Un valiente Pregón de José Manuel Cristo para la Semana Santa de El Puerto

El veterano cofrade no se mordió la lengua al hablar de asuntos políticamente incorrectos de las hermandades locales, el Consejo de Hermandades y el Ayuntamiento

José Manuel Cristo Álvarez, pregonero de la Semana Santa de El Puerto: "Mi pregón es mi verdad”

José Manuel Cristo Álvarez, durante el Pregón de la Semana Santa portuense.
José Manuel Cristo Álvarez, durante el Pregón de la Semana Santa portuense.

El Puerto/Valiente es el adjetivo que mejor define el Pregón de la Semana Santa de El Puerto que ha pronunciado este domingo el veterano cofrade José Manuel Cristo Álvarez en el teatro municipal Pedro Muñoz Seca. Sin pelos en la lengua, la exaltación de la Semana Mayor ha estado jalonada por afirmaciones y reflexiones que se podrían considerar políticamente incorrectas, sin temor a las reacciones de hermandades, Consejo Local o Ayuntamiento, algo que se agradece porque no siempre ocurre así en este tipo de actos.

Ya lo decía José Manuel Cristo en una reciente entrevista concedida a Diario de Cádiz, que este Pregón iba a ser su verdad, y así fue, una verdad incómoda en ocasiones pero sin tapujos y salida del corazón de un cofrade portuense de los de toda la vida.

Con la imagen de la Patrona de El Puerto, la Virgen de los Milagros, a su izquierda, la banda de música Maestro Dueñas fue la encargada de ofrecer el telón musical del acto, con la interpretación de varias marchas procesionales. Tras el rezo del Ángelus tomaron posiciones en el escenario el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Juan José Caballero; el concejal de Fiestas, David Calleja -el alcalde, Germán Beardo, estaba de viaje por motivos profesionales-; otros dos miembros del Consejo y el asistente eclesiástico junto al presentador del pregonero, José Manuel Castilla, quien pregonara la Semana Santa el año pasado por segunda vez en su vida.

Las primeras palabras de Castilla fueron para recordar su amistad con el pregonero, describiéndolo como "un cofrade que se siente cofrade" y asegurando convencido que con su pregón iba a ser "un corazón bueno el que se abra ante nosotros".

Otra imagen del Pregón.
Otra imagen del Pregón.

Las primeras palabras de José Manuel Cristo, tras escucharse un audio con su voz arengando a los costaleros, fue para Sergio Alejo Gallardo, el policía Local fallecido en acto de servicio el pasado mes de septiembre. "El capataz eterno", dijo de él el pregonero, convencido de que "seguirás mandando a tu ejército desde el cielo". Esta fue la primera ocasión en que Cristo Álvarez logró levantar al público de su asiento, con un fuerte aplauso.

El pregonero planteó su Pregón como una conversación con su nieto de corta edad, a quien le fue mostrando cada una de las imágenes de la Semana Santa portuense. Así, el recorrido comenzó el Domingo de Ramos con el espíritu alegre y triunfante de la entrada de Jesucristo en Jerusalén, y la primera rosa bella de la Semana Santa, la Virgen de la Entrega.

El Flagelado del Domingo de Ramos también despertó especiales recuerdos del pregonero, que fue costalero del Gitano de la Vid y sintió junto a él el calor de su barrio. También confesó que su sueño es poder exaltar algún día a la Virgen de la Amargura, "la pura belleza".

Este año además la Semana Santa portuense es especial porque cuenta con una nueva hermandad, la del Prendimiento, cumpliéndose así el sueño iniciado por estos jóvenes cofrades hace ya 25 años. "Qué suerte poder pregonar tu primer Lunes Santo en El Puerto", dijo para dejar paso a otra salva de aplausos.

Con el recuerdo al Cristo de los Afligidos, que tuvo que dejar su capilla del Hospital, llegó la parte más social del Pregón, con palabras para las víctimas de tantas lacras como asolan al mundo: la guerra, la violencia... Este año Afligidos hará un camino distinto desde San Francisco, confiado en poder volver pronto a su templo. De María Santísima del Rosario contó el pregonero que siempre lleva uno encima desde que murió su padre, hace ya 20 años.

Autoridades asistetes al Pregón.
Autoridades asistetes al Pregón.

Llegaba entonces el primer tirón de orejas al mundo cofrade portuense. "¿Quién ha dicho que El Puerto no es cofrade?", se preguntó, lamentando que se le falte el respeto a veces al trabajo y el esfuerzo de los cofrades viejos. "Antes había envidia sana, hoy hay puñaladas traperas", sentenció, criticando a quienes se marchan de El Puerto en Semana Santa pero luego presumir en redes sociales, a los de las camisetas de tirantas..."La gente que me conoce sabe que pocos me ganan en sentimiento", afirmó.

