los últimos días se han denunciado al menos una quincena de pichazos por parte de usuarios de las playas.
La llegada de algas a las playas es constante, y el servicio de Playas tiene en marcha un protocolo para su retirada que consiste en acumular la mayor cantidad posible en la zona superior de la playa, con arena seca, hasta que las algas pierdan peso y volumen y se pueden subir a bordo de los camiones del servicio municipal para su traslado al parque del Guadalete, donde se unen a los restos de poda para la fabricación de compost. En la última jornada se han retirado numerosas algas de la playa de Santa Catalina, entre El Buzo y Mochicle. El problema es que estos trabajos solo se pueden realizar en horario nocturno, ya que desde primera hora de la mañana las playas están concurridas con personas que acuden a hacer deporte, primero, y bañistas un poco más tarde.
Este año los técnicos del servicio municipal colaboran con el Colegio Oficial de Ambientólogos de Andalucía, que ha editado recientemente el Manual de buenas prácticas para el manejo y cuidado de ecosistemas litorales. La semana pasada investigadores de la Universidad de Cádiz implicados en el proyecto visitaron el Centro Municipal de Playas y Espacios Forestales para ver la maquinaria que se está utilizando y el posterior procesado de las algas recogidas y su mezcla con los restos de poda para transformarlos en compost, que se utiliza en el enriquecimiento de suelos degradados.
Por otro lado, el programa de bandera azul establece como criterio imperativo en el apartado de Defensa Natural y Regeneración de Espacios Litorales que "las algas y restos vegetales no deben recogerse de las playas", aludiendo a la necesidad de mantener la biodiversidad litoral, considerando la zona costera como un medio natural vivo y no solo como un activo de la oferta recreativa local. También establece que la retirada de las algas debe hacerse de manera sensible, sólo en aquellos casos en los que sea totalmente necesario.
Los problemas que se derivan de estas acumulaciones están más relacionados con los fines turísticos y recreativos de las zonas costeras en época estival, haciendo necesaria su retirada, ya que suelen ser motivo de queja de turistas y usuarios, por el olor o la ocupación de los espacios de estancia o baño, obviándose la importancia ecológica y medioambiental de estos arribazones.
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