“El tanque de tormentas es la obra más ambiciosa de Apemsa”
Obras públicas
El director gerente de Apemsa, Juan Ángel Poyatos, señala que la construcción de esta infraestructura comenzará antes de que concluya el mes de noviembre
El objetivo es evitar la llegada de suciedad al río y evitar inundaciones
Juan Ángel Poyatos lleva siete meses al frente de la gerencia de Apemsa, la empresa de aguas de El Puerto de Santa María, que desde el pasado 2014 es una sociedad mixta con un 51% de capital municipal.
El nuevo responsable de la empresa, que sustituyó en el cargo a Manuel Ferraz, es doctor en Ciencias Químicas y tiene a sus espaldas una amplia experiencia en empresas relacionadas con el ciclo integral del agua, dentro de Aqualia, accionista de la parte privada de Apemsa.
Entre los proyectos que tiene la empresa entre manos destaca uno que por su envergadura es, en palabras del gerente, “la obra singular más ambiciosa de la historia de Apemsa”. Se trata del tanque de tormentas, o tanque anticontaminación, que comenzará a ejecutarse antes de que concluya este mesen la zona entre la avenida de la Bajamar y el paseo José Luis Tejada, donde se ubica actualmente una estación de bombeo.
La obra cuenta con un presupuesto de 13,3 millones de euros y ha sido adjudicada a la empresa Gyocivil, la misma adjudicataria del fallido aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces.
Juan Ángel Poyatos explica que será una obra de gran calado cuyo objetivo principal es que las aguas de lluvia lleguen limpias al río Guadalete. “Se trata d interceptar las aguas de lluvia antes de su salida al río. Cuando llueve intensamente hay mucha agua en superficie que se recoge por los imbornales. Eso va a los colectores de pluviales y de ahí al río. Cuando la cantidad de agua es muy grande sobre todo en los primeros momentos de lluvias intensas, toda la suciedad que hay en las calles -residuos del tráfico rodado, colillas, papeles, plásticos- si no hay nada para retenerlos va directamente al Guadalete. Con este tanque de tormentas se recogerá toda esa agua y habrá dos zonas diferenciadas, una para recoger esas primeras más contaminadas, que quedarán en un depósito, y otra zona para las aguas ya limpias, que serán las que se viertan al río y ya con posterioridad las aguas retenidas se bombearán hacia la depuradora. Además, al construirse el tanque se modificarán los colectores de toda la zona de manera que se eviten las inundaciones que se producen cuando hay lluvias fuertes”.
El plazo de ejecución de estas obras será de 15 meses y serán trabajos muy aparatosos, ya que se podrán almacenar hasta 10.000 metros cúbicos de agua de lluvia, que es el equivalente a cuatro piscinas olímpicas. No obstante, no habrá impacto visual en la zona ya que el tanque anticontaminación se ubicará bajo tierra, a unos cinco metros de profundidad.
También se aprovecharán estos trabajos para dejar preparadas las conexiones de cara a la futura construcción de un aparcamiento subterráneo en la avenida de la Bajamar, aunque de momento se desconoce cuándo se va a ejecutar ese proyecto.
Por otro lado, también están en marcha desde hace meses las obras de ampliación de la Estación depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Las Galeras, con un presupuesto de 4.931.000 euros y un plazo de ejecución de 20 meses.
“Se trata de una obra de mejora importante, ya que se sustituye toda la etapa biológica de la planta, que es la responsable de la depuración del agua. Es algo necesario porque la depuradora lleva funcionando ya 28 años y los lechos filtrantes se han ido desgastando. Al sustituirlos se recuperará la capacidad de depuración y de la calidad del agua depurada”, explica el gerente de Apemsa. Aunque no es la primera remodelación que se efectúa de la planta, sí es la más ambiciosa, buscándose también el ahorro energético. Se trata de una obra que avanza lentamente, ya que la planta tiene seguir funcionando y hay que hacerla poco a poco, por zonas.
Aunque durante años se ha debatido la necesidad de construir una nueva depuradora, Juan Ángel Poyatos señala que cambiar de ubicación una depuradora sería una obra costosísima, ya que habría que modificar todo el sistema de colectores. “Lo importante es asegurar la capacidad de tratamiento de la planta y el futuro a largo plazo dependerá del desarrollo urbanístico del término municipal, que precisamente ahora se encuentra en revisión. Eso será lo que determine la necesidad o no de una segunda depuradora”.
Todas estas obras se financian con cargo al canon de mejora que se paga con el recibo del agua, cuya última revisión de tasas data de agosto de 2018.
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