También hizo referencia al convenio suscrito entre Ayuntamiento y Consejo Local de Hermandades por valor de 35.000 euros anuales. "No nos vale que por 35.000 euros tengamos que callar nuestras palabras, no nos valen las limosnas", dijo, para añadir que "si somos una Gran Ciudad, nos tenemos que poner a la altura de otras ciudades. Yo por una limosna no me callo", dijo, animando a la Permanente del Consejo Local a darlo todo "por mejorar nuestra Semana Santa. No podemos ser el hazmerreír de otras ciudades por no ser capaces de organizar una Magna. Somos cofrades, que no nos quiten esa palabra", concluyó, para poner de nuevo al público en pie entre fuertes aplausos.

Retomó en ese punto el pregonero su recorrido por la Semana Santa portuense, con recuerdos de infancia de la calle Lechería al paso de Jesús Cautivo. Saetas en la noche, golpes de horquilla, martinetes... fueron algunos de los recuerdos del pregonero de la hermandad del Dolor y Sacrificio al paso de su calle de la infancia.

El crucificado de la Misericordia con su serenidad eterna, dejó paso a la Virgen de la Piedad con su carita de niña, evocando al pregonero recuerdos de días en el hospital que se hicieron más llevaderos gracias a ella. El repaso por el Miércoles Santo dejó dos nombres propios, los de Adolfo Ortega y Luis Ortega, "dos hombres buenos que tanto velaron por lo nuestro". También tuvo palabras para su amigo Jesús Delgado, "a quien no le hacen falta homenajes ni reconocimientos, siendo un ejemplo para las nuevas generaciones". Sobre la Esperanza, de la que ha estado también bajo su palio, dijo que "la juventud se mira en tus ojos".

Especial hincapié hizo el pregonero la llegar al Nazareno, la hermandad de su padre, y la que despertó su vocación cofrade en aquellas Madrugadas por la Pescadería. "El tiempo se paró cuando tú me dejaste, pero sé que tus ojos no dejan de mirarme", dijo evocando a su progenitor, y recordando que "aunque los buenos momentos nunca se borran, el Nazareno ya no es el Señor de la Madrugada". No ocultó el pregonero su opinión sobre el cambio acometido por la hermandad en sus horarios hace algunos años, desapareciendo la Madrugá. "Soy de él a mi manera, en mi corazón está la devoción", sentenció", y afirmó que ante aquella decisión "muchos hermanos callaron su verdad. El corazón del pregonero siempre será el de su Nazareno de la Madrugá", dijo rotundo, para recibir una nueva salva de aplausos.

Sobre su hermandad, la Humildad y Paciencia, lamentó que "la paciecia nos la están arrebatando, después de diez años fuera de la Capilla de la Aurora", su sede canónica. "Desde que nos sacaron, cuánto daríamos por verte cruzar esa puerta. Fue fácil que abandonaras tu casa, y qué difícil parece volver a pisarla", le dijo a su Cristo. Muy crítico fue también Cristo Álvarez con aquella salida de la Aurora: "Nadie te acompañó en tu salida, me sale del alma, algunos buscarán ahora colgarse las medallas", dijo valiente, con el público ya en pie ante tan reivindicativas palabras.

Con las vivencias dedicadas a la Veracruz miró al cielo, con un especial recuerdo a la gente del costal y a la familia Alejo. Del Santo Entierro se centró en el luto que se vive cada Viernes Santo en la Plaza de España y comparó a la Virgen de la Soledad con una hermosa novia. Del Resucitado, felicitó a la hermandad por su 25 aniversario y se mostró convencido de que pronto volverá a procesionar la Virgen de la Alegría.

Para el final dejó el pregonero las palabras dedicadas a su Virgen la del Desconsuelo, de la que es capataz. Tuvo palabras de agradecimiento para las hermanas del Espíritu Santo, que acogen a la hermandad mientras está fuera de su sede canónica. "Este es mi Pregón. En una semana el corazón nos manda, luchemos por lo nuestro. Esta ha sido mi verdad, que me salió del alma, este es vuestro Pregón", concluyó, saliendo entonces su nieto al escenario fundiéndose con él en un largo abrazo.

Los sones de los himnos de Andalucía y de España pusieron el broche de oro al acto, a las dos y media de la tarde.

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