Sin avances visibles en las obras de la estación de autobuses de El Puerto un mes después de la primera piedra

El pasado 23 de noviembre se llevaba a cabo, a bombo y platillo, el acto de colocación de la primera piedra de las obras de la esperada estación de autobuses de El Puerto de Santa María.

Hasta dos consejeros de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz y Marifrán Carazo, acudieron al acto institucional para el que se instaló incluso una carpa y se invitó a distintas autoridades con gran parafernalia. Al acto acudieron entre otros la delegada de gobierno de la Junta de Andalucía, Mercedes Colombo; el director general de Infraestructuras y Transportes, Eduardo Gutiérrez; y la delegada territorial de Fomento en Cádiz, Carmen Sánchez, además del alcalde portuense, Germán Beardo, acompañado de varios de sus concejales.

No se contó, sin embargo, con colectivos como la Flave o la plataforma de la Zona Norte, que durante años han luchado para que esta estación de autobuses, o intercambiador como finalmente será, fuera una realidad.

Más de un mes después, sin embargo, llama la atención la falta de actividad en esas obras, en cuya zona de actuación solo hay abierta una pequeña zanja que ya estaba abierta el día de la colocación de la primera piedra. Más allá de eso, el único avance visible es la retirada de las marquesinas donde se ubicaba la parada de taxis, labores que se realizaron en los primeros días sin que después haya habido apenas movimiento alguno.

Así lo constatan, entre otros, viajeros que acuden a diario a la estación de trenes para desplazarse a diario a su trabajo y también los taxistas cuya parada se ha tenido que trasladar a la zona en la que antes los conductores particulares dejaban a los viajeros, lo que está suponiendo problemas a la hora de la convivencia entre taxistas y particulares en algunos momentos como la llegada o salida de los trenes procedentes de Madrid.

Este periódico ha preguntado a la Junta por el motivo de esta inactividad, en las últimas semanas, sin obtener respuesta hasta el momento. Como mínimo, parece desproporcionado el altavoz que se le quiso dar al comienzo de las obras cuando apenas unos días después se dejó de trabajar en el recinto y en estos momentos no hay actividad alguna.

En el acto de inauguración de las obras la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, ya advirtió que en el subsuelo del recinto donde se va a construir el nuevo intercambiador hay numerosas líneas soterradas, entre ellas la de saneamiento, pero también otras, "lo cual constituye un reto que deberán salvar los profesionales de la Unión Temporal de Empresas (UTE) Gevora y Civilsur durante la construcción del nuevo equipamiento, que tiene un plazo de ejecución de 8 meses", dijo.

Precisamente la presencia de un cable de fibra óptica soterrado fue lo que retrasó el proyecto en el anterior mandato, aunque se supone que el desvío de ese cable ya se solventó en 2018, cuando se incluyó en los presupuestos municipales una partida de 200.000 euros para este fin.

Por otro lado, los representantes vecinales que se movilizaron durante años en demanda de este proyecto siguen considerando insuficiente el proyecto que finalmente verá la luz, el de un intercambiador con cuatro dársenas al descubierto, en lugar de una estación de autobuses de más envergadura como la de Chipiona, con el doble de capacidad.Chipiona,