Una larga travesía por Europa a través de sus canales navegables
El marino Alberto Montes consigue traer un barco desde Holanda por las antiguas vías fluviales
El marino Luis Alberto Montes Bellina, ha hecho realidad su sueño de transportar un velero desde Holanda sin necesidad de atravesar el Mar del Norte ni el siempre imprevisible y peligroso Canal de la Mancha. Lo ha conseguido de una forma poco habitual para los navegantes: utilizando la red de canales fluviales centroeuropea, poco transitada por yates de recreo y que es usada de forma casi exclusiva por barcos de transporte de mercancías. Esta vieja red de canales se construyó en el siglo XVII, aprovechando en algunas zonas los caudalosos ríos, y su uso se mantiene aún, aunque es bastante desconocida.
Luis Alberto Montes lleva el curso de los ríos en el corazón. Nació en el puerto fluvial de Iquitos (Perú) donde su padre estaba destinado en la Marina Peruana.
La idea de Luis Alberto surgió después de jubilarse como comandante de vuelo de Iberia, hace seis años, cuando tuvo que vender su velero de 11 metros de eslora por imposibilidad de mantenerlo debido a su alto coste. Pensó entonces en adquirir un barco "más pequeño, versátil y de líneas clásicas, que fuera marinero y con el casco de acero", más resistente y económico.
Se lanzó a una búsqueda por internet que le llevó dos años y lo encontró en el puerto de Naarden (Holanda), al que se trasladó para comprarlo y transportarlo hasta El Puerto con ayuda de dos viejos amigos, grandes aficionados a la náutica como él, delegado de la Liga Naval Española en Cádiz. Llegaron el 1 de abril y tres días después surcaban los canales holandeses, camino de Bélgica y Francia. Durante el trayecto, tuvieron que salvar 200 esclusas, con el mástil acostado sobre la cubierta del barco para salvar los puentes. Los tres amigos completaron la travesía en 24 días, topándose con un temporal que les sorprendió en mitad del río Ródano, donde "lo pasamos mal", ya que no tenían ningún puerto donde refugiarse y las corrientes amenazaban con lanzarlos contra las rocas de la orilla.
Pero el motor del barco resistió bien, alcanzando la salida al Mar Mediterráneo cerca de Marsella, tras lo cual instalaron el mástil y completaron el viaje costeando a vela el litoral español, hasta llegar el pasado sábado a la Bahía de Cádiz, donde el velero Antarki ha quedado amarrado en el Real Club Náutico de El Puerto.
Son varios los organismos que se han interesado ya por la aventura de Luis Alberto Montes, "una experiencia muy positiva con la que me siento rejuvenecido".
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