Los secretos del Hospital San Juan de Dios, en El Puerto
El arquitecto Ramón Pico explica los hallazgos que se están encontrando durante la rehabilitación del edificio, en las que ha salido a la luz la estructura original con bóvedas, columnas y aljibes que estaban ocultos
La hora de San Juan de Dios
El Puerto/Desde hace aproximadamente dos meses están en marcha las obras de rehabilitación del antiguo hospital San Juan de Dios, unos trabajos que de momento se centran en una primera fase y que permitirán poner en uso la planta baja y la entreplanta del edificio.
Esta semana la asociación Betilo organizó un encuentro en la ermita de Santa Clara con el arquitecto responsable del proyecto, el portuense Ramón Pico, que dió a conocer algunos detalles de la intervención, así como varias curiosidades que han aparecido durante los trabajos.
Y es que hace dos años, antes de conseguir la subvención europea para las obras, Ramón Pico y el compañero con el que realizó el anteproyecto, Francisco Reina, tuvieron que realizar una ardua tarea de investigación sobre los orígenes del edificio. En esa labor de investigación, para la que contaron con la ayuda de los técnicos municipales de Patrimonio Histórico, comprobaron entre otras cosas que en sus orígenes la fachada que daba a la avenida de la Bajamar contaba con unas grandes arcadas hacia el río.
El edificio, que fue desde 1691 hospital de la Caridad, se traspasó en 1822 a la Junta de beneficencia Local y fue reformado por completo en 1914. Posteriormente entre los años 1970 y 1978 se sometió a otras dos actuaciones, estando en funcionamiento hasta 1999, cuando el Servicio Andaluz de Salud dejó el edificio y se clausuró, a excepción de la capilla, por el mal estado que presentaba.
No obstante la parte de la capilla de Los Afligidos también presentaba riesgo de derrumbe, lo que obligó al traslado de la hermandad a finales de 2023. La cubierta ya se ha asegurado, cambiando las vigas metálicas que estaban completamente podridas por otras nuevas, que garantizan ya su seguridad. Ramón Pico reveló que los hermanos de los Afligidos, literalmente, se habían estado “jugando la vida”, teniendo en cuenta el estado en el que se encontraban las cubiertas.
Lo primero que se hizo una vez comenzó la obra fue asegurar todos los elementos delicados, como los azulejos, la fuente ornamental, la escalera de mármol o las losas de mármol blanco del suelo, que se van a conservar y se colocarán de nuevo, una vez limpias.
Una de las sorpresas ha sido que, al ir derribando los numerosos falsos techos y tabiques que se habían levantado para la creación de consultas y otras dependencias, han aparecido varias estancias abovedadas, entre ellas una gran sala que ahora albergará un espacio expositivo abierto hacia la Bajamar, y otras más pequeñas en las que se instalará, por ejemplo, oficinas dedicadas a la promoción turística.
En esta primera fase se está “limpiando el edificio”, como dijo Ramón Pico, saneándolo y tratando tanto la fachada como la estructura con morteros de cal para que el edificio respire.
El proyecto contempla la inclusión de una pieza contemporánea, para hacerla distinguible del conjunto original, que albergará el salón de actos y que será visible desde el exterior. Se ha recuperado también una gran sala que era la antigua farmacia, cuyos frascos originales se conservan en el Museo Municipal y que en un futuro podrían regresar a este edificio. Otra de las curiosidades aparecidas ha sido una antigua colección de pipas labradas, que serán expuestas en el Museo en un futuro.
En la entreplanta se ubicará una biblioteca y las dos plantas superiores, cuya puesta en uso no se incluye en esta primera fase, se dejarán de momento como espacios diáfanos, tras la consolidación de la estructura.
Otros elementos originales que se van a conservar son las puertas de madera tallada, que se van a adecentar y serán colocadas de nuevo en su lugar. Como curiosidad, en los rellenos utilizados para cegar las bóvedas han aparecido multitud de ostiones que se fueron aprovechando como relleno, así como múltiples restos cerámicos de diferentes épocas. Otros elementos más modernos, del siglo XX, se reubicarán también, como un montacargas, así como algunos escalones de mármol tallados de una sola pieza.
Además se van a recuperar el segundo y el tercer patio del edificio, hasta ahora poco aprovechados y entre los cuales ha aparecido un antiguo aljibe, y se ha dado con el pavimento original del siglo XVII, situado a una cota mucho más baja que el actual.
Una de las apariciones más curiosas ha sido la de una gran columna de mármol que había quedado oculta durante años entre dos tabiques. Y es que el edificio, que incluso con tantas afrentas ya era una joya, esconde una riqueza arquitectónica mucho mayor de la que dejaba ver. “La obra seguirá dando alegrías y disgustos”, auguró Ramón Pico, que hizo un llamamiento a la Intervención del Ayuntamiento para que actúe con diligencia, ya que en estos proyectos con subvenciones europeas el cumplimiento de los plazos es una cuestión esencial.
